XI Semana del Tiempo Ordinario. (Año Impar)
Jueves
Padre Julio González Carretti O.C.D
Lecturas bíblicas
a.- 2Cor. 11,1-11: Os anuncie de balde el evangelio de Dios.
b.- Mt. 6, 7-15: La oración del cristiano.
El Padre nuestro es la oración cristiana por excelencia. Juan Bautista, había
enseñado a sus seguidores a orar, lo mismo piden los discípulos a Jesús (cfr. Lc.
11, 1-4). - Padre nuestro que estás en los cielos. En el AT., Dios es llamado padre
de Israel, por ser su pueblo escogido, al que sacó de la esclavitud de Egipto y
cuidado con entrañable amor. Jesús, es el único Hijo de Dios, sus discípulos
participan de su filiación divina. De ahí que el Padre nuestro, es la oración de los
hijos de Dios. - Santificado sea tu nombre. En la Biblia, el nombre de Dios, es el
mismo Dios; el nombre es idéntico a la persona. El nombre de Dios, es Padre. Dios
es el tres veces Santo, el santo por excelencia, el totalmente Otro, trascendente.
Dios trascendente se ha manifestado y revelado, por los profetas al principio, luego
por su Hijo. Es lo que pedimos al decir santificado sea tu nombre, que no deje de
revelarse, que cumpla sus promesas. - Venga a nosotros tu reino. La predicación de
Jesús se centra en el Reino de Dios, es el nuevo orden de cosas, en el que sea
reconocida su soberanía en el cielo y en la tierra nueva, donde sean vencidos los
poderes contrarios a Dios. Es Jesús, su Enviado que hace presente y operante este
Reino de Dios entre los hombres. Este Reino es actualidad y presencia con Jesús,
en medio de la comunidad apostólica y eclesial y se espera su manifestación en el
futuro. - Hágase tu voluntad. Se pide que la voluntad de Dios, manifestada en
Cristo se cumpla en toda la tierra así como el cielo. - El pan de cada día, dánosle
hoy. Se pide a Dios satisfacer las necesidades diarias, pero sobre todo, se pide el
pan del cielo, es decir a Jesucristo, en su Palabra y en la Eucaristía. - Perdónanos
nuestras deudas. Las deudas son los pecados o culpas, que nosotros perdonamos
porque nos han ofendido. Con Dios tenemos deudas porque agraciados por su
amor, no hemos sido fieles a él. Pero este perdón que pedimos está condicionado al
perdón que concedemos o no a nuestros deudores. - No nos dejes caer en la
tentación. La tentación se entiende aquí como prueba, contrariedades de todo tipo.
El hombre según cómo reacciones será juzgado por Dios Padre. - Líbranos de mal.
Se pide vernos libres de la influencia de Satanás, de sus acechanzas. Para el
cristiano la oración es como el aire que respira, es la vida del alma del discípulo,
por lo tanto, esta oración hay que meditarla al orarla y contemplarla, al meditarla.
Santa Teresa de Jesús en su Comentario al Padre Nuestro, nos invita a orar esta
oraci￳n: “¡Oh Hijo de Dios y Se￱or mío!, ¿cómo dais tanto junto a la primera
palabra? Ya que os humilláis a Vos con extremo tan grande en juntaros con
nosotros al pedir y haceros hermano de cosa tan baja y miserable, ¿cómo nos dais
en nombre de vuestro Padre todo lo que se puede dar, pues queréis que nos tenga
por hijos, que vuestra palabra no puede faltar? Obligáisle a que la cumpla, que no
es pequeña carga, pues en siendo Padre nos ha de sufrir por graves que sean las
ofensas. Si nos tornamos a El, como al hijo pródigo hanos de perdonar, hanos de
consolar en nuestros trabajos, hanos de sustentar como lo ha de hacer un tal
Padre, que forzado ha de ser mejor que todos los padres del mundo, porque en El
no puede haber sino todo bien cumplido; y después de todo esto hacernos
participantes y herederos con Vos.” (CV 27, 2).