III Domingo de Cuaresma, Ciclo C
No es simple coincidencia de tiempo de Cuaresma y momentos de Iglesia que
estamos viviendo. El artículo del Teólogo Víctor Codina que les acerco es una
valiosa ayuda para que AFRONTEMOS DESDE LA FE EN JESÚS Y SU EVANGELIO
TIEMPOS DE CONCLAVE PARA LA ELECCIÓN DE UN PAPA CON LO NOVEDOSO DE
UN PAPA EMÉRITO…
No nos quedemos en el relato periodístico más o menos cercano a la
Verdad… Busquemos en reflexión orante la Verdad de Dios en nuestra
historia y viviremos tiempos de gracia construyendo el Reinado de Dios a
través de una Iglesia renovada caminando hacia la participación personal
de la Pascua de Jesús.
Miguel Esteban Hesayne
“En este clima de perplejidad y de crisis universal, los cristianos creemos que
no es un momento de muerte sino de parto, que en medio de este caos, está
presente la Ruah , el Espíritu que se cernía sobre el caos inicial para generar la vida,
el mismo Espíritu que engendró a Jesús de María Virgen y lo resucitó de entre los
muertos. El Espíritu es quien dirige la Iglesia y la humanidad. No es la primera
crisis por la que atraviesa la Iglesia. Puede ser un momento pascual, el paso de la
muerte a la vida. Del caos puede surgir un tiempo de gracia, un kairós, una Iglesia
renovada, nazarena, más pobre y evangélica.
Más aún, a través de las quejas y del descontento del pueblo cristiano que
clama por este estilo nuevo de Iglesia para salir de este impase eclesial, podemos
discernir la presencia viva del Espíritu que gime y clama por una Iglesia diferente:
otra Iglesia es posible, otra Iglesia es necesaria (Jon Sobrino).
Pero mientras tanto hemos de continuar con el proceso de recepción del
Vaticano II, aún inacabado, explotar su herencia, pues sólo desde su luz y sus
intuiciones podremos responder a los retos de hoy. Hemos de convertirnos al
mismo Espíritu que movió a Juan XXIII a convocar el concilio, imitar su bondad, su
actitud de diálogo, misericordia, serenidad, confianza en Dios y al mismo tiempo
sus deseos de aggiornamento y de dar un salto hacia delante. Y sin desilusionarnos,
trabajar desde abajo en renovar la Iglesia como lo hicieron los movimientos
renovadores de los años 50 del siglo pasado. Después del duro invierno nace
siempre la primavera.
No podemos ser “profetas de calamidades”, hemos de sentir con la Iglesia o
mejor aún sentirnos Iglesia incluso en medio de este invierno eclesial: Dios y su
Reinado es mayor que la Iglesia, la Iglesia es pecadora, pero está bajo la fuerza del
Espíritu del Señor que no la abandona nunca, la Iglesia no se identifica
simplemente con la jerarquía, es la Iglesia del Jesús histórico y pobre de Nazaret,
encarnada en la pequeñez y fragilidad de la raza humana, signo de contradicción
como el mismo Jesús. Hemos de agradecer que la Iglesia nos haya dado lo mejor
que tiene, Jesús, y hemos de convertirnos todos, jerarquía y fieles, al evangelio.
Hemos de mantener una fidelidad crítica y rebelde, pero esperando contra toda
esperanza en Aquel “que da la vida a los muertos y llama a existir lo que aún no
existe” (Rm. 4, 17)” VICTOR CODINA
Nota: Espero preguntas o comentarios que responderé, Dios mediante, en mi
correo: mehm@fibertel.com.ar
Mons. Miguel Esteban Hesayne