Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Esquema 1: Tiempo Ordinario, Año Impar,
Semana No. 14, Martes
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Te llamarás Israel, porque has luchado con dioses y has
podido * Yo con mi apelación vengo a tu presencia, Señor. * La mies es abundante,
pero los trabajadores son pocos
Textos para este día:
Génesis 32,22-32:
En aquellos días, todavía de noche se levantó Jacob, tomó a las dos mujeres, las
dos siervas y los once hijos y cruzó el vado de Yaboc; pasó con ellos el torrente e
hizo pasar sus posesiones. Y él quedó solo. Un hombre luchó con él hasta la aurora;
y, viendo que no le podía, le tocó la articulación del muslo y se la dejó tiesa,
mientras peleaba con él. Dijo: "Suéltame, que llega la aurora." Respondió: "No te
soltaré hasta que me bendigas." Y le preguntó: "¿Cómo te llamas?" Contestó:
"Jacob." Le replicó: "Ya no te llamarás Jacob, sino Israel, porque has luchado con
dioses y con hombres y has podido." Jacob, a su vez, preguntó: "Dime tu nombre."
Respondió: "¿Por qué me preguntas mi nombre?" Y le bendijo.
Jacob llamó a aquel lugar Penuel, diciendo: "He visto a Dios cara a cara y he
quedado vivo." Mientras atravesaba Penuel salía el sol, y él iba cojeando. Por eso
los israelitas, hasta hoy, no comen el tendón de la articulación del muslo, porque
Jacob fue herido en dicho tendón del muslo.
Salmo 16:
Señor, escucha mi apelación, / atiende a mis clamores, / presta oído a mi súplica, /
que en mis labios no hay engaño. R.
Emane de ti la sentencia, / miren tus ojos la rectitud. / Aunque sondees mi
corazón, / visitándolo de noche, / aunque me pruebes al fuego, / no encontrarás
malicia en mí. R.
Yo te invoco porque tú me respondes, Dios mío; / inclina el oído y escucha mis
palabras. / Muestra las maravillas de tu misericordia, / tú que salvas de los
adversarios / a quien se refugia a tu derecha. R.
Guárdame como a las niñas de tus ojos, / a la sombra de tus alas escóndeme. /
Pero yo con mi apelación vengo a tu presencia, / y al despertar me saciaré de tu
semblante. R.
Mateo 9,32-38:
En aquel tiempo, presentaron a Jesús un endemoniado mudo. Echó al demonio, y el
mudo habló. La gente decía admirada: "Nunca se ha visto en Israel cosa igual." En
cambio, los fariseos decían: "Éste echa los demonios con el poder del jefe de los
demonios." Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas,
anunciando el Evangelio del reino y curando todas las enfermedades y todas las
dolencias. Al ver a las gentes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas
y abandonadas, como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos:
"La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de
la mies que mande trabajadores a su mies."
Homilía
Temas de las lecturas: Te llamarás Israel, porque has luchado con dioses y has
podido * Yo con mi apelación vengo a tu presencia, Señor. * La mies es abundante,
pero los trabajadores son pocos
1. El que luchó contra Dios
1.1 Es bien extraño le texto de la primera lectura de hoy; reconozcámoslo. Pero no
es menos extraño que la compleja relación que nuestra voluntad suele tener con la
voluntad de Dios.
1.2 Dios, nuestro Dios, nos hace fuertes para que le venzamos: esta es la gran
paradoja. Le gusta ser vencido por aquello que, si él no nos lo diera, no tendría
poder alguno sobre él. Y esto que nos da es la oración que brota de la fe, y la
compasión que brota de sabernos amados sobre toda medida.
1.3 Tales son, pues, nuestras "armas" para ganarle a Dios: orar, creer,
compadecer. No podemos tener misericordia sin asemejarnos al Rey Compasivo. Y
no podemos ser semejantes a él sin tener una participación en su poder. De este
modo la paradoja no contradice el ser divino pero sí lo revela en una dimensión que
nuestras razones nunca hubieran podido imaginar.
2. Versiones encontradas
2.1 En el evangelio, por su parte, hay dos versiones encontradas: tenemos una
multitud "maravillada" por las obras que hace Jesús, pero también hay un cierto
grupo de escépticos que ya tienen una explicación bien clara y bien razonable:
Jesús está en alianza con las tinieblas.
2.2 Dicha esa explicación, ya han quedado tranquilos estos racionalistas del siglo I.
Y eso es lo dramático y lo triste: para ellos basta explicar; es un ejercicio que los
deja cómodos dentro de ellos mismos. No dan, no les interesa dar el paso hacia
fuera, a sanar, a curar, a limpiar, a sostener al hermano que sufre. Sólo les
interesa acallar sus mentes inquietas y quedarse luego orondos dentro de su marco
de explicaciones.
2.3 Nuestra fe es exactamente lo contrario de eso. Es razonable en su exposición,
ciertamente, pero sus razones no reemplazan la fascinación por un Dios que "salió
de sí mismo." Quien tenga capacidad para celebrbrar esa calidad de amor tendrá
también deseos de imitarlo.