IX Semana del Tiempo Ordinario (Año Impar)
Lunes
Padre Julio González Carretti O.C.D
Lecturas bíblicas
a.- Tb. 1,3; 2,1-8: Tobías temía más a Dios que al rey.
b.- Mc. 12,1-12: Parábola de los viñadores homicidas.
Esta parábola, es una expresión del amor entrañable del Padre por su pueblo. Amor
que se preocupa por la viña, para que produzca sus frutos. Pero además, expresa la
actitud de los administradores, a cuyo cuidado dejó la viña el dueño, ellos la
quieren para sí, arrebatándosela al Hijo. Matarán a todos los enviados que vinieren
a buscar la paga del fruto. El Hijo del dueño de la viña también es enviado, pero los
viñadores se dijeron: “Pero aquellos labradores dijeron entre sí: "Este es el
heredero. Vamos, matémosle, y será nuestra la herencia."Le agarraron, le mataron
y le echaron fuera de la viña. ¿Qué hará el dueño de la viña? Vendrá y dará muerte
a los labradores y entregará la viña a otros. ¿No habéis leído esta Escritura: La
piedra que los constructores desecharon, en piedra angular se ha convertido” (vv.
7-10). Este último pasaje es una referencia al rechazo que sufre Jesús de parte de
los judíos, pero también éstos se sienten identifican con los malos administradores
de la viña por lo que deciden matarlo. La lección que trae a nuestra vida es saber
administrar la salvación, que aunque sabemos es don gratuito de Dios, también es
responsabilidad de quien acepta vivir esta historia de amor con Dios. Saber
trabajarla consistirá en ver cómo esos criterios y actitudes de Cristo los puedo
asumir de acuerdo a las necesidades y urgencias que percibo a la luz de su
misterio. No es fácil, acertar ciento por ciento, por la falta de conocimiento personal
de nosotros mismos, falta de comunión con Dios y el prójimo. Muy centrados en
nosotros mismos, no valoramos cuánto ha hecho el Señor por nosotros y los frutos
que le debemos. La misma responsabilidad deberíamos tener con la Iglesia,
sacramento de salvación universal. Si viviéramos nuestro compromiso a nivel
personal y eclesial, la comunidad sería espacio abierto para todos los que de verdad
quieran trabajar en la viña del Señor y fructificar según la voluntad del Padre.
Deberíamos sentirnos afortunados de trabajar en la viña del Señor que es la
Iglesia, porque contribuimos en la evangelización del mundo y nos hacemos más
responsables de cuanto nos ama Dios Trinidad.