EN CAMINO
Eucaristía de Media noche, ciclo “C”.
Por, Neptalí Díaz Villán CSsR.
I. Buena Noticia - Celebración de media noche
- Primera lectura: Is 9,1-6: Los que habitaban en sombras contemplaron la luz.
- Salmo Responsorial: 96: El Señor reina, la tierra goza.
- Segunda lectura: Tit 2,11-14: La gracia de Dios se ha manifestado.
- Evangelio: Lc 2,1-14: Lo envolvió en pañales y lo acostó en el pesebre.
Los gobernantes: los gobernantes estaban interesados en mantener su poder y
explotar más al pueblo. Augusto, como emperador del imperio romano, y Quirino,
como gobernador de Siria, no se enteraron del acontecimiento. El nacimiento y la vida
de Jesús pasaron inadvertidos, y el Nazareno se quedó en el anonimato como un nativo
más dentro de esa colonia. A los romanos no les interesó el pueblo judío sino los
buenos productos que producían y la posición estratégica que tenían para la actividad
militar y comercial.
Los padres y el niño: según la narración de Lucas, la familia de Nazareth padeció
la crueldad del imperio y la discriminación de los habitantes de Belén. Para ellos no
hubo espacio en algún sitio digno para un parto, ni siquiera la terraza de una casa o la
sala común donde llegaban los forasteros. Tuvieron que pasar la noche en un establo,
como los más pobres entre los pobres.
Los pesebres de hoy están llenos de muchos detalles, fruto de la creatividad y el
cariño de los creyentes. Algunas de esas cosas no tienen nada que ver con la pobreza
que tuvo que pasar esta familia, así como con la exclusión, la miseria y el dolor humano
que experimentó este niño en carne propia y siguen experimentando tantos excluidos
en nuestro tiempo.
Los ángeles: los mensajeros (ángeles) del Señor descubrieron la Gran Noticia en
el niño pobre del establo de Belén. La primera invitación fue a dejar el miedo. Éste
invade al ser humano cuando pasa por momentos duros y ve amenazada su vida.
También lo hace cuando, una vez conseguida la cumbre del poder, se ve rodeado de
enemigos declarados y de falsos amigos que amenazan su estabilidad. El miedo invadía
a los gobernantes porque temían perder el poder a mano de los enemigos o de la gran
masa de pobres que cada día crecía más. El miedo invadía a los pobres porque tenían
un presente muy duro y un futuro incierto. Era necesario abandonar el miedo y abrir el
corazón para aceptar a Jesús como una Buena Noticia que transforma toda la vida.
Los pastores: para nuestro imaginario religioso colectivo, los pastores son algo
bonito, tierno, tal vez romántico. Pero históricamente los pastores constituían una clase
despreciada, y su profesión hacía a las personas impuras ante la ley, ya que pertenecían a
la clase de los que no conocían la ley y, por lo mismo, eran considerados malditos (Jn
7,49). Pues precisamente a estos “desgraciados”, marginados y condenados a la
maldición de ser empobrecidos, fue a los primeros que, según Lucas, se les anunció la
Buena Noticia. Y fueron ellos los que mejor respondieron al llamado del Señor.
Con los pastores como primeros destinatarios del mensaje y primeros en
responder al llamado, confirmamos, como afirmó Ignacio Ellacuría que “de los pobres y de
las víctimas nace esperanza (no el miedo que abunda en el primer mundo), y la fuerza para la
conversión, el difícil cambio del corazón de piedra en corazón de carne, tan necesario al ver con cuánta
dificultad el mundo de abundancia renuncia a su lujo insultante y sigue escenificando, sin avergonzarse,
la parábola del ricachón y del pobre Lázaro”. En el contacto con los pobres de este mundo,
diría Jonh Sobrino, descubrimos otros bienes fundamentales que están más presentes
en el mundo de la pobreza que en el de la riqueza: alegría, creatividad, lucha, paciencia,
arte, cultura, esperanza, y no sólo como elementos aislados, sino como “una civilización
de la solidaridad”.
Nosotros hoy: cualquiera que sea nuestra situación, no nos dejemos vencer por el
miedo. Jesús puede ser para nosotros el gran ignorado, una amenaza o una Buena
Noticia. Muchas personas, entretenidas en la comida, los adornos y el bullicio de la
fiesta de Navidad, se pueden olvidar del motivo de la fiesta. Jesús seguirá siendo una
amenaza para quienes, como Herodes, quieren aferrarse enfermizamente al poder y
buscar sólo su propio interés egoísta. Jesús seguirá siendo una amenaza para quienes,
aún en el nombre de Dios, están dispuestos a todo para mantener la hoja de ruta de una
sociedad estructuralmente injusta.
Jesús seguirá siendo una Buena Noticia para quienes, inconformes con todo tipo
de injusticia, estén en vela en la espera de algo distinto, nuevo y mejor. Para quienes
quieran aceptarlo con un corazón bien dispuesto, seguir sus pasos y entregar su vida a la
realización de la obra de Dios. ¿Qué tipo de noticia es Jesús para nosotros?
Oración
Padre y Madre Dios, te damos gracias por darnos como hermano y amigo a tu
Hijo Jesús. Gracias por permitirnos acercarnos a Él de esta forma tan elemental y
sencilla. En conmemoración de su nacimiento, te pedimos que purifiques nuestras
mentes y nuestros corazones de toda mancha, de todo miedo, de toda ambición, de
toda codicia, de todo lo que nos aparta de la verdadera vida.
Hoy te pedimos que la sencillez, la espontaneidad y la alegría de los niños inunden
nuestros corazones. Que confiemos en Ti, así como ellos confían plenamente en los
cuidados de sus padres.
Queremos hacer parte de los hombres y mujeres de buena voluntad que aceptan
con humildad y esperanza el camino de Jesús. Queremos que Jesús y su propuesta de
vida sea siempre una Buena Noticia para nosotros. Que la alegría, las luces, la comida
de Navidad y todas las manifestaciones externas nos lleven a construir lazos de
verdadera amistad y fraternidad en la que el primer invitado sea el niño Jesús. Que Jesús
niño nazca en nuestros corazones, en nuestros hogares y comunidades, para que cada
vez seamos mejores seres humanos. Que la alegría de Navidad inunde nuestros
corazones y que la comuniquemos a todos nuestros hermanos. Amén.