III M ARTES DE C UARESMA
(Dn 3, 25. 34-43; Sal 24; Mt 18, 21-35)
L ECTURA
… los que en ti confían no quedan
defraudados. Ahora te seguimos de todo
corazón, te respetamos y buscamos tu
rostro, no nos defraudes, Señor.
Trátanos según tu piedad, según tu gran
misericordia. Líbranos con tu poder
maravilloso y da gloria a tu nombre, Señor.»
(Dn 3, 41-42)
-«Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas
veces le tengo que perdonar? ¿Hasta siete
veces?»
Jesús le contesta: -«No te digo hasta siete voces, sino hasta setenta veces siete».”
(Mt 18, 21-22).
C OMENTARIO
Dos textos un tanto contrapuestos nos ofrecen, sin embargo, la sabiduría del
perdón: dejarse perdonar por Dios, por atreverse a pedirlo con humildad, e imitar la
actitud divina en las mutuas relaciones, superando toda ofensa con la práctica del
perdón mutuo.
El pueblo de la Antigua Alianza había idolatrado. Miró a los otros pueblos, tomó
sus costumbres, se apartó del reconocimiento de Dios como su único Dios. Al desviarse
del camino recto provocó su propia ruina. Deportado, Israel recordaba con nostalgia el
templo, el culto y sus fiestas. Reconoció su culpa, dio pruebas de arrepentimiento y de
manera providente, fue restaurada la suerte de la casa de David.
Nada es irremediable si se reconoce la culpa, se pide perdón y se está dispuesto a
cambiar de vida. ¡Cómo se agradece el discurso bíblico en el que se ofrece la
misericordia con generosidad a quienes la piden humildemente!
Si agrada conocer la revelación de la identidad divina, que mantiene su fidelidad y
no se retracta de su palabra, sino que de muchas formas le hace ver a su pueblo la
estabilidad de la alianza que ha sellado, también deberemos recordar el principio
evangélico de perdonar a los que nos ofenden.
La medida del perdón es setenta veces siete, por no decir siempre. Tenemos en
nuestra mano la posibilidad de construir nuestra paz interior, según la medida que
usemos con los demás.
P UNTO DE REFLEXIÓN
En tus posibles infidelidades, ¿acudes humilde a Dios? ¿Te has sentido perdonado
por Él? ¿Has prolongado el perdón recibido en tus relaciones con los que sientes
adversos o deudores? Ya sabes que la medida que uses la usarán contigo.