Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Ciclo C, Tiempo de Pascua,
Domingo de la Semana No. 5
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Contaron a la Iglesia lo que Dios había hecho por medio
de ellos * Bendeciré tu nombre por siempre jamás, Dios mío, mi rey. * Dios
enjugará las lágrimas de sus ojos * Os doy un mandamiento nuevo: que os améis
unos a otros
Textos para este día:
Hechos 14, 21b-27:
En aquellos días, Pablo y Bernabé volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía,
animando a los discípulos y exhortándolos a perseverar en la fe, diciéndoles que
hay que pasar mucho para entrar en el reino de Dios.
En cada Iglesia designaban presbíteros, oraban, ayunaban y los encomendaban al
Señor, en quien habían creído. Atravesaron Pisidia y llegaron a Panfilia. Predicaron
en Perge, bajaron a Atalía y allí se embarcaron para Antioquía, de donde los habían
enviado, con la gracia de Dios, a la misión que acababan de cumplir.
Al llegar, reunieron a la Iglesia, les contaron lo que Dios había hecho por medio de
ellos y cómo había abierto a los gentiles la puerta de la fe.
Salmo 144:
El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad; el Señor
es bueno con todos, es cariñoso con todas sus criaturas. R.
Que todas tus criaturas te den gracias, Señor, que te bendigan tus fieles; que
proclamen la gloria de tu reinado, que hablen de tus hazañas. R.
Explicando tus hazañas a los hombres, la gloria y majestad de tu reinado. Tu
reinado es un reinado perpetuo, tu gobierno va de edad en edad. R.
Apocalipsis 21, 1-5a:
Yo, Juan, vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera
tierra han pasado, y el mar ya no existe. Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén,
que descendía del cielo, enviada por Dios, arreglada como una novia que se adorna
para su esposo. Y escuché una voz potente que decía desde el trono: "Ésta es la
morada de Dios con los hombres: acampará entre ellos. Ellos serán su pueblo, y
Dios estará con ellos y será su Dios. Enjugará las lágrimas de sus ojos. Ya no habrá
muerte, ni luto, ni llanto, ni dolor. Porque el primer mundo ha pasado." Y el que
estaba sentado en el trono dijo: "Todo lo hago nuevo."
Juan 13, 31-33a. 34-35:
Cuando salió Judas del cenáculo, dijo Jesús: "Ahora es glorificado el Hijo del
hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, también Dios lo
glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará.
Hijos míos, me queda poco de estar con vosotros.
Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; como yo os he amado,
amaos también entre vosotros. La señal por la que conocerán todos que sois
discípulos míos será que os amáis unos a otros."
Homilía
Temas de las lecturas: Contaron a la Iglesia lo que Dios había hecho por medio
de ellos * Bendeciré tu nombre por siempre jamás, Dios mío, mi rey. * Dios
enjugará las lágrimas de sus ojos * Os doy un mandamiento nuevo: que os améis
unos a otros
1. El Impacto de la Vida Cotidiana
1.1 El comienzo de la Pascua es una noticia explosiva, conmovedora, capaz de
remecer el universo: "Cristo ha resucitado. ¡Él vive!" Esta certeza embriagante se
parece a una declaración de amor, cuando el corazón que se había achicado por la
incertidumbre de pronto se siente con derecho de expandirse con el gozo. Y lo
mismo que en una declaración de amor existe un poco el riesgo de dejarse llevar
por esa embriaguez y suponer que las dificultades simplemente se han esfumado y
que de repente todo será sencillo, expedito y feliz.
1.2 Sigamos la comparación. Los días pasan y las mismas personas que hace poco
sentían que se reventaban de gozo descubren que no pocas asperezas y trabajos
están todavía por delante. Por decir algo, el hecho de que se amen puede hacer
llevadero que haya que pagar impuestos, pero los impuestos siguen siendo algo tal
vez enojoso de preparar y de pagar.
1.3 Algo parecido nos cuenta con hermosa pedagogía el libro de los Hechos de los
Apóstoles, como se ve bien en la primera lectura de hoy. Es verdad que Jesús vive.
Es verdad que su vida nos da vida y fuerza y gozo. Pero también es verdad que
"hay que pasar mucho para entrar en el reino de Dios." Vivir la Pascua, entonces,
no es vivir de ilusiones. No es imaginar un mundo rosado o un jardín de delicias,
sino comprender que aunque esta tierra sigue siendo tierra de sembradío, la
cosecha está asegurada y el amor, un amor cierto y firme como la victoria de
Cristo, habrá de apresurarla.
2. La Mirada Fija en la Meta
2.1 Y sin embargo, así como hay que ser "realistas," es preciso vivir en la saludable
y bella tensión de la esperanza. Las realidades y dificultades de cada día nos
pueden ir desgastando, como también sucede a las parejas y familias que sienten
que su amor se desgasta y anquilosa con la rutina. Por eso es necesario saber
levantar la mirada de cuando en cuando para recordar hacia dónde va el camino y
para sonreír con las caricias que nuestro Padre Dios sabe darnos incluso mientras
vamos caminando.
2.2 Una de esas caricias es el libro del Apocalipsis. Mucha gente lo ve sólo como un
libro "terrible," como una colección de cuadros surreales que cautivan y marean la
vista. En realidad, el Apocalipsis es el gran Manifiesto de la Esperanza Cristiana. Es
un canto colmado de certeza. Es una poesía que se eleva de en medio de la rutina
que asfixia o la persecución que paraliza. A ver, ¿quién no se pone en movimiento
para ir hacia esa mansión de la que no se nos habla en la segunda lectura: Ésta es
la morada de Dios con los hombres: acampará entre ellos. Ellos serán su pueblo, y
Dios estará con ellos y será su Dios. Enjugará las lágrimas de sus ojos. Ya no habrá
muerte, ni luto, ni llanto, ni dolor. Porque el primer mundo ha pasado?
2.3 Caminar en la esperanza no es caminar en la irrealidad. Caminar en la
amargura no es caminar en la realidad. Lo real tiene su arista de dolor pero tiene
también su música propia, la que le dio Cristo muriendo en realidad para, en
realidad, resucitar.
3. El Amor es lo más parecido a la presencia de Cristo
3.1 A medida que se acerca la fiesta de la Ascensión y van avanzando con prisa
estos días del tiempo pascual es inevitable preguntarnos por la presencia de
nuestro Amado, nuestro Señor Jesús. El primer día de la Pascua, la Magdalena
corrió a buscarlo, y en esa prisa de amor estábamos todos representados porque a
todos nos hace falta Él, pues sólo Él es Maestro del Amor que no muere.
3.2 El evangelio de hoy nos recuerda que ese amor de Él es tan visible como Él
mismo. Escuchemos de nuevo: "Hijos míos, me queda poco de estar con vosotros.
Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; como yo os he amado,
amaos también entre vosotros." La partida de Cristo y el mandamiento del amor
están relacionados. Uno no puede amar como Cristo sin Cristo, y por ese el que
ama como Cristo es presencia de Cristo.
Fr. Nelson Medina, O.P.