Solemnidad de San José, esposo de la Virgen María.
El amor que San José sintió por María, su esposa.
Ejercicio de lectio divina de MT. 1, 16. 18-21. 24.
1. Oración inicial.
Iniciemos este encuentro de oración en el Nombre del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo.
R. Amén.
Es una bendición para nosotros celebrar la solemnidad de San José en el tiempo
de Cuaresma, pues, el padre adoptivo de Jesús, aparece ante nosotros, como un
gran ejemplo de fidelidad a Dios, cuya conducta estamos llamados a imitar. Quizás
nos sucede que la Cuaresma solo se reduce para nosotros a la práctica del ayuno,
la abstinencia, algunos otros sacrificios, y, en algunos casos, a la vivencia de ciertas
mortificaciones. El amor que San José les manifestó a Jesús y a Nuestra Santa
Madre, nos recuerda cómo debemos aprovechar las enseñanzas que se desprenden
de las lecturas bíblicas de las Misas del tiempo de Cuaresma, para que las
apliquemos, a nuestra vida ordinaria.
Nuestro Santo pudo sentirse engañado y traicionado por su prometida, cuando
supo que, su futura esposa, estaba embarazada, y que, el Hijo de María, no era
fruto del amor que ambos se profesaban. Si al finalizar de leer y rezar el presente
trabajo, aprendemos a no actuar impulsados por el odio a aquellos de quienes
creemos -o estamos seguros- de que nos han hecho daño, habremos dado un gran
paso en el terreno de nuestra conversión.
Cuando San José supo que María estaba embarazada, pudo denunciarla para que
fuera lapidada, y, en vez de rechazarla, la envió a casa de los padres de San Juan
Bautista, con tal de romper con su prometida secretamente, para que no fuera
asesinada. Antes de tener la certeza de que el fruto del vientre de María procedía
de Dios, José actuó impulsado por su amor a María, negándose a denunciarla, para
que no fuera asesinada. Oremos para que tal experiencia de San José nos sea útil,
para que no marginemos a nadie, por no compartir nuestras creencias, ni por no
pertenecer, a nuestro status social.
San José es el Patrón de la Iglesia Católica, de la buena muerte, y de los
seminaristas. Pidámosle a San José que interceda ante Nuestro Padre celestial, no
solo por la Iglesia, sino por toda la humanidad.
Oremos para que los padres cristianos vean en José un modelo a seguir, y para
que no tengan dificultades que les impidan criar y educar a sus hijos.
Oremos:
"ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO"
Espíritu Santo, hoy quiero hablar contigo. Concédeme la luz y la paz
interior para ir hablándote paso a paso y sentirme escuchado.
Hoy es tiempo de una gran prueba interior, tu purificación para
conmigo. Te siento como el Podador, estás arrancando de cuajo lo que
no sirve y preparas el terreno para que ello suceda: una prueba aquí,
una cruz allá, un disgusto aquí, una resistencia acá. Estás
transparentando la toma de conciencia de mis propias respuestas
interiores para convertirme.
Recuerdo a San Juan de la Cruz cuando dice que al investir esa llama
de amor y de fuego en que consiste la purificación, el Espíritu Santo
nos da la luz a nuestro ojo espiritual, para poder ver con toda
claridad nuestra naturaleza humana: miseria.
Sé que tu forma de amarme es purificarme. ¿pero cuál es hoy mí
respuesta?
En la alternativa, sabes que muchas veces elijo mi propio parecer y
evado la respuesta evangélica que me haría vivir en paz y hasta
soportar con alegría la cruz.
Me doy cuenta que aspiro a pensar y a actuar sobrenaturalmente con
medios y actitudes exclusivamente humanos, apareciendo entonces por
doquier, las contradicciones que frustran, desconsuelan y angustian.
Te estoy escuchando: "Yo soy la vid, vosotros los sarmientos... Sin
mí no podéis hacer nada". En estos momentos quiero comenzar algo
distinto: AYÚDAME, ven con tu hierro candente, cámbiame, transfórmame
y que aprenda a orar incesantemente noche y día contigo.
