IX Semana del Tiempo Ordinario (Año Impar)
Sabado
Padre Julio González Carretti O.C.D
Lecturas bíblicas
a.- Tob. 12,1.5-15.20: Yo soy Rafael, uno de los siete ángeles.
b.- Mc. 12,38-44: Guardaos de la levadura de los letrados.
Dos textos, uno se refiere a los letrados y cómo hay que cuidarse de sus actitudes
(vv.38-39) y el óbolo de la viuda (vv.41-44). Las palabras de Cristo, son una
advertencia, de cómo esas actitudes son para aparentar piedad y santidad externa,
que no corresponde a las intenciones del corazón. El castigo será más severo con
ellos, por su hipocresía religiosa. El verdadero israelita, debe serlo desde lo interior,
como también, el cristiano. Si no nacen de una verdadera religión, de dentro,
siempre cabe la posibilidad de caer en la hipocresía. Con frecuencia Jesús condena
la hipocresía religiosa del tipo que sea, porque lleva al engaño con lo más sagrado,
como es la religión referida a Dios y a los hombres. Si hay algo que se necesita
hoy, y siempre, es la autenticidad, tanto del que cree, como del que no tiene
religión, pero sigue su conciencia moral. La verdadera religión nace del espíritu y de
la verdad. El espíritu humano es morada de Dios y de la verdad, revelada por Dios
en Cristo a los hombres. La verdadera religión, es en espíritu y en verdad (cfr. Jn.
4,23), como enseñó Jesús a la samaritana. Así como Moisés dio al pueblo los
Mandamientos, Jesús dio las Bienaventuranzas (cfr. Mt. 5, 4-11; Lc. 6, 20-23),
como su propia ley para el cristiano. No se anulan los mandamientos, pero en la
nueva economía de la salvación, se perfecciona la voluntad divina para nosotros. Es
el Espíritu Santo el que interioriza la voluntad divina, y por lo mismo, hace que el
hombre pueda efectivamente y afectivamente hacer la voluntad de Dios. La viuda
del templo es la imagen de la mujer nueva del evangelio de la gracia, confianza y
oración, se unen en ella la generosidad de quien entrega, más que una moneda,
entrega la propia vida a Dios y los hombres. De alabar la mirada de Jesús con esta
viuda pobre, su capacidad de dejarse admirar por la sencillo, lo simple, como
observar el obrar de las personas menos significativas para los grandes, o que se
consideran tales. Ve cómo echa más que nadie, frente a los ricos que echaban
mucho dinero en el cepillo del templo. La viuda echó unas monedas, dos cuartos,
una minucia si se quiere, pero Jesús lo considera mucho, porque dio lo que tenía
para vivir, mientras que los otros daban de lo que les sobraba. Ambos textos,
apuestan por la interioridad, como fuente donde Dios se revela y el hombre le
busca le puede encontrar. Fuente de donde brotan las actitudes de cara a Dios y a
los hombres. Sin olvidar que también ahí nacen las actitudes más nobles, y también
nuestras debilidades, que siempre habrá que vencer a fuerza de bien. Quien vive
con trasparencia su fe, es un aporte para la comunidad eclesial, para su familia,
para su profesión, etc. Quien actúa así, o mejora o retrocede, porque en el fondo,
la hipocresía se percibe con sospecha y por lo mismo, hombre o mujer no confiable.
La verdad nos hace libres, enseña Jesús, porque esa verdad es el mismo Cristo y su
mensaje de salvación.