Queridos hermanos y hermanas,
Y nos podemos preguntar ¿y cómo puede la
resurrección del Cristo llegar hasta mí y comunicarme
una nueva vida?
¡¡Cristo ha resucitado!! Es el gran anuncio de la pascua.
Vale la pena entender bien qué es la resurrección de
Jesús para poder entender también mejor nuestro
cristianismo: lo que ha pasado, lo que celebramos, es
mucho más que un cadáver que revive. Decía un teólogo
alemán hace unos años: “el milagro de un cadáver
reanimado sería a fin de cuentas irrelevante para
nosotros, no nos concierne”. Es verdad, la resurrección
de Jesús es una cosa muy diferente que un cadáver que
revive.
La respuesta puede ser sorprendente de sencilla que
es, pero es así: la resurrección de Cristo que nos
comunica una vida nueva nos llega mediante la fe y el
bautismo.
Por esto el bautismo tiene un papel tan importante en
la Vigilia Pascual y durante toda la pascua. El bautismo
no es un ritual para acoger personas en la iglesia, ni es
un acto social para presentar al niño en sociedad. El
bautismo es el inicio de la vida divina en nosotros. Es el
inicio de la vida nueva en nosotros. Recibida como una
semilla que ha de ir creciendo y dando fruto.
¿Qué es exactamente la resurrección de Jesucristo?
Decía el papa Benedicto XVI, contestando a esta
pregunta: “Es la mayor mutaci￳n, el salto más decisivo
hacia una dimensión totalmente nueva, que se haya
producido jamás en la larga historia de la vida: un salto
de un orden completamente nuevo, que nos afecta y
ata￱e a toda la historia.”
Por esto, Benedicto XVI habla de “la mayor mutaci￳n”,
porqué por el bautismo Dios entra en nosotros y se une
a nuestra naturaleza humana, y empieza la vida nueva,
de unas criaturas que son divinizadas.
La resurrección de Cristo no es un milagro del pasado,
que podría ser indiferente para nosotros como la
resurrección de Lázaro. La resurrección de Cristo es,
para nosotros, la posibilidad de iniciar una nueva vida.
Lo expresaba muy bellamente Melitón de Sardes, en
los inicios de la iglesia, en una homilía de viernes santo,
le hace decir a Jesús:
"Yo soy el que ha destruido la muerte,
el que ha triunfado del enemigo,
el que ha arrebatado al hombre a lo más alto de los
cielos.
Ea pues, venid todas las razas humanas sumidas en el
pecado.
Recibid el perdón de los pecados.
Pues yo soy vuestro perdón;
yo soy la Pascua de la salvación,
yo el Cordero inmolado por vosotros,
yo vuestro rescate,
yo vuestra vida,
yo vuestra resurrección,
yo vuestra luz,
yo vuestra salvación,
yo vuestro rey.
Yo os mostraré al Padre’.
Dios es amor, si el Espíritu de Dios, el Espíritu de
Jesús, habita dentro nuestro hemos de poder amar
como Jesucristo.
Y sólo amando como Él podremos ser felices. Sólo
amando verdaderamente seremos verdaderamente
felices...
En esto sabremos que Cristo resucitado vive en
nosotros, en qué seremos capaces de amar como Él, con
tropiezos, seguro que sí, pero con un deseo intenso de
ir avanzando por el camino del amor y la donación a los
demás.
Que la comunión que ahora viviremos con Cristo
resucitado, nos ayude a avanzar por el camino del amor
y la donación a los demás...
Todo esto es posible porqué Cristo ha Resucitado, y
nos ha comunicado la vida nueva.
¿Hablamos de vida nueva y no decimos que es?... ¿qué
es la vida nueva? Es la vida donde el Espíritu Santo, el
Espíritu de Dios, habita en nosotros, guía nuestros
pasos y nos da la fuerza para poder amar como Cristo
nos amó.