No quiero contar más conmigo, deseo vencer mi orgullo y dar un paso
de humildad: Sin ti, no puedo hacer nada y nada soy. Espero verte
cara a cara en el misterio, charlar juntos con confianza y fe, sin
miedos y sin culpas.
Tú resucitaste, estás en espíritu y verdad, aquí, ahora, junto a mí.
Acepta mis miserias, te las entrego como lo único que puedo ofrecerte
y háblame al oído con tu delicada dulzura.
AMÉN.
(Desconozco el autor).
2. Leemos atentamente MT. 1, 16. 18-21. 24, intentando abarcar el mensaje que
San Mateo nos transmite en el citado pasaje de su Evangelio.
"José hizo lo que le había mandado el ángel del Señor
U Lectura del santo evangelio según san Mateo 1, 16. 18-21. 24a
Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.
El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera:
María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que
ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.
José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en
secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un
ángel del Señor que le dijo:
-«José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la
criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás
por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados.»
Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor".
2-1. Permanecemos en silencio unos minutos, para comprobar si hemos
asimilado el pasaje bíblico que estamos considerando.
2-2. Repetimos la lectura del texto dos o tres veces, hasta que podamos
asimilarlo, en conformidad con nuestras posibilidades de retener, si no todo el
texto, las frases más relevantes del mismo.
3. Meditación de MT. 1, 16. 18-21. 24.
3-1. Si San José no fue padre carnal de Jesús, ¿por qué se nos informa en la
Biblia de que el Señor fue descendiente de dicho Santo?
"Y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la que nació Jesús, llamado
Cristo" (MT. 1, 16).
San Mateo, por medio de su genealogía de Jesús (MT. 1, 1-17), nos da a conocer,
el linaje real y legal, de Jesús. Dicho linaje, va desde Abraham hasta José, para
demostrar que, el Mesías, es ascendiente, de los Patriarcas de Israel. Dado que
Jesús no es Hijo carnal de José, el primer Evangelista, nos dice que dicho Santo es
esposo de María, pero no llega a afirmar, que es padre de Jesús, porque, Nuestro
Salvador, es Hijo de Dios.
En el tiempo que vivió Jesús, las mujeres no tenían la misma independencia que
los hombres. Aunque tanto José como María eran descendientes del Rey David, si
José no lo hubiera aceptado como Hijo carnal, el Señor hubiera carecido de linaje
legalmente. Jesús es hijo de José a nivel legal.
3-2. La grandeza del amor de San José.
"El origen de Jesucristo fue de esta manera: Su madre, María, estaba desposada
con José y, antes de empezar a estar juntos ellos, se encontró encinta por obra del
Espíritu Santo" (MT. 1, 18).
Imaginemos que nos sentimos engañados y traicionados por quienes más
amamos. ¿Cómo reaccionaríamos ante tales situaciones?
Mateo nos dice que José y María eran novios (estaban desposados), y que María
se encontró encinta, por obra del Espíritu Santo. ¿Cómo podría José creer que su
prometida no le había sido infiel, o que alguien la había forzado a mantener
relaciones sexuales? José podría haber denunciado a su prometida para que hubiera
sido apedreada por su supuesta infidelidad, pero prefirió enviarla a casa de los
padres de San Juan Bautista, para terminar su relación con ella, y evitarle la
muerte. Quizás todos conocemos casos de desconfianza y rencor en que quienes
tienen tales sentimientos les hacen todo el daño que pueden imaginar a quienes les
han hecho sufrir o piensan que les han herido, pero José no era así, y por ello se
convirtió en un buen ejemplo para ser imitado por nosotros en el tiempo de
Cuaresma, ya que, en las semanas previas a la Semana Santa, se nos insta a hacer
un gran esfuerzo, para mejorar nuestra personalidad.
3-3. ¿Cómo eran las bodas de los judíos?
Los hombres que querían casarse en el tiempo de Jesús, debían dar los tres
siguientes pasos:
1. Después de encontrar a las mujeres con quienes se debían casar, debían
propiciar un encuentro entre las dos familias, para que aceptaran las uniones. En
tales encuentros, se fijaban las fechas de los anuncios públicos de los desposorios,
conocidos actualmente, como noviazgos.
