La lógica de Dios es distinta a la nuestra.
2013-03-04
Evangelio
Del santo Evangelio según san Lucas 4, 24-30
En aquel tiempo, Jesús llegó a Nazaret, entró a la sinagoga y dijo al pueblo: “Yo les
aseguro que nadie es profeta en su tierra. Había ciertamente en Israel muchas
viudas en los tiempos de Elías, cuando faltó la lluvia durante tres años y medio, y
hubo un hambre terrible en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue
enviado Elías, sino a una viuda que vivía en Sarepta, ciudad de Sidón. Había
muchos leprosos en Israel, en tiempos del profeta Eliseo; sin embargo, ninguno de
ellos fue curado, sino Naamán, que era de Siria”.
Al oír esto, todos los que estaban en la sinagoga se llenaron de ira, y levantándose,
lo sacaron de la ciudad y lo llevaron hasta una barranca del monte, sobre el que
estaba construida la ciudad, para despeñarlo. Pero él, pasando por en medio de
ellos, se alejó de allí.
Palabra del Señor.
Oración introductoria
Ven, Espíritu Santo, ilumina y guía esta oración. Creo, espero y te amo, Señor, pero
como los que estaban en la sinagoga, tiendo a centrar mi oración en mi persona,
mis preocupaciones, mis deseos, haciéndome sordo a lo que Tú me quieres decir.
Señor, no dejes que me olvide que la oración es para crecer en el amor a Ti y a los
demás.
Petición
Dios mío, que busque conocer y cumplir tu voluntad, no lo que yo considere
«debería ser» tu voluntad.
Meditación
La lógica de Dios es distinta a la nuestra.
«¿Qué nos dice esto? Nos recuerda que la lógica de Dios es siempre "otra" respecto
a la nuestra, según lo revelado por Dios a través del profeta Isaías: "Porque mis
pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros proyectos son mis
proyectos". Por ello, seguir al Señor le exige siempre al hombre una profunda
conversión, de todos nosotros, un cambio en el modo de pensar y de vivir, le obliga
a abrir el corazón a la escucha para dejarse iluminar y transformar interiormente.
Un punto-clave en el que Dios y el hombre se diferencian es el orgullo: en Dios no
hay orgullo, porque Él es toda la plenitud y está siempre dispuesto a amar y a dar
vida; en nosotros los hombres, sin embargo, el orgullo está profundamente
arraigado y requiere una vigilancia constante y una purificación.
Nosotros, que somos pequeños, aspiramos a vernos grandes, a ser los primeros,
mientras que Dios que es realmente grande, no teme de abajarse y ser el último. Y
la Virgen María está perfectamente "sintonizada" con Dios: invoquémosla con
confianza, a fin de que nos enseñe a seguir fielmente a Jesús en el camino del amor
y de la humildad» (Benedicto XVI, 23 de septiembre de 2012).
Reflexión apostólica
«Traten de solucionar sus problemas y diferencias por medio del diálogo
constructivo, en el que todos estén abiertos a los puntos de vista de los demás, los
consideren desapasionadamente y hagan el esfuerzo por armonizar los intereses
personales con los de la familia, sabiendo renunciar generosamente a sí mismos en
bien de los demás» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi , n. 291).
Propósito
Escuchar hoy a los demás, estar dispuesto al diálogo, no queriendo imponer
siempre mis ideas y opiniones.
Diálogo con Cristo
(Es mejor si este diálogo se hace espontáneamente, de corazón a corazón).
Jesús, convénceme de que sólo siendo más humilde podré ser un auténtico
discípulo y misionero de tu amor, porque ésa es la gran tarea de mi vida, buscar la
santidad al crecer en amor a Ti y a los demás.
«Se trata simplemente de pensar cristianamente, y dejar que el propio modo de ver
las cosas vaya surgiendo espontáneamente, en un diálogo sencillo, prudente y
respetuoso, cuando se presenta la ocasión propicia»
( Cristo al centro , n. 927).