Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Tiempo Ordinario, Año Impar,
Semana No. 13, Sábado
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Jacob echó la zancadilla a su hermano y le quitó su
bendición * Alabad al Señor porque es bueno. * ¿Es que pueden guardar
luto, mientras el novio está con ellos?
Textos para este día:
Génesis 27,1-5.15-29:
Cuando Isaac se hizo viejo y perdió la vista, llamó a su hijo mayor: "Hijo mío."
Contestó: "Aquí estoy." Él le dijo: "Mira, yo soy viejo y no sé cuándo moriré. Toma
tus aparejos, arco y aljaba, y sal al campo a buscarme caza; después me guisas un
buen plato, como sabes que me gusta, y me lo traes para que coma; pues quiero
darte mi bendición antes de morir."
Rebeca escuchó la conversación de Isaac con Esaú, su hijo. Salió Esaú al campo a
cazar para su padre. Rebeca tomó un traje de su hijo mayor, Esaú, el traje de
fiesta, que tenía en el arcón, y vistió con él a Jacob, su hijo menor; con la piel de
los cabritos le cubrió los brazos y la parte lisa del cuello. Y puso en manos de su
hijo Jacob el guiso sabroso que había preparado y el pan. Él entró en la habitación
de su padre y dijo: "Padre." Respondió Isaac: "Aquí estoy; ¿quién eres, hijo mío?"
Respondió Jacob a su padre: "Soy Esaú, tu primogénito; he hecho lo que me
mandaste; incorpórate, siéntate y come lo que he cazado; después me bendecirás
tú." Isaac dijo a su hijo: "¡Qué prisa te has dado para encontrarla!" Él respondió:
"El Señor, tu Dios, me la puso al alcance." Isaac dijo a Jacob: "Acércate que te
palpe, hijo mío, a ver si eres tú mi hijo Esaú o no." Se acercó Jacob a su padre
Isaac, y éste lo palpó, y dijo: "La voz es la voz de Jacob, los brazos son los brazos
de Esaú." Y no lo reconoció, porque sus brazos estaban peludos como los de su
hermano Esaú. Y lo bendijo. Le volvió a preguntar: "¿Eres tú mi hijo Esaú?"
Respondió Jacob: "Yo soy." Isaac dijo: "Sírveme la caza, hijo mío, que coma yo de
tu caza, y así te bendeciré yo." Se la sirvió, y él comió. Le trajo vino, y bebió.
Isaac le dijo: "Acércate y bésame, hijo mío." Se acercó y lo besó. Y, al oler el
aroma del traje, lo bendijo, diciendo: "Aroma de un campo que bendijo el Señor es
el aroma de mi hijo; que Dios te conceda el rocío del cielo, la fertilidad de la tierra,
abundancia de trigo y vino. Que te sirvan los pueblos, y se postren ante ti las
naciones. Sé señor de tus hermanos, que ellos se postren ante ti. Maldito quien te
maldiga, bendito quien te bendiga."
Salmo 134:
Alabad el nombre del Señor, / alabadlo, siervos del Señor, /que estáis en la casa
del Señor, / en los atrios de la casa de nuestro Dios. R.
Alabad al Señor porque es bueno, / tañed para su nombre, que es amable. / Porque
él se escogió a Jacob, / a Israel en posesión suya. R.
Yo sé que el Señor es grande, / nuestro dueño más que todos los dioses. / El Señor
todo lo que quiere lo hace: / en el cielo y en la tierra, / en los mares y en los
océanos. R.
Mateo 9,14-17:
En aquel tiempo, se acercaron los discípulos de Juan a Jesús, preguntándole: "¿Por
qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no
ayunan?" Jesús les dijo: "¿Es que pueden guardar luto los invitados a la boda,
mientras el novio está con ellos? Llegará un día en que se lleven al novio, y
entonces ayunarán. Nadie echa un remiendo de paño sin remojar a un manto
pasado; porque la pieza tira del manto y deja un roto peor. Tampoco se echa vino
nuevo en odres viejos, porque revientan los odres; se derrama el vino, y los odres
se estropean; el vino nuevo se echa en odres nuevos, y así las dos cosas se
conservan."
Homilía
Temas de las lecturas: Jacob echó la zancadilla a su hermano y le quitó su
bendición * Alabad al Señor porque es bueno. * ¿Es que pueden guardar luto,
mientras el novio está con ellos?
1. Lo que nos enseñan las vidas poco edificantes
1.1 No parece muy alto el estándar moral de algunos textos del Antiguo
Testamento, y un ejemplo clásico es la primera lectura de hoy, en la que un astuto
y tramposo Jacob logra lo que quiere a costa de engañar al propio papá y al
hermano.
1.2 Lo primero que podemos aprender de este caso bochornoso es que la Biblia no
es una colección de vidas ejemplares. La Biblia no nos presenta la vida de unos
pocos seres excepcionales sino lo excepcional que puede ser la vida cuando Dios la
toma y la transforma. No nos presenta solamente productos terminados y
perfectos, que de poco servirían, seamos sinceros, porque siempre uno podría
argüir: "ese no es mi caso; ese no soy yo."
1.3 Al contrario, cuando uno ve que hasta un tramposo empedernido como Jacob
entra en la providencia de Dios, y que Dios se vale de él para llevar adelante sus
planes, aunque sin dejar de darle sus lecciones al mismo Jacob, entonces uno tiene
que decir: "ni siquiera mis pecados son una disculpa para decir que no quepo en los
designios maravillosos de Dios."
2. Una obediencia que no lo parecía
2.1 El evangelio de hoy ilumina otro aspecto de la obediencia cristiana. No es la ley
por la ley ni la costumbre por la costumbre. Los discípulos de Juan y los de los
fariseos ayunaban y la gente fue donde Jesús a preguntarle por qué él y los suyos
no ayunaban. A primera vista estamos frente a una desobediencia, ¿o no?
2.2 Ignoramos detalles del día o las circunstancias de este ayuno. Sabemos en
cambio que Cristo fue fiel cumplidor de la Ley de Moisés, pero no de todas las
tradiciones religiosas de su tiempo, pues a menudo fue crítico con ellas. Así que lo
más probable es que se tratara de un día de ayuno establecido o propugnado por
algunas autoridades o líderes religiosos sin mayor causa. Este tipo de decisiones
piadosas a veces toman fuerza de ley pero sin un motivo real de fondo.
2.3 De lo que hizo y responde Jesús entendemos que no toda obediencia es virtud.
En esta ocasión, por ejemplo, Jesús no ayunó. Así nos enseñó que hemos de obrar
con certeza interior también cuando se trata de cosas que implican la fe y la
religión. Obediencia y libertad, en la mente y el actuar de Cristo, no son opuestas
sino más bien complementarias.
3. Jesús, El Novio
3.1 Vayamos ahora al texto del evangelio de hoy. He aquí que buscando de qué
acusar al Señor le han presionado sus detractores, mas de tal acoso ha salido una
bellísima imagen: Jesús, el Novio.
3.2 Hubiera podido decirnos otras cosas, pero ha querido calificar la alegría de su
presencia con una expresión entrañable y cálida: el Novio. No es posible ayunar
cuando Él está.
3.3 Me gusta decir que Jesús no es un soltero ni un solterón; es un Novio. No ha
cancelado sus bodas, pues sigue siendo verdad lo que dijo su Padre al principio: "no
es bueno que el hombre esté solo" (Génesis 2,18). Cristo no ha renunciado al
matrimonio, lo ha aplazado para el momento final. Y es tal el gozo que de allí brota,
que no es posible ayunar a la vista y degustación de tal banquete.