2. Cuando se daban a conocer públicamente los desposorios, las parejas podían
vivir juntas, e incluso mantener relaciones sexuales. Este dato dificulta la creencia
en la virginidad de María, y da pie a que mucha gente crea, que Jesús fue hijo
carnal de José. Los noviazgos solo podían ser disueltos por la muerte, el divorcio, o
la fornicación.
3. Se celebraban los enlaces conyugales.
3-4. ¿Por qué es importante el nacimiento virginal de Jesús para los cristianos?
En la biblia se nos enseña que somos descendientes de Adán. Como nuestro
ancestro común cometió el llamado pecado de origen, tal gesto de desobediencia,
también nos afecta a nosotros, por ser descendientes de un pecador. El Nacimiento
virginal de Jesús es importante para los cristianos, porque, nadie ni nada que esté
relacionado con el pecado, puede pertenecerle a Dios, así pues, si el Señor no
hubiera estado caracterizado por la plenitud de la pureza, su sacrificio en la cruz,
hubiera carecido de validez, ante Nuestro Padre común.
Jesús nació de una mujer, pero fue liberado del efecto del pecado humano. Dado
que no es posible que Jesús al ser Dios tenga vinculación alguna con el pecado, la
Iglesia Católica enseña que, María, por medio de una gracia especialísima de Dios,
fue librada de nuestra condición pecadora, para que pudiera dar a luz a Nuestro
Redentor.
En la biblia leemos, con respecto a Jesús:
"Pues no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras
flaquezas, sino probado en todo igual que nosotros, excepto en el pecado" (HEB. 4,
15).
Jesús murió para librarnos de nuestra condición pecadora. Vivamos en
conformidad con el cumplimiento de la voluntad del Dios Uno y Trino, y evitemos
pecar, para empezar a sentir, que somos salvos.
"Y a vosotros, que estabais muertos en vuestros delitos y en vuestra carne
incircuncisa, os vivificó juntamente con él y nos perdonó todos nuestros delitos.
Canceló la nota de cargo que había contra nosotros, la de las prescripciones con sus
cláusulas desfavorables, y la suprimió clavándola en la cruz" (COL. 2, 13-14).
Hablémosle a Jesús de nuestros pensamientos, sentimientos, deseos y
necesidades, porque Él ha vivido circunstancias análogas a las nuestras y aún más
dolorosas que las que estamos pasando, y tiene la capacidad necesaria, para
aprovechar las mismas, para purificarnos, y santificarnos.
3-5. San José tomó la mejor decisión.
"Su marido José, que era justo, pero no quería infamarla, resolvió repudiarla en
privado" (MT. 1, 19).
Dado que José se encontró con que María estaba embarazada, y él no era el
padre de su Hijo, pensó en separarse de ella secretamente, con tal de no
denunciarla, para que fuera lapidada, públicamente. José era reacio a casarse con
María cuando supo del estado de gestación de su prometida. Existen casos en que
sentimos que Dios nos impulsa a recorrer caminos que no queremos transitar, de
los cuales, con el paso del tiempo, descubrimos que son las mejores sendas, que
pudimos recorrer, para llegar a alcanzar, la felicidad que añorábamos. Recordemos
que, cuando nuestras decisiones afecten a otros, debemos apelar a la sabiduría de
dios, con tal de no llevar a cabo actos, de los que, algún día, quizás nos podamos
arrepentir.
3-6. La voz del ángel.
"Así lo tenía planeado, cuando el ángel del Señor se le apareció en sueños y le
dijo: "José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo
engendrado en ella es del Espíritu Santo" (MT. 1, 20).
¿Vio José en sus sueños un ángel que le dijo la verdad de lo que sucedió con
María, o se produjo en su mente una visión causada por su deseo de estar junto a
la mujer que amaba? La fe en el ángel de su visión, impulsó a José a casarse con
María, y, el amor que sentía por su prometida, le ayudó a creer, en la voz del
ángel, que le dijo, que aceptara en su casa, a la mujer que amaba.
