EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
sábado 22 Junio 2013
Sábado de la undécima semana del tiempo ordinario
Carta II de San Pablo a los Corintios 12,1-10.
De nada sirve alabarse; pero si hay que hacerlo, iré a las visiones y revelaciones
del Señor.
Sé de un cierto creyente, el cual hace catorce años fue arrebatado hasta el tercer
cielo. Si fue con el cuerpo o fuera del cuerpo, eso no lo sé, lo sabe Dios.
Y sé que ese hombre, sea con cuerpo o fuera del cuerpo, no lo sé, Dios lo sabe,
fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras que no son pra el oído y que nadie
sabría expresar.
Podría sentir orgullo pensando en ese hombre, pero en cuanto a mí, sólo me
gloriaré de mis debilidades.
Si quisiera gloriarme, no sería locura, pues diría la verdad. Pero me abstendré, para
que nadie se forme de mí una idea superior a lo que ve u oye decir de mí.
Y precisamente para que no me pusiera orgulloso después de tan extraordinarias
revelaciones, me fue clavado en la carne un aguijón, verdadero delegado de
Satanás, cuyas bofetadas me guardan de todo orgullo.
Tres veces rogué al Señor que lo alejara de mí,
pero me dijo: «Te basta mi gracia, mi mayor fuerza se manifiesta en la debilidad».
Con mucho gusto, pues, me preciaré de mis debilidades, para que me cubra la
fuerza de Cristo.
Por eso acepto con gusto lo que me toca sufrir por Cristo: enfermedades,
humillaciones, necesidades, persecuciones y angustias. Pues si me siento débil,
entonces es cuando soy fuerte.
Salmo 34(33),8-9.10-11.12-13.
El ángel del Señor hace sus rondas
junto a los que le temen y los guarda.
Gusten y vean cuán bueno es el Señor
¡dichoso aquel que busca en él asilo!
Teme al Señor, pueblo de los santos,
pues nada les falta a los que le temen.
Los ricos se han quedado pobres y con hambre,
pero a los que buscan al Señor nada les falta.
Vengan, hijos, y pónganme atención,
quiero enseñarles el temor del Señor.
¿Cuál es el hombre que anhela vivir
y desea gozar días felices?
Evangelio según San Mateo 6,24-34.
Nadie puede servir a dos patrones: necesariamente odiará a uno y amará al otro, o
bien cuidará al primero y despreciará al otro. Ustedes no pueden servir al mismo
tiempo a Dios y al Dinero.
Por eso yo les digo: No anden preocupados por su vida con problemas de
alimentos, ni por su cuerpo con problemas de ropa. ¿No es más importante la vida
que el alimento y más valioso el cuerpo que la ropa?
Fíjense en las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, no guardan alimentos en
graneros, y sin embargo el Padre del Cielo, el Padre de ustedes, las alimenta. ¿No
valen ustedes mucho más que las aves?
¿Quién de ustedes, por más que se preocupe, puede añadir algo a su estatura?
Y ¿por qué se preocupan tanto por la ropa? Miren cómo crecen las flores del campo,
y no trabajan ni tejen.
Pero yo les digo que ni Salomón, con todo su lu jo, se pudo vestir como una de
ellas.
Y si Dios viste así el pasto del campo, que hoy brota y mañana se echa al fuego,
¿no hará mucho más por ustedes? ¡Qué poca fe tienen!
No anden tan preocupados ni digan: ¿tendremos alimentos?, o ¿qué beberemos?, o
¿tendremos ropas para vestirnos?
Los que no conocen a Dios se afanan por esas cosas, pero el Padre del Cielo, Padre
de ustedes, sabe que necesitan todo eso.
Por lo tanto, busquen primero su reino y su justicia, y se les darán también todas
esas cosas.
No se preocupen por el día de mañana, pues el mañana se preocupará por sí
mismo. A cada día le bastan sus problemas.
Comentario del Evangelio por :
San Ignacio de Loyola (1491-1556), fundador de la Compañía de Jesús
Ejercicios espirituales, 233-234
“Todo esto se os dará por añadidura”
Contemplación para alcanzar amor
Primero conviene advertir dos cosas:
La primera es que el amor se debe poner más en las obras que en las palabras. La
segunda: el amor consiste en un comunicarse de las dos partes, es a saber, en dar
y comunicar el amante al amado lo que tiene, o de lo que tiene o puede y así por el
contrario el amado al amante: de manera que si el uno tiene ciencia, dar al que no
la tiene, si honores, riquezas y así el otro al otro.
Primer preámbulo es composición: que es aquí ver cómo estoy delante de Dios
nuestro Señor, de los ángeles, de los santos interpelantes por mi.
El segundo: pedir lo que quiero, será aquí pedir conocimiento interno de tanto bien
recibido para que yo, enteramente reconociendo pueda en todo amar y servir a su
divina majestad.
El primer punto es traer a la memoria los beneficios recibidos de creación,
redención y dones particulares, ponderando con mucho afecto cuánto ha hecho
Dios nuestro Señor por mi y cuánto me ha dado de lo que tiene, y “consequenter”
el mismo Señor desea dárseme en cuanto puede, según su ordenación divina. Y con
esto reflectar en mi mismo, considerando con mucha razón y justicia en lo que yo
debo de mi parte ofrecer y dar a la su divina majestad, es a saber, todas mis cosas
y a mi mismo con ellas, así como quien ofrece afectándose mucho: “Tomad, Señor
y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad, todo
mi hacer y poseer: Vos me lo disteis a Vos, Señor, lo torno. Todo es vuestro,
disponed de todo a vuestra voluntad; dadme vuestro amor y gracia que ésta me
basta”.
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”