Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Mayo 1
Memoria de San José, Obrero
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Temas de las lecturas: Llenen la tierra y sométanla * Dichoso el hombre que ha
puesto su confianza en el Señor. * ¿No es éste el hijo del carpintero?
Textos para este día:
Génesis 1, 26-31; 2, 1-3:
En el principio creó Dios al cielo y la tierra. Y dijo Dios:
«Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que domine a los peces del
mar, a las aves del cielo, a los animales domésticos y a todo animal que se arrastra
sobre la tierra».
Y creó Dios al hombre a su imagen; a imagen suya lo creó; hombre y mujer los
creó. Y los bendijo Dios y les dijo:
«Sean fecundos y multiplíquense, llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces
del mar, a las aves del cielo y a todo ser viviente que se mueve sobre la tierra».
Y dijo Dios:
«He aquí que les entrego todas las plantas de semilla que hay sobre la faz de la
tierra, y todos los árboles que producen fruto y semilla, para que les sirvan de
alimento. Y a todas las fieras de la tierra, a todas las aves del cielo, a todos los
reptiles de la tierra, a todos los seres que respiran, también les doy por alimento
las verdes plantas».
Y así fue. Vio Dios todo lo que había hecho y lo encontró muy bueno. Fue la tarde y
la mañana del sexto día.
Así quedaron concluidos el cielo y la tierra con todos sus ornamentos, y terminada
su obra, descansó Dios el séptimo día de todo cuanto había hecho. Dios bendijo el
séptimo día y lo consagró, porque ese día cesó de trabajar en la creación del
universo.
Salmo 1 :
Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos, / ni entra por la senda de
los pecadores, / ni se sienta en la reunión de los cínicos; / sino que su gozo es la
ley del Señor, / y medita su ley día y noche. R.
Será como árbol / plantado al borde de la acequia: / da fruto en su sazón / y no se
marchitan sus hojas; / y cuanto emprende tiene buen fin. R.
No así los impíos, no así; / serán paja que arrebata el viento. / Porque el Señor
protege el camino de los justos, / pero el camino de los impíos acaba mal. R.
Mateo 13, 54-58:
En aquel tiempo, Jesús llegó a su tierra y se puso a enseñar a la gente en la
sinagoga, de tal forma, que todos estaban asombrados y se preguntaban:
«¿De dónde ha sacado éste esa sabiduría y esos poderes milagrosos? ¿Acaso no es
éste el hijo del carpintero? ¿No se llama María su madre y no son sus hermanos
Santiago, José, Simón y Judas? ¿Qué no viven entre nosotros todas sus hermanas?
¿De dónde, pues, ha sacado todas estas cosas?»
Y se negaban a creer en él. Entonces, Jesús les dijo:
«Un profeta no es despreciado más que en su patria y en su casa».
Y no hizo muchos milagros allí por la incredulidad de ellos.
Homilía
Temas de las lecturas: Llenen la tierra y sométanla * Dichoso el hombre que ha
puesto su confianza en el Señor. * ¿No es éste el hijo del carpintero?
1. José, un trabajador
1.1 Existe la idea del trabajo como un castigo, debido a una interpretación pobre de
Génesis 3, que habla del pecado original y sus consecuencias. El verdadero sentido
de "ganarás el pan con el sudor de tu frente" (Génesis 3,17) es finalmente un
camino de redención, y no una especie de desquite de Dios.
1.2 En su Encíclica Laborem Exercens el Papa Juan Pablo II elabora dos sentidos
complementarios del trabajo: "objetivo" y "subjetivo." El primero se refiere a la
transformación que acontece en el mundo por virtud de la labor conjunta de
aquellos que trabajan. Es el mundo de la técnica. El segundo sentido, es más
profundo, pues alude a la manera como el acto de trabajar hace distinto al
trabajador: obrando en el mundo está también obrando en sí mismo y en cierto
sentido esculpiendo su propia figura, definiendo su propio ser.
2. Los pobres de Yahveh
2.1 Cuando pensamos en los obreros o la clase trabajadora, la idea de "masa"
puede visitarnos fácilmente. Quizás porque los trabajos más humildes requieren
uniformes que hacen desaparecer las particularidades de cada historia de cada
obrero, cuando bajo un manto de uniformidad es su labor la que brilla y no su vida,
su familia o sus creencias y convicciones.
2.2 La Biblia tiene una expresión favorita para referirse a esta clase de personas,
las que parecen relegadas al último renglón y cuya historia no parece interesar a
nadie. A menudo son ellos y ellas, los postergados, quienes tienen la más firme
certeza de que hay un Señor que está por encima de todos los señores que ellos
han conocido. Por eso la Biblia llama a estas personas los "Pobres de Yahveh," los
Anawim.
2.3 Deberíamos recordar a menudo que José y María eran de estos Anawim. Lo
extraño y maravilloso no es que se hayan perdido muchos datos sobre sus vidas
sino que se recuerde alguno. El hecho de que el Hijo Unigénito de Dios venga a la
casa del obrero y se convierta en "hijo del artesano" muestra más que mil discursos
cómo es gracia la gracia y cómo es regalo la salvación.
3. Con los pobres de la tierra
3.1 Cada Eucaristía tiene muchas dimensiones. Existe la dimensión personal y son
importantes la devoción y el espíritu de adoración. Pero exite también la dimensión
social y no debe olvidarse la responsabilidad histórica.
3.2 Celebrar la Eucaristía es partir un pan que por todos y para todos se comparte.
La verdad del dolor de tantos desposeídos de nuestro tiempo no puede estar
ausente del altar en que Cristo renueva su sacrificio por todos ellos.
Fr. Nelson Medina, O.P.