3-7. Jesús es dios y Hombre verdadero.
el ángel del Señor le dijo a José que el Hijo de María fue concebido por obra del
Espíritu Santo. Jesús es Dios y Hombre verdadero. Jesús se hizo Hombre, y se
sometió a nuestras limitaciones, con tal de poder morir y resucitar, y obtenernos la
salvación.
3-8. ¿Por qué vino Jesús al mundo?
"Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo
de sus pecados"" (MT. 1, 21).
Aunque cuando conocemos a dios somos libres para elegir si queremos ser
salvos, no podemos salvarnos por nuestros medios humanos. Jesús vino al mundo
para salvarnos, porque ello es imposible para nosotros. No podemos exterminar
nuestra condición pecadora. Aunque seamos muy buenos, no podemos salvarnos,
porque Dios ha dispuesto que solo se nos conceda la salvación, por medio de la
Pasión, muerte y Resurrección de su Unigénito, con tal de demostrarnos que nos
ama infinitamente. Démosle gracias a Jesús porque murió para salvarnos, y
permitámosle que tome el control de nuestra vida, así pues, imitemos su conducta.
3-9. No nos dejemos influenciar por el qué dirán cuando tengamos que cumplir la
voluntad de Dios.
"Despertado José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y
tomó consigo a su mujer" (MT. 1, 24).
Si José se hubiera separado de su prometida secretamente, o si la hubiera
denunciado para que la lapidaran por haber cometido adulterio contra su persona,
se hubiera sentido muy avergonzado, pero, al casarse con ella, como si Jesús
hubiera sido su Hijo, debió pasarlo mucho peor, al tener que hacer frente, a las
burlas de familiares y vecinos. José actuó contra la voluntad de quienes no estaban
de acuerdo con la decisión que tomó, porque sabía que Dios lo impulsaba a hacer lo
que era correcto a sus ojos.
Oremos para no dejar de hacer lo que es correcto con tal de evitar cuchicheos y
burlas de quienes no comparten nuestra decisión de cumplir la voluntad de Nuestro
Padre celestial. Apliquémonos el siguiente versículo de los Hechos de los Apóstoles:
"Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres" (CF. HCH. 5, 29).
3-10. Si hacemos este ejercicio de lectio divina en grupos, nos dividimos en
pequeños subgrupos para sacar conclusiones tanto del texto bíblico que hemos
meditado como de la reflexión que hemos hecho del mismo, y, finalmente, los
portavoces de los subgrupos, hacen una puesta en común, de las conclusiones a
que han llegado todos los grupos, tras la cual se hace silencio durante unos
minutos, para que los participantes mediten sobre lo leído y hablado en los grupos,
individualmente.
3-11. Si hacemos este ejercicio individualmente, consideramos el texto
evangélico y la meditación del mismo expuesta en este trabajo en silencio, con el
fin de asimilarlos.
4. Apliquemos la Palabra de dios expuesta en MT. 1, 16. 18-21. 24 a nuestra
vida.
Responde las siguientes preguntas, ayudándote del Evangelio que hemos
meditado, y de la meditación que aparece en el apartado 3 de este trabajo.
3-1.
¿Por qué se nos dice en la biblia que Jesús es descendiente de José?
¿Por qué demostró San Mateo en su Evangelio que Jesús es descendiente de
Abraham?
¿Por qué no escribió Mateo en su obra que José es padre de Jesús?
¿Por qué necesitó Jesús de un padre terrenal?
3-2.
¿Cómo reaccionaríamos si nos sintiéramos engañados y/o traicionados?
¿Cómo deberíamos reaccionar ante tales situaciones?
¿Por qué no denunció José a María para que hubiera sido apedreada por haberle
sido infiel?
¿Por qué se nos insta a imitar la conducta de José durante todos los años que
vivimos, y, especialmente, en el tiempo de cuaresma?
3-3.
¿Cómo se organizaban las bodas en el tiempo que vivió Jesús en Israel?
¿Qué eran los desposorios?
