Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Tiempo Ordinario, Año Impar,
Semana No. 12, Jueves
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Agar dio un hijo a Abrán, y Abrán lo llamó Ismael * Dad
gracias al Señor porque es bueno. * La casa edificada sobre roca y la casa edificada
sobre arena
Textos para este día:
Génesis 16,1-12.15-16:
[Saray, la mujer de Abrán, no le daba hijos; pero tenía una sierva egipcia llamada
Agar. Y Saray dijo a Abrán: "El Señor no me deja tener hijos; llégate a mi sierva a
ver si ella me da hijos." Abrán aceptó la propuesta. A los diez años de habitar
Abrán en Canaán, Saray, la mujer de Abrán, tomó a Agar, la esclava egipcia, y se la
dio a Abrán, su marido, como esposa. Él se llegó a Agar, y ella concibió. Y, al verse
encinta, le perdió el respeto a su señora. Entonces Saray dijo a Abrán: "Tú eres
responsable de esta injusticia; yo he puesto en tus brazos a mi esclava, y ella, al
verse encinta, me pierde el respeto. Sea el Señor nuestro juez." Abrán dijo a
Saray: "De tu esclava dispones tú; trátala como te parezca."] Saray la maltrató, y
ella se escapó.
El ángel del Señor la encontró junto a la fuente del desierto, la fuente del camino
de Sur, y le dijo: "Agar, esclava de Saray, ¿de dónde vienes y adónde vas?" Ella
respondió: "Vengo huyendo de mi señora." El ángel del Señor le dijo: "Vuelve a tu
señora y sométete a ella." Y el ángel del Señor añadió: "Haré tan numerosa tu
descendencia que no se podrá contar." Y el ángel del Señor concluyó: "Mira, estás
encinta y darás a luz un hijo y lo llamarás Ismael, porque el Señor te ha escuchado
en la aflicción. Será un potro salvaje: él contra todos y todos contra él; vivirá
separado de sus hermanos."
Agar dio un hijo a Abrán, y Abrán llamó Ismael al hijo que le había dado Agar.
Abrán tenía ochenta y seis años cuando Agar dio a luz a Ismael.
Salmo 105 :
Dad gracias al Señor porque es bueno, / porque es eterna su misericordia. / ¿Quién
podrá contar las hazañas de Dios, / pregonar toda su alabanza? R.
Dichosos los que respetan el derecho / y practican siempre la justicia. / Acuérdate
de mí por amor a tu pueblo. R.
Visítame con tu salvación: / para que vea la dicha de tus escogidos, / y me alegre
con la alegría de tu pueblo, / y me gloríe con tu heredad. R.
Mateo 7,21-29:
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "No todo el que me dice "Señor,
Señor" entrará en el reino de los cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre
que está en el cielo. Aquel día muchos dirán: "Señor, Señor, ¿no hemos profetizado
en tu nombre, y en tu nombre echado demonios, y no hemos hecho en tu nombre
muchos milagros?" Yo entonces les declararé: "Nunca os he conocido. Alejaos de
mí, malvados."
El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel
hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se salieron los ríos,
soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque
estaba cimentada sobre roca. El que escucha estas palabras mías y no las pone en
práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la
lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se
hundió totalmente." Al terminar Jesús este discurso, la gente estaba admirada de
su enseñanza, porque les enseñaba con autoridad, y no como los escribas.
Homilía
Temas de las lecturas: Agar dio un hijo a Abrán, y Abrán lo llamó Ismael * Dad
gracias al Señor porque es bueno. * La casa edificada sobre roca y la casa edificada
sobre arena
1. Cosas Extrañas
1.1 El mundo en el que Dios empezó a revelar su amor fue definitivamente un
mundo muy distinto del nuestro. Aunque el nuestro es así distinto precisamente
porque Dios se empezó a revelar en ese que era tan diferente de lo que somos. Ahí
empezó un camino de providencia y revelación progresiva de su gracia, que
finalmente condujo a la plenitud que es Cristo, en quien brilla con toda su fuerza la
verdad de Dios.
1.2 Hay muchas cosas extrañas en el relato de la primera lectura de hoy. Sara
diciéndole al esposo que tenga un hijo con una criada, Agar; luego esta criada
burlándose de su señora; luego el ángel que dice a Agar, que se ha escapado
aburrida de malos tratos, que vuelva al servicio de la señora. Por último, un hijo,
Ismael, que es inocente de todo pero que llevará una vida marcada por conflictos.
¿Qué sentido hay en todo esto?
1.3 Tal vez descubrir que no hay mucho sentido sea ya un buen descubrimiento. Si
miramos qué criterios se dan en esta cadena de hechos absurdos, vemos que,
quitando la indicación del ángel, todo lo demás es puro razonar "según la carne,"
como diría san Pablo. Es la carne la que quiere "ayudar" a Dios a que cumpla sus
promesas, y de ahí sale la idea que Sara tiene de que su esposo embarace a la
criada. Es la carne, en forma de satisfacción del bien natural logrado, lo que hace
que Agar se vuelva en desprecio hacia su señora. Es la carne, en forma de envidia e
impaciencia, la que hace que Sara maltrate a Agar, y es de nuevo la carne la que
lleva a Agar a huir al desierto, sin tener ni sustento ni dirección ni esperanza
ninguna. O sea que sí hay algo que aprendemos de todo esto, y es lo que dijo
Pablo: "el que siembra en la carne, de la carne cosechará corrupción" (Gálatas 6,8).
De hecho, lo que Dios había prometido no se cumplirá a través de Ismael sino del
que es llamado "hijo de la promesa," Isaac.
2. Poner en Práctica
2.1 ¿Qué es construir sólidamente sobre la base de las enseñanzas de Jesús? Es
haber puesto a prueba lo que nos ha enseñado y haber comprobado que sí
funciona. La fe crece cuando uno ve que funciona, pues ahí se descubre la
diferencia entre las fábulas, los anhelos y los puros sueños, de un lado, y la fe, que
produce cambios y resultados y da vida, por el otro. Eso aprendemos del evangelio
de hoy.
2.2 La fe que no se pone en práctica se va volviendo ideas: humo que vuela en
nuestra mente y que sirve quizá para hacer especulaciones o discursos adornados
pero que ya carece de poder. Cuando llega la prueba, la prueba verdadera, esa fe
se derrumba con estrépito, porque nunca sirvió de cimiento.
2.3 Y ese es el punto central de este evangelio: o la fe es tu cimiento o no es nada.
La fe no sirve para adorno; como adorno, estorba, como cimiento, salva.