IV Domingo de Pascua, Ciclo C
Dinamismo de la fe: “escuchar, conocer y seguir”
La Palabra: “Mis ovejas escuchan mi voz, yo las conozco y ellas me siguen”
(evangelio).
1. Todavía hoy en algunas regiones rurales de Palestina, es frecuente ver al pastor
caminado delante, y las ovejas siguiendo sus pasos. Entre el pastor y las ovejas
hay una gran compenetración. El pastor sabe dónde hay pasto abundante y camina
con firmeza. Las ovejas confían en él, escuchan y entienden sus silbidos, y le
siguen. En ese contexto cultural el cuarto evangelista se refiere a la fe cristiana.
2. En la primera lectura de esta celebración, de los Hechos de los Apóstoles, “la
Palabra de Dios” sale cuatro veces. La Palabra se anuncia, se escucha, se rechaza,
va cundiendo. Esa Palabra se deja oír en la intimidad de cada uno, y acabamos de
proclamarla en el Evangelio. En el encuentro que llamamos fe, Dios tiene la
iniciativa, pues continuamente está viniendo a nosotros. Por nuestra parte debemos
“escucharla”, abrir nuestros oídos y nuestro corazón, para que encuentre buena
tierra y pueda dar fruto.
3. En el nuevo paso debemos conocer la Palabra que es Jesucristo. Compenetrarnos
con su forma de ser, de vivir y de actuar. Dejar que sus sentimientos de
misericordia, su empeño por erradicar el sufrimiento, su apasionamiento para que
todos y todas vivan con la dignidad de personas, calen a fondo en nuestro corazón
y fecundice nuestra existencia. Esto significa seguir a Jesucristo. Escuchar, conocer
y seguir la Palabra encarnada en la conducta de Jesús, es el dinamismo de la fe
cristiana.
Fray Jesús Espeja, OP
Con permiso de Palabranueva.net