Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Tiempo Ordinario, Año Impar,
Semana No. 10, Lunes
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Dios nos conforta para que nosotros podamos confortar a
los demás en todos sus sufrimientos * Gustad y ved qué bueno es el Señor. *
Dichosos los pobres en el espíritu
Textos para este día:
2 Corintios 1, 1-7:
Pablo, apóstol de Cristo Jesús por designio de Dios, y el hermano Timoteo, a la
Iglesia de Dios que está en Corinto y a todos los santos que residen en toda Acaya:
os deseamos la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.
¡Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordia y Dios
del consuelo! Él nos alienta en nuestras luchas hasta el punto de poder nosotros
alentar a los demás en cualquier lucha, repartiendo con ellos el ánimo que nosotros
recibimos de Dios. Si los sufrimientos de Cristo rebosan sobre nosotros, gracias a
Cristo rebosa en proporción nuestro ánimo. Si nos toca luchar, es para vuestro
aliento y salvación; si recibimos aliento, es para comunicaros un aliento con el que
podáis aguantar los mismos sufrimientos que padecemos nosotros. Nos dais firmes
motivos de esperanza, pues sabemos que si sois compañeros en el sufrir, también
lo sois en el buen ánimo.
Salmo 33:
Bendigo al Señor en todo momento, / su alabanza está siempre en mi boca; / mi
alma se gloría en el Señor: / que los humildes lo escuchen y se alegren. R.
Proclamad conmigo la grandeza del Señor, / ensalcemos juntos su nombre. / Yo
consulté al Señor, y me respondió, / me libró de todas mis ansias. R.
Contempladlo, y quedaréis radiantes, / vuestro rostro no se avergonzará. / Si el
afligido invoca al Señor, él lo escucha / y lo salva de sus angustias. R.
El ángel del Señor acampa / en torno a sus fieles y los protege. / Gustad y ved qué
bueno es el Señor, / dichoso el que se acoge a él R.
Mateo 5,1-12:
En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y se
acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar, enseñándoles: "Dichosos los pobres
en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos los que lloran,
porque ellos serán consolados. Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la
tierra. Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán
saciados. Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Dichosos los que
trabajan por la paz, porque ellos se llamarán los Hijos de Dios. Dichosos los
perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier
modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será
grande en el cielo, que de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a
vosotros."
Homilía
Temas de las lecturas: Dios nos conforta para que nosotros podamos confortar a
los demás en todos sus sufrimientos * Gustad y ved qué bueno es el Señor. *
Dichosos los pobres en el espíritu
1. Sufrimiento y Consuelo
1.1 Ya que el dolor es un visitante permanente de la vida humana, aprendamos de
la primera lectura de hoy que hay otro visitante que quiere frecuentar nuestra
puerta: el consuelo. Y así, ya que sabemos lo que significa estar tristes, bueno es
que tengamos dónde aprender que esa tristeza puede ser superada mediante ese
pequeño y hermoso milagro que se llama "consuelo".
1.2 Consolar... ¿qué es consolar? ¿Quién conoce de veras la ciencia y el arte de
consolar?
1.3 Consolar es ayudar a reconstruir un mundo que ha quedado en ruinas después
de un fracaso, un dolor profundo, una decepción fuerte o de una pérdida
irreparable. Reconstruir el mundo es un proceso que pide comprensión, paciencia,
una dosis de ternura, pero también mucha sabiduría para afianzar los cimientos que
aún están en pie y que serán la base de un posible y deseable futuro.
1.4 Y es maravilloso descubrir que no hay otro experto como Dios en eso de
consolar y reconstruir. ¿Podría ser de otro modo, siendo Él nuestro Creador, quien
mejor nos conoce y ama?
2. Anuncio de Gozo
2.1 Nadie duda del carácter paradójico de las bienaventuranzas que hemos
escuchado en el evangelio de hoy. Eso de llamar felices a los pobres, los sufridos,
los mansos o los perseguidos es una contradicción abierta y casi desafiante a los
valores y estilos que vemos triunfar en el mundo.
2.2 Pero hay que ir más allá de la paradoja. O mejor: antes de la paradoja conviene
descubrir esa palabra que lo inaugura todo y lo resume todo: "¡Dichosos!";
"¡Felices!". No tengamos temor a pensarlo, a celebrarlo y a decirlo: el Evangelio es
un mensaje de dicha. Si ese dicha se parece o no a lo que hemos aprendido no es
nuestra primera preocupación ni nuestro primer tema. Lo primero es que se
anuncia dicha, alegría, felicidad.
2.3 El lenguaje de la alegría es sencillamente irreemplazable para el corazón
humano. Simplemente necesitamos alegría, así como necesitamos aire, salud, agua
o alimento. O es probable que necesitemos más de la alegría que de esas otras
cosas, porque lamentablemente no faltan quienes, llevados por la angustia o la
tristeza, desechen la posibilidad misma de vivir y se arrojen a la muerte aun
teniendo aire, alimento, agua y salud.
2.4 El Evangelio promete alegría; anuncia alegría; construye alegría. Su modo de
alcanzar esta alegría puede parecernos extraño, pero ello no nos autoriza a
desconfiar de la novedad que implica.
Fr. Nelson Medina, O.P.