V Domingo de Pascua, Ciclo C
PARA ENCONTRARSE CON JESÚS RESUCITADO (2)
Hay que hacer silencio interior…, momentos de oración, hay que darse tiempo para
pensar en El y en sus enseñanzas. El encuentro es de persona a persona… les
comentaba al finalizar la Homilía del domingo pasado tratando el tema “ qué hacer”
para encontrarse con Jesús Resucitado en esta vida terrenal. Tema que prosigo porque es
un tema de vida ó muerte para todo hombre o mujer que vienen a este mundo. Es el
tema que define el ser y misión del cristiano Es el objetivo central del ser de la Iglesia :
su misión es anunciar a Jesucristo Resucitado a la humanidad entera.
Como Jesús es el mismo ayer-hoy y siempre, según la expresión de la Carta a los
Hebreos, se lo va encontrando en un proceso de diálogo para un conocimiento mutuo
como dos personas que quieren, de verdad, encontrarse a nivel personal. De lo
contrario, es un estar, físicamente, uno junto al otro. Como acontece en los medios de
transportes colmados de personas pero ausentes unas con otras. Porque sin una
intercomunicación dialogal no hay encuentro personal.
Entonces, si no hay al menos un breve diálogo nadie dice que hubo un encuentro
comunicativo . Y para que haya verdadero diálogo es preciso que haya momentos de
silencio para escucharse. De lo contrario, tan sólo es posible un simple monólogo.
Para encontrarse con Jesús Resucitado en esta nuestra vida terrenal, se requiere,
entonces, que haya un encuentro comunicativo dialogal entre Jesús y los que vivimos
en este mundo. ¡¿Cómo es posible si El vive en otra dimensión a la nuestra?!
No han quedado detalles de las enseñanzas de Jesús Resucitado a sus más
cercanos discípulos. Tan solo un breve comentario de Lucas (Hechos 1,3ss) manifiesta
que Jesús Resucitado aprovechó los 40 días, en los que se les aparecía en forma visible
para terminar de reafirmarlos en su Fe y enseñarles qué es lo que debían hacer para
anunciarlo Resucitado, en nueva vida junto a su Padre, a nuestro Padre Dios.
Y ESTO ES LO QUE HICIERON FIELMENTE. Esperaron fielmente la efusión
pública del Espíritu Santo sobre cada uno como se les había pedido. Comenzaron a
reunirse con frecuencia en casas de familias para comentar entre ellos y enseñar a los
que no lo conocían que es lo que había pasado con Jesús de Nazaret y sus enseñanzas.
Eran frecuentes las reuniones cuyo contenido consistía en comentar “hechos y dichos”
de Jesús y su implicancia en la vida personal, familiar y social de quiénes asistían. Esto
que escucho, esto que ha pasado en Jesús, qué a mi? Qué a nosotros, como pueblo ?, se
preguntaban y conversaban en reflexión grupal con la mirara interior puesta en Jesús.
Fue la sencilla y vívida liturgia de la Palabra de los comienzos de la Iglesia Esto es
lo que hoy llamamos lectura orante de la Palabra de Dios y es lo que se ha intentado
ofrecer al pueblo de Dios en las lecturas bíblicas de la celebración eucarística.
Lamentablemente en el rito romano actual no se logra la intención pastoral según el
Concilio Vaticano II de devolverle al Pueblo de Dios, el alimento indispensable de la
Palabra de Vida eterna como la llama el mismo Jesús. El rito actual no ofrece el tiempo
y la disposición para una escucha comunicativa y dialogal personal y comunitaria con el
Señor Resucitado y entre los mismos miembros de la Comunidad. Por esto, por ahora,
se impone que quienes quieran ser cristianos de verdad se han de tomar tiempo de sus
vidas para una lectura orante de la Palabra de Dios (Biblia)
Para que la lectura bíblica sirva de mediación e ir logrando un encuentro con el
mismísimo Señor Jesús Resucitado, se requiere el tiempo que se brinda entre personas
humanas para escucharse, dialogar, intimar, relacionarse de tú a tú y no simplemente un
saludo protocolar o un acto de presencia física en alguna reunión. Es preciso darse
tiempo y espacio como para el alimento o la higiene del cuerpo, Claro está, no para
cumplir con una práctica religiosa sino para cobrar una mentalidad de discípula/o de
Jesús Resucitado que se manifieste en las opciones más íntimas como en las más
públicas. Es vivir transparentando el Evangelio del Señor en el diario vivir. 1
1 En próximas Homilías se desarrollará este tema.
Miguel Esteban Hesayne – Obispo
mehm@fibertel.com.ar