EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Evangelio según San Juan 16,16-20.
Jesús dijo a sus discípulos: «Dentro de poco ya no me verán, pero después de otro
poco me volverán a ver.»
Algunos discípulos se preguntaban: ᆱ¿Qué querrá decir con eso: “Dentro de poco
ya no me verán y después de otro poco me volverán a ver”? ¿Y qué significa: “Me
voy al Padre”?ᄏ
Y se preguntaban: ᆱ¿A qué se refiere ese “dentro de poco”? No entendemos lo que
quiere decir.»
Jesús se dio cuenta de que querían preguntarle y les dijo: «Ustedes andan
discutiendo sobre lo que les dije: “Dentro de poco tiempo no me verán y después
de otro poco me volverán a ver”.
En verdad les digo que llorarán y se lamentarán, mientras que el mundo se
alegrará. Ustedes estarán apenados, pero su tristeza se convertirá en gozo.
Comentario del Evangelio por:
San Agustín (354-430), obispo de Hipona (África del Norte), doctor de la
Iglesia, Padre de la Iglesia Latina
Sermones sobre san Juan, nº 101
«Nadie os quitará vuestra alegría»
Estas palabras del Salvador: «Volveré a veros y se alegrará vuestro corazón y
nadie os quitará vuestra alegría» no deben ser referidas a este tiempo en que,
después de su resurrección, se dejó ver en su misma carne por sus discípulos y les
dijo que le tocaran, sino a ese otro tiempo del cual él mismo ya había dicho: «El
que me ama, lo amará mi Padre y lo amaré yo y me mostraré a él» (Jn 14,21).
Esta visión no es para esta vida sino para la vida del mundo venidero. No es por un
tiempo sino que no tendrá fin. «La vida eterna es que te conozcan a ti al único Dios
verdadero, y a tu enviado, Jesucristo» (Jn 17,3). El apóstol Pablo dice sobre esta
visión y conocimiento: «Ahora vemos como en un espejo de adivinar, entonces
veremos cara a cara. Mi conocer es por ahora inmaduro, entonces podré conocer
como Dios me conoce» (1C 13,12).
Este es el fruto del trabajo de la Iglesia, ésta lo da a luz ahora en el deseo,
entonces lo dará a luz en la visión; ahora en el dolor, entonces en el gozo, ahora en
la súplica, entonces en la alabanza. Este fruto no tendrá fin porque nada nos va a
satisfacer sino lo que es infinito. Es ese deseo el que hizo decir a Felipe: «Señor,
muéstranos al Padre y nos basta» (Jn 14,8).
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”