Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Tiempo Ordinario, Año Impar,
Semana No. 7, Lunes
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Antes que todo fue creada la sabiduría * El Señor reina,
vestido de majestad. * Tengo fe, pero dudo; ayúdame
Textos para este día:
Eclesiástico 1,1-10:
Toda sabiduría viene del Señor y está con él eternamente. La arena de las playas,
las gotas de la lluvia, los días de los siglos, ¿quién los contará? La altura del cielo,
la anchura de la tierra, la hondura del abismo, ¿quién los rastreará? Antes que todo
fue creada la sabiduría; la inteligencia y la prudencia, antes de los siglos. La raíz de
la sabiduría, ¿a quién se reveló?; la destreza de sus obras, ¿quién la conoció? Uno
solo es sabio, temible en extremo; está sentado en su trono. El Señor en persona la
creó, la conoció y la midió, la derramó sobre todas sus obras; la repartió entre los
vivientes, según su generosidad se la regaló a los que lo temen.
Salmo 92:
El Señor reina, vestido de majestad, / el Señor vestido y ceñido de poder. R.
Así está firme el orbe y no vacila. / Tu trono está firme desde siempre, / y tú eres
eterno. R.
Tus mandatos son fieles y seguros; / la santidad es el adorno de tu casa, / Señor,
por días sin término. R.
Marcos 9,14-29:
En aquel tiempo, cuando Jesús y los tres discípulos bajaron de la montaña, al llegar
adonde estaban los demás discípulos, vieron mucha gente alrededor, y a unos
escribas discutiendo con ellos. Al ver a Jesús, la gente se sorprendió, y corrió a
saludarlo. Él les preguntó: "¿De qué discutís?" Uno le contestó: "Maestro, te he
traído a mi hijo; tiene un espíritu que no le deja hablar y, cuando lo agarra, lo tira
al suelo, echa espumarajos, rechina los dientes y se queda tieso. He pedido a tus
discípulos que lo echen, y no han sido capaces."
Él les contestó: "¡Gente sin fe! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo
os tendré que soportar? Traédmelo." Se lo llevaron. El espíritu, en cuanto vio a
Jesús, retorció al niño; cayó por tierra y se revolcaba, echando espumarajos. Jesús
preguntó al padre: "¿Cuánto tiempo hace que le pasa esto?" Contestó él: "Desde
pequeño. Y muchas veces hasta lo ha echado al fuego y al agua, para acabar con
él. Si algo puedes, ten lástima de nosotros y ayúdanos." Jesús replicó: "¿Si puedo?
Todo es posible al que tiene fe." Entonces el padre del muchacho gritó: "Tengo fe,
pero dudo; ayúdame." Jesús, al ver que acudía gente, increpó al espíritu inmundo,
diciendo: "Espíritu mudo y sordo, yo te lo mando: Vete y no vuelvas a entrar en él."
Gritando y sacudiéndolo violentamente, salió. El niño se quedó como un cadáver,
de modo que la multitud decía que estaba muerto. Pero Jesús lo levantó,
cogiéndolo de la mano, y el niño se puso en pie.
Al entrar en casa, sus discípulos le preguntaron a solas: "¿Por qué no pudimos
echarlo nosotros?" Él les respondió: "Esta especie sólo puede salir con oración."
Homilía
Temas de las lecturas: Antes que todo fue creada la sabiduría * El Señor
reina, vestido de majestad. * Tengo fe, pero dudo; ayúdame
1. El elogio de la Sabiduría
1.1 En las pasadas semanas hemos hecho un recorrido por las páginas iniciales de
la Biblia. Profundas reflexiones sobre la naturaleza humana, el poder del mal y la
grandeza de la misericordia divina nos han acompañado en esta ruta. El panorama
cambia discretamente ahora cuando nos acercamos a uno de los más extensos
libros de la Sagrada Escritura, un verdadero compendio de sabiduría, el
Eclesiástico, también conocido como "Sabiduría de Ben –Sirá".
1.2 Y lo primero que nos ofrece esta obra magna es un elogio amplio de la
Sabiduría misma, entendida de un modo casi "hipostático", esto es, casi como si se
tratara de una Persona. En realidad, quienes estudian el desarrollo de la relevación
a lo largo de la Biblia ven claramente en esta doctrina cuasihipostática de la
sabiduría como una anticipación de aquello que luego podremos entender de los
versículos de san Juan: "En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios,
y el Verbo era Dios" (Jn 1,1).
1.3 Lo que destaca con más fuerza en el preámbulo que nos ofrece el Sirácida, es
decir, Ben Sirá, es la abundancia de la sabiduría, que habla bien de la grandeza del
"único" Sabio, el Señor.
1.4 Y es de notar el modo poético y profundo en que este autor inspirado nos
regala una perspectiva balanceada entre la trascendencia de la sabiduría misma,
que está sólo en casa cuando está con el único Sabio, Dios, y la inmanencia de esa
sabiduría que ha sido "derramada" en las obras del Creador. De este modo
entendemos a la vez que Dios es inalcanzable y cercano, incomprensible y
accesible, deslumbrante y esclarecedor.
2. Algo más que un enfermo
2.1 En el evangelio de hoy continuamos la lectura continua de Marcos, que nos ha
ocupado desde el principio del tiempo ordinario. Esta vez la escena es patética: un
caso de aparente epilepsia, que es atribuido por la mentalidad de aquella época a la
acción del demonio.
2.2 Hay quienes piensan precisamente que el pasaje de hoy es una muestra
meridiana de la confusión mítica en que vivía la gente de aquella época, y al
parecer Jesús mismo. Según estos, deberíamos aprender del texto de hoy que el
demonio es el nombre que aquellos hombres daban a las enfermedades de vausa
desconocida.
2.3 Lo malo de este planteamiento es que presupone que el mal del muchacho
tenía una sola causa. Nada impide que la acción del demonio concurra con otros
malestares, sean ellos físicos, neurológicos o síquicos. Y ese parece ser el caso
aquí. Curiosa esta "epilepsia" que "muchas veces" arroja al enfermo hacia el fuego
o hacia el agua. ¿Ha oído usted de cosa semejante? Interesante esta "epilepsia"
que se dispara en cuanto el muchacho "ve a Jesús".
2.4 No negamos, pues, que haya habido una condición cerebral anómala en este
joven, pero sí afirmamos que los síntomas mismos que la tradición nos ha dado
permiten hablar de un origen más hondo y oscuro. Y lo importante es saber que
también en esa hondonada oscura en que gruñe el demonio sabe desenvolverse
Cristo, y dar salud y vida y alegría a cuantos creen en él.
Fr. Nelson Medina, O.P.