EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Solemnidad de San José, esposo de la Virgen María
Segundo Libro de Samuel 7,4-5a.12-14a.16.
Pero aquella misma noche, la palabra del Señor llegó a Natán en estos términos:
"Ve a decirle a mi servidor David: Así habla el Señor: ¿Eres tú el que me va a
edificar una casa para que yo la habite?
Sí, cuando hayas llegado al término de tus días y vayas a descansar con tus padres,
yo elevaré después de ti a uno de tus descendientes, a uno que saldrá de tus
entrañas, y afianzaré su realeza.
El edificará una casa para mi Nombre, y yo afianzaré para siempre su trono real.
Seré un padre para él, y él será para mí un hijo. Si comete una falta, lo corregiré
con varas y golpes, como lo hacen los hombres.
Tu casa y tu reino durarán eternamente delante de mí, y su trono será estable para
siempre".
Salmo 89(88),2-3.4-5.27.29.
Cantaré eternamente el amor del Señor,
proclamaré tu fidelidad por todas las generaciones.
Porque tú has dicho: "Mi amor se mantendrá eternamente,
mi fidelidad está afianzada en el cielo.
Yo sellé una alianza con mi elegido,
hice este juramento a David, mi servidor:
"Estableceré tu descendencia para siempre,
mantendré tu trono por todas las generaciones".
El me dirá: "Tú eres mi padre,
mi Dios, mi Roca salvadora".
Le aseguraré mi amor eternamente,
y mi alianza será estable para él;
Carta de San Pablo a los Romanos 4,13.16-18.22.
En efecto, la promesa de recibir el mundo en herencia, hecha a Abraham y a su
posteridad, no le fue concedida en virtud de la Ley, sino por la justicia que procede
de la fe.
Por eso, la herencia se obtiene por medio de la fe, a fin de que esa herencia sea
gratuita y la promesa quede asegurada para todos los descendientes de Abraham,
no sólo los que lo son por la Ley, sino también los que lo son por la fe. Porque él es
nuestro padre común,
como dice la Escritura: Te he constituido padre de muchas naciones. Abraham es
nuestro padre a los ojos de aquel en quien creyó: el Dios que da vida a los muertos
y llama a la existencia a las cosas que no existen.
Esperando contra toda esperanza, Abraham creyó y llegó a ser padre de muchas
naciones, como se le había anunciado: Así será tu descendencia.
Por eso, la fe le fue tenida en cuenta para su justificación.
Evangelio según San Mateo 1,16.18-21.24a.
Jacob fue padre de José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, que es llamado
Cristo.
Este fue el origen de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José y,
cuando todavía no habían vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu
Santo.
José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente,
resolvió abandonarla en secreto.
Mientras pensaba en esto, el Angel del Señor se le apareció en sueños y le dijo:
"José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido
engendrado en ella proviene del Espíritu Santo.
Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su
Pueblo de todos sus pecados".
Al despertar, José hizo lo que el Angel del Señor le había ordenado: llevó a María a
su casa,
Comentario del Evangelio por:
Liturgia griega
Menaion
“...Administrador de los misterios de Dios.” (1 Cor 4,1)
José, esposo de María, vio con sus ojos el cumplimiento de las profecías.
Escogido para el matrimonio más ilustre, recibió la revelación por la boca de los
ángeles que cantaban: Gloria al Señor porque ha dado la paz a la tierra.
¡Anuncia, oh José, a David, padre del Hombre-Dios los prodigios que tus ojos
contemplaron! Has contemplado al niño en el regazo de la Virgen; lo has adorado
con los magos; has glorificado a Dios con los pastores, según la palabra del ángel.
¡Pide a Cristo Dios para que salve nuestras vidas!
Dios inmenso ante el cual tiemblan las potestades celestiales, tú, oh José, lo has
cogido en brazos cuando nació de la Virgen; has sido consagrado por él. Por esto,
te veneramos hoy.
Tu alma fue obediente a los preceptos divinos; lleno de una pureza sin igual,
mereciste recibir por esposa a aquella que es pura e inmaculada entre las mujeres;
tú fuiste el guardián de esta Virgen cuando ella fue elegida tabernáculo del
creador...
Aquel que con una palabra creó el cielo, la tierra y el mar ha sido llamado hijo
del carpintero, ¡hijo tuyo, admirable José! Tú fuiste llamado padre de aquel que no
tiene principio y que te nombró administrador de un misterio que sobrepasa toda
inteligencia... Guardián santo de la Virgen bendita, tú has cantado con ella este
cántico: “Que toda criatura bendiga al Señor y lo ensalce por los siglos.” (Dn 3,67)
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”