¿Qué condiciones debían darse para que pudieran disolverse los desposorios?
3-4.
¿Por qué es importante el Nacimiento virginal de Jesús para los cristianos?
¿Por qué enseña la Iglesia inspirándose en la doctrina de San Pablo que hemos
heredado el pecado de nuestros primeros padres?
¿Por qué no hubiera podido ser aceptado el sacrificio de Jesús en la cruz por
Nuestro Santo Padre, si el Mesías hubiera sido pecador?
¿Por qué celebramos los católicos la Inmaculada Concepción de María el ocho de
diciembre?
¿Por qué podemos hablarle a Jesús de nuestros pensamientos, sentimientos,
deseos y necesidades?
3-5.
¿Por qué pensó José en separarse de María cuando supo que su prometida estaba
embarazada?
¿Por qué debemos recorrer los caminos por los que sentimos que el Señor nos
lleva aunque en un principio ello nos resulte desagradable?
¿Qué debemos hacer cuando nuestras decisiones afecten a otros? ¿Por qué?
3-6.
¿Por qué creyó José el anuncio que le hizo el ángel que vio en sueños?
3-7.
¿Por qué es Jesús Dios y Hombre verdadero?
¿Por qué se hizo Jesús Hombre, y asumió nuestras limitaciones?
3-8.
¿Por qué vino Jesús al mundo?
¿Por qué no podemos salvarnos por nuestros medios, si tenemos libertad para
elegir si deseamos ser salvos?
¿Por qué solo se nos concede la salvación por medio de la Pasión, muerte y
Resurrección de Jesús?
3-9.
¿Por qué se nos insta en la Biblia a obedecer a Dios antes que a los hombres?
5. Lectura relacionada.
Lee LC. 1, 26-38.
6. Contemplación.
Contemplemos a San José con el corazón henchido de ilusión, pensando en
casarse con la mujer que amaba. Pensemos en los novios que hacen muchos
preparativos para celebrar sus enlaces conyugales, para que nos sea posible, hacer
este ejercicio, de contemplación.
Visualicemos a José, pensando si su prometida le había sido infiel, o si había sido
violada. Esta imagen debe enseñarnos que Dios se aprovecha de nuestras
situaciones dolorosas, para purificarnos, y santificarnos.
Contemplemos a José feliz, porque tomó la decisión correcta, tanto porque ello le
fue indicado por el ángel de su sueño, como porque ello era lo que deseaba.
Contemplémonos con nuestras dudas de fe, porque nos negamos a ser instruidos
en el conocimiento de la biblia y de la doctrina de la Iglesia, y, cuando se nos
interroga sobre nuestras creencias, no sabemos qué responder, y resultamos ser
muy susceptibles, a las críticas de quienes no comparten, nuestro modo de pensar.
7. Hagamos un compromiso que nos impulse a vivir las enseñanzas que hemos
extraído de la Palabra de Dios, expuesta en MT. 1, 16. 18-21. 24.
Comprometámonos a esforzarnos para eliminar los sentimientos de rencor y
desconfianza que atentan contra nuestra felicidad.
Escribamos nuestro compromiso para recordarlo constantemente, y, según lo
cumplamos, aumentará nuestro amor a Dios, y a sus hijos los hombres.
8. Oración personal.
Después de hacer unos minutos de silencio, expresamos verbalmente lo que
pensamos, con respecto al texto bíblico que hemos considerado, y a la reflexión del
mismo que hemos hecho.
Ejemplo de oración personal:
Padre y Dios mío: Hazme coherente con la fe que profeso, y hazme valiente para
vivir inspirado en la misma, tal como lo hizo San José, cuando aceptó la paternidad
de Jesús, a pesar de las humillaciones que, probablemente, ello le supuso. Que así
sea.
9. Oración final.
Lee el Salmo 128.
Si deseas seguir leyendo la Palabra de dios y rezándola, accede a esta lectio
divina:
http://j-bl.info/Z881lh
Nota: He utilizado en esta meditación el leccionario de la Misa y la Biblia de
Jerusalén.
José Portillo Pérez
joseportilloperez@gmail.com