EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Evangelio según San Juan 13,31-33a.34-35.
Sermón sobre el Evangelio de Juan, nº 65
Cuando Judas salió, Jesús dijo: «Ahora es glorificado el Hijo del Hombre y Dios es
glorificado en él.
Por lo tanto, Dios lo va a introducir en su propia Gloria, y lo glorificará muy pronto.
Hijos míos, yo estaré con ustedes por muy poco tiempo. Me buscarán, y como ya
dije a los ju díos, ahora se lo digo a ustedes: donde yo voy, ustedes no pueden
venir.
Les doy un mandamiento nue vo: que se amen los unos a los otros. Ustedes deben
amarse unos a otros como yo los he amado.
En esto reconocerán todos que son mis discípulos: en que se aman unos a otros.»
Comentario del Evangelio por:
San Agustín (354-430), obispo de Hipona (África del Norte), doctor de la
Iglesia
Sermón sobre el Evangelio de Juan, nº 65
“Tal como yo os he amado, así también amaos los unos a los otros”
“Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros”... el que
escucha este mandamiento, o mejor, el que lo obedece, se renueva interiormente
no por un amor cualquiera sino por el mismo amor que el Señor ha precisado,
añadiendo: “Como yo os he amado”... a fin de distinguirlo de un amor puramente
natural. “Todos los miembros del cuerpo se preocupan los unos de los otros. Si un
miembro sufre, todos los miembros sufren con él; si un miembro es glorificado,
todos los miembros se congratulan con él” (1Cor. 12,25-26). En efecto, ellos
comprenden y observan estas palabras: “Os doy un mandamiento nuevo, que os
améis lo unos a lo otros” no como fuente de desenfrenos, ni como se aman los
hombres simplemente porque son hombres, sino como aquellos que se aman
porque todos “son dioses” (Jn 10,35) e “hijos del Altísimo” (Lc 6,35), para llegar así
a ser los hermanos de su Hijo único, amándose unos a otros con el mismo amor
con que él los amó, para conducirlos a todos a aquel fin que los satisfaga, donde
su anhelo de bienes encuentre su saciedad. Porque no quedará ningún anhelo sin
saciar cuando Dios lo sea “todo en todos” (1Cor. 15,28).
El que ama a su prójimo con un amor espiritual ¿qué amará en él sino a Dios?
Este amor es el que el Señor quiere separar del amor puramente natural cuando
añade: “Como yo os he amado”. ¿Qué es lo que él ha amado en nosotros sino a
Dios? No a Dios tal como ya lo poseemos, sino tal como él quiere que le poseamos
cuando dice: "Dios será todo en todos”. El médico ama a sus enfermos por la salud
que les quiere dar, no por su enfermedad. “Como yo os he amado, amaos los unos
a los otros”. Es por eso que nos ha amado: para que nosotros también sepamos
amarnos los unos a los otros.
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”