Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Lunes Santo
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: No gritará, no voceará por las calles * El señor me ha
coronado, sobre la columna me ha exaltado * Déjala; lo tenía guardado para el día
de mi sepultura
Textos para este día:
Isaías 42, 1-7:
Mirad a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido, a quien prefiero. Sobre él he
puesto mi espíritu, para que traiga el derecho a las naciones. No gritará, no
clamara, no voceará por las calles.
La caña cascada no la quebrará., el pabilo vacilante no lo apagará, hasta implantar
el derecho en la tierra, y sus leyes que esperan las islas.
Así dice el Señor Dios, que creo y desplegó los cielos, consolidó la tierra con su
vegetación, dio el respiro al pueblo que lo habita y el aliento a los que se mueven
en ella.
Yo, el Señor, te he llamado con justicia, te he cogido de la mano, te he formado, y
te he hecho alianza de un pueblo, luz de las naciones. Para que abras los ojos de
los ciegos, saques a los cautivos de la prisión, y de la mazmorra a los que habitan
las tinieblas.
Salmo 26:
El Señor es li ley y mi salvación, / ¿a quien temeré? / El Señor es la defensa de mi
vida, /¿Quién Me hará temblar?. R. Si un ejercito acampa contra mí, / mi corazón
no tiembla; / si me declaran la guerra, / me siento tranquilo. R. Una cosa pido al
Señor, / eso buscaré: / habitar en la casa del Señor / por los dias de mi vida; gozar
de la dulzura del Señor, / contemplando su templo. R. Él me protegerá en su tienda
/ el día del peligro; / me esconderá en lo escondido de su morada, me alzará sobre
la roca. R.
Juan 12, 1-11:
Seis días antes de la Pascua, fue Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a quien había
resucitado de entre los muertos. Allí le ofrecieron una cena: Marta servía y Lázaro
era uno de los que estaban con él en la mesa.
María tomó una libra de perfume de nardo, auténtico y costoso, le ungió a Jesús los
pies y se los enjugó con su cabellera. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume.
Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo iba a entregar, dice: ¿Por qué no se
ha vendido este perfume por trescientos denarios para dárselos a los pobres? (Esto
lo dijo no porque le importasen los pobres, sino porque era un ladrón; y como tenía
la bolsa llevaba lo que iban echando)
Entonces Jesús dijo: Déjala: lo tenía guardado para el día de mi sepultura; porque
a los pobres los tenéis con vosotros, pero a mi no siempre me tenéis.
Una muchedumbre de Judíos se enteró de que estaba allí y fueron no sólo por
Jesús, sino también para ver a Lázaro, al que había resucitado de entre los
muertos. Los sumos sacerdotes decidieron matar también a Lázaro, porque muchos
judíos, por su causa, se les iban y creían en Jesús.
Homilía
Temas de las lecturas: No gritará, no voceará por las calles * El señor me ha
coronado, sobre la columna me ha exaltado * Déjala; lo tenía guardado para el día
de mi sepultura
1. El Siervo de Dios
1.1 Lunes, Martes y Miércoles de esta semana van acompañados, en la primera
lectura de la Misa, por sendos textos del profeta Isaías. Se trata de pasajes bellos y
hondos, de singular hermosura y un contenido que toca el alma creyente. Una larga
y venerable tradición les ha dado un nombre común: los Cánticos del Siervo.
1.2 Se describe en estas piezas bellísimas de literatura y profecía el perfil de un
personaje misterioso, quizá un ser humano en particular, quizá el mismo Isaías, tal
vez el pueblo sufriente y fiel. Lo cierto es que estos textos que antecedieron en
siete siglos al nacimiento de Cristo pronto fueron leídos por la comunidad creyente
como un retrato del Mesías en su Pasión.
1.3 Y la verdad impacta sobremanera ver a Jesús con los ojos de Isaías. Es ver al
Mesías en contacto inmediato con el dolor de la humanidad y a la vez en perfecta
fidelidad a Dios. ¿Y dónde se encuentra este cuadro mejor o más patente que en la
Cruz Bendita de nuestro Salvador?
1.4 En el primero de esos Cánticos, el que la Iglesia nos ofrece hoy, tomado del
capítulo 42 de Isaías, hay un tono irreprimible de victoria. El Siervo de Dios es el
"elegido", es Aquel destinado a realizar el designio salvador de Dios con firmeza y
constancia, hasta los confines mismos de la tierra. Es este el pasaje famoso en que
se llama a Jesucristo "Luz de las Naciones", nombre que dio su título a una de las
Constituciones del Concilio Vaticano II, la que trata sobre la Iglesia.
1.5 Guiados, pues, por la liturgia, miremos a Cristo y en él gocémonos. Su misión,
que no ha de fallar, es "proclamar la justicia con firmeza, no titubear ni doblegarse,
hasta haber establecido el derecho sobre la tierra y hasta que las islas escuchen su
enseñanza...".
2. Perfume para una sepultura
2.1 ¡Oh, qué contraste entre ese tono victorioso del Cántico de Isaías y las notas
lúgubres del texto del evangelio de hoy! Si en la primera lectura se oyen ecos de
triunfo en este evangelio resuenan lamentaciones. Está próxima la sepultura, y
Jesús, como asumiendo ya la condición de un muerto, acepta los perfumes propios
de un funeral a usanza de su época y cultura.
2.2 Después de las lecturas de los evangelios de la semana pasada, entendemos
bien que ahora ya poco queda por hacer. Las opiniones se han radicalizado y Juan
lo resume preciosamente con lo que sucede en torno a Lázaro, a quien el Señor ha
devuelto la vida: "la multitud de judíos, que se enteró de que Jesús estaba allí,
acudió, no sólo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, a quien el Señor había
resucitado de entre los muertos. Los sumos sacerdotes deliberaban para matar a
Lázaro, porque a causa de él, muchos judíos se separaban y creían en Jesús".
2.3 Dos cosas es justo destacar de esta nota que nos ofrece Juan. Primera: el
deseo de matar a Jesús no es la aspiración mayoritaria del pueblo judío, que más
bien saluda en el milagro de Lázaro una señal digna de ser conocida y de despertar
la fe. Segunda: las autoridades tienen clara una razón para querer deshacerse de
Jesús: la gente se estaba apartando de ellos y yendo donde Jesús. La crudeza de
esta descripción nos es necesaria para meternos en lo que estaba sucediendo en
esas horas decisivas, y en los planes que condujeron a la muerte de Cristo.
2.4 Pero más allá de esos planes, hay un plan, el de Dios. Cuando Jesús ve en el
acto de cariño de la mujer que derrama el perfume una "unción para sepultura"
está saltando de las consideraciones puramente humanas al designio de su Padre.
Una lección que nos invita a levantar la mirada, pues más allá de los intereses
inmediatos hay un amor que mira lejos
Fr. Nelson Medina, O.P.