Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Tiempo Ordinario, Año Impar,
Semana No. 8, Jueves
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: La gloria del Señor se refleja en todas sus obras * La
palabra del Señor hizo el cielo. * Maestro, haz que pueda ver
Textos para este día:
Eclesiástico 42,15-26:
Voy a recordar las obras de Dios y a contar lo que he visto: por la palabra de Dios
son creadas y de su voluntad reciben su tarea. El sol sale mostrándose a todos, la
gloria del Señor se refleja en todas sus obras. Aun los santos de Dios no bastaron
para contar las maravillas del Señor. Dios fortaleció sus ejércitos, para que estén
firmes en presencia de su gloria. Sondea el abismo y el corazón, penetra todas sus
tramas, declara el pasado y el futuro y revela los misterios escondidos. No se le
oculta ningún pensamiento ni se le escapa palabra alguna. Ha establecido el poder
de su sabiduría; es el único desde la eternidad; no puede crecer ni menguar ni le
hace falta un maestro. ¡Qué amables son todas sus obras!; y eso que no vemos
más que una chispa. Todas viven y duran eternamente y obedecen en todas sus
funciones. Todas difieren unas de otras, y no ha hecho ninguna inútil. Una excede a
otra en belleza: ¿quién se saciará de contemplar su hermosura?
Salmo 32 :
Dad gracias al Señor con la cítara, / tocad en su honor el arpa de diez cuerdas; /
cantadle un cántico nuevo, / acompañando los vítores con bordones. R.
Que la palabra del Señor es sincera, / y todas sus acciones son leales; / él ama la
justicia y el derecho, / y su misericordia llena la tierra. R.
La palabra del Señor hizo el cielo; / el aliento de su boca, sus ejércitos; / encierra
en un odre las aguas marinas, / mete en un depósito el océano. R.
Tema al Señor la tierra entera, / tiemblen ante él los habitantes del orbe: / porque
él lo dijo, y existió, / él lo mandó, y surgió. R.
Marcos 10,46-52:
En aquel tiempo, al salir Jesús de Jericó con sus discípulos y bastante gente, el
ciego Bartimeo, el hijo de Timeo, estaba sentado al borde del camino, pidiendo
limosna. Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar: "Hijo de David, Jesús, ten
compasión de mí." Muchos lo regañaban para que se callara. Pero él gritaba más:
"Hijo de David, ten compasión de mí." Jesús se detuvo y dijo: "Llamadlo." Llamaron
al ciego, diciéndole: "Ánimo, levántate, que te llama." Soltó el manto, dio un salto y
se acercó a Jesús. Jesús le dijo: "¿Qué quieres que haga por ti?" El ciego le
contestó: "Maestro, que pueda ver." Jesús le dijo: "Anda, tu fe te ha curado." Y al
momento recobró la vista y lo seguía por el camino.
Homilía
Temas de las lecturas: La gloria del Señor se refleja en todas sus obras * La
palabra del Señor hizo el cielo. * Maestro, haz que pueda ver
1. "Voy a traer a la memoria las obras del Señor"
1.1 Con estas palabras empieza la primera lectura de hoy. Es interesante observar
que estamos ya en el capítulo 42 del libro Eclesiástico y es bello notar cómo ellas
marcan como una nueva etapa, a esas alturas de uno de los libros más voluminosos
de la Biblia. En los anteriores capítulos hay centeraes de reflexiones sobre la vida
humana, las virtudes y los vicios, el amor y el valor, la amistad y los negocios.
Después de todo ello, como en un nuevo comienzo, aparecen las palabras que
hemos oído: ahora voy a recordar las obras del Señor.
1.2 Y las obras que este sabio autor recuerda van en dos grandes grupos: la
naturaleza y la historia. Las de hoy corresponden al primer grupo; la primera
lectura de la misa de mañana se referirá al segundo grupo.
1.3 ¿Qué pondera de la creación este hombre sabio? Ante todo, que es de Dios y le
pertenece; luego, que es manifestación de su gloria; en tercer lugar, que Dios
penetra los secretos y honduras que escapan a toda inteligencia creada;
finalmente, que las cosas creadas se complementan unas a otras, de modo que la
explicación de algo siempre nos remite a la existencia y obrar de algo más. Ese
balance maravilloso, ese refluir de vida y de significado entre todas las cosas, causa
una íntima alegría que no es otra sino la percepción de la belleza en su fuente .
2. "Jesús, ten compasión de mí"
2.1 El evangelio de hoy nos ayuda a tomar la actitud de corazón que nos ayudará a
renovar al amor languidecido. Necesitamos de Cristo para amar a Cristo;
necesitamos de Cristo para servir a Cristo; necesitamos de Cristo para alabar a
Cristo. Y esa necesidad de la que el mismo Cristo nos hace conscientes tiene que
volverse súplica, clamor, insistente oración, como la de aquel ciego: "Jesús, ¡ten
compasión de mí!".
2.2 Podemos apelar a la justicia de Cristo cuando nos sentimos buenos y a la
sabiduría de Cristo cuando nos sentimos sagaces; pero, ¿a qué apelaremos cuando
nos sentimos pobres, desvalidos, endeudados? Sólo a la misericordia de nuestro
Salvador.
2.3 Tal es precisamente la mejor actitud para recibir la comunión. ¿Quién presumirá
de su inteligencia ante el misterio del altar, que desborda a toda inteligencia?
¿Quién alardeará de pureza o virtud delante de la santidad misma? Lo único
nuestro que puede acercarnos al corazón de Dios es la humilde confianza con la que
dejamos sus manos libres para amarnos, restaurarnos y bendecirnos.
Fr. Nelson Medina, O.P.