EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Evangelio según San Juan 3,16-21.
¡Así amó Dios al mundo! Le dio al Hijo Unico, para que quien cree en él no se
pierda, sino que tenga vida eterna.
Dios no envió al Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que se salve el
mundo gracias a él.
Para quien cree en él no hay juicio. En cambio, el que no cree ya se ha condenado,
por el hecho de no creer en el Nombre del Hijo único de Dios.
Esto requiere un juicio: la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron las tinieblas
a la luz, porque sus obras eran malas.
Pues el que obra el mal odia la luz y no va a la luz, no sea que sus obras malas
sean descubiertas y condenadas.
Pero el que hace la verdad va a la luz, para que se vea que sus obras han sido
hechas en Dios.»
Comentario del Evangelio por:
Isaac el Sirio (siglo VII), monje cercano a Mossoul
Capítulo sobre el conocimiento, IV, 77-78
“Dios amó tanto al mundo que entregó a su Hijo único”
El hombre enardecido por la llama de la verdad, aun no ha conocido la verdad en
su esencia. Cuando la haya aprendido realmente ya no se enardecerá a causa de
ella. El don de Dios y el conocimiento que confiere el don no son nunca motivo para
turbarse o para levantar la voz, porque el lugar donde habita el Espíritu con amor y
humildad es un lugar donde reina la paz...
Si el celo ardoroso hubiera sido necesario para enderezar los caminos del
hombre ¿por qué Dios se habría revestido de un cuerpo y habría utilizado la dulzura
y la humildad para convertir al mundo a su Padre? ¿Y por qué habría abierto sus
brazos en la cruz por los pecadores, sometiéndo su cuerpo santísimo al sufrimiento
en favor del mundo? Yo afirmo que Dios lo hizo por una sola razón: dar a conocer al
mundo su amor, para que nuestra capacidad de amar, aumentada por esta
constatación, se haga cautiva del amor de Dios. Así, el extraordinario poder del
reino de los cielos que consiste en el amor, ha encontrado una ocasión de
expresarse en la muerte de su Hijo...para que el mundo se dé cuenta del amor de
Dios por su creación. Si este gesto admirable, hubiese tenido por fin únicamente el
perdón de nuestros pecados, habría bastado otro medio para realizarlo. ¿Quién lo
habría rechazado si se hubiese realizado por medio de una muerte corriente? Pero
Dios no quiso una muerte cualquiera para que tú comprendieras que hay aquí un
misterio...
¿Por qué hacían falta los insultos y salivazos?... ¡Oh sabiduría vivificante! Te has
dado cuenta ahora y has comprendido cuál era la razón de la venida del Nuestro
Señor y de todo lo que le siguió, antes que él mismo nos lo explicara por su propia
boca. En efecto, está escrito que “tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo
único.” (Jn 3,16)
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”