Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Tiempo Ordinario, Año Impar,
Semana No. 15, Martes
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Lo llamó Moisés, porque lo había sacado del agua; cuando
creció, fue a donde estaban sus hermanos * Humildes, buscad al Señor, y vivirá
vuestro corazón. * El día del juicio le será más llevadero a Tiro y Sidón y a Sodoma
que a vosotras
Textos para este día:
Éxodo 2,1-15a:
En aquellos días, un hombre de la tribu de Leví se casó con una mujer de la misma
tribu; ella concibió y dio a luz un niño. Viendo qué hermoso era, lo tuvo escondido
tres meses. No pudiendo tenerlo escondido por más tiempo, tomó una cesta de
mimbre, la embadurnó de barro y pez, colocó en ella a la criatura, y la depositó
entre los juncos, junto a la orilla del Nilo. Una hermana del niño observaba a
distancia para ver en qué paraba. La hija del Faraón bajó a bañarse en el Nilo,
mientras sus criadas la seguían por la orilla. Al descubrir la cesta entre los juncos,
mandó a la criada a recogerla. La abrió, miró dentro, y encontró un niño llorando.
Conmovida, comentó: "Es un niño de los hebreos." Entonces, la hermana del niño
dijo a la hija del Faraón: "¿Quieres que vaya a buscarle una nodriza hebrea que críe
al niño?" Respondió la hija del Faraón: "Anda." La muchacha fue y llamó a la madre
del niño. La hija del Faraón le dijo: "Llévate al niño y críamelo, y yo te lo pagaré."
La mujer tomó al niño y lo crió. Cuando creció el muchacho, se lo llevó a la hija del
Faraón, que lo adoptó como hijo y lo llamó Moisés, diciendo: "Lo he sacado del
agua."
Pasaron los años, Moisés creció, fue a donde estaban sus hermanos, y los encontró
transportando cargas. Y vio cómo un egipcio maltrataba a un hebreo, uno de sus
hermanos. Miró a un lado y a otro, y, viendo que no había nadie, mató al egipcio y
lo enterró en la arena. Al día siguiente, salió y encontró a dos hebreos riñendo, y
dijo al culpable: "¿Por qué golpeas a tu compañero?" Él le contestó: "¿Quién te ha
nombrado jefe y juez nuestro? ¿Es que pretendes matarme como mataste al
egipcio?" Moisés se asustó pensando: "La cosa se ha sabido." Cuando el Faraón se
enteró del hecho, buscó a Moisés para darle muerte; pero Moisés huyó del Faraón y
se refugió en el país de Madián .
Salmo 68:
Me estoy hundiendo en un cieno profundo / y no puedo hacer pie; / he entrado en
la hondura del agua, / me arrastra la corriente. R.
Pero mi oración se dirige a ti, / Dios mío, el día de tu favor; / que me escuche tu
gran bondad, / que tu fidelidad me ayude. R.
Yo soy un pobre malherido; / Dios mío, tu salvación me levante. / Alabaré el
nombre de Dios con cantos, / proclamaré su grandeza con acción de gracias. R.
Miradlo, los humildes y alegraos, / buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón. /
Que el señor escucha a sus pobres, / no desprecia a sus cautivos. R.
Mateo 11,20-24:
En aquel tiempo, se puso Jesús a recriminar a las ciudades donde había hecho casi
todos sus milagros, porque no se habían convertido: "¡Ay de ti, Corozaín, ay de ti,
Betsaida! Si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras,
hace tiempo que se habrían convertido, cubiertas de sayal y ceniza. Os digo que el
día del juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras. Y tú,
Cafarnaún, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al infierno. Porque si en Sodoma se
hubieran hecho los milagros que en ti, habría durado hasta hoy. Os digo que el día
del juicio le será más llevadero a Sodoma que a ti."
Homilía
Temas de las lecturas: Lo llamó Moisés, porque lo había sacado del agua; cuando
creció, fue a donde estaban sus hermanos * Humildes, buscad al Señor, y vivirá
vuestro corazón. * El día del juicio le será más llevadero a Tiro y Sidón y a Sodoma
que a vosotras
1. Los Orígenes de Moisés
1.1 La figura de Moisés llena una porción impresionante del Antiguo Testamento.
No sólo por los libros que se relacionan directamente con él, a saber, los del
Pentateuco, cinco primeros de la Biblia, sino porque en esos libros se promulgan las
"reglas de juego" que debían gobernar la alianza entre Dios y el hombre. Y lo cierto
es que la palabra de los profetas o la meditación de los sabios en el Antiguo
Testamento tendrá siempre como referencia la alianza: si se ha cumplido o no, si se
puede conservar o no, si es definitiva o es el preludio o anuncio de una nueva
alianza (como a la postre vino a resultar).
1.2 Por eso interesa conocer cuanto sea posible sobre este Moisés, que no fue
menos que el mediador de esa alianza, la que marcó el rumbo y evaluó los pasos
de Israel por centenares de años, y que en algunos de sus aspectos conserva un
valor fundamental y permanente.
1.3 La primera lectura de hoy nos enseña ante todo que Moisés es un "salvado." La
opresión del faraón le rodea, le acosa, le anega, pero no logra destruirlo. De niño,
es salvado de las aguas; de adulto, se salva huyendo al desierto y haciendo vida de
pastor.
1.4 Lleno de amor y sensibilidad por el destino de su pueblo, Moisés es el hombre
que no se deja atrapar tampoco por las delicias o ventajas de la corte egipcia, a la
que de algún modo tenía pleno acceso, como hijo adoptivo de la hija del Faraón. Y
también esto es ser salvado, en este caso, del egoísmo y de la comodidad.
1.5 Así salvado tantas veces, Moisés será luego salvador. Será el testigo creíble de
que Dios es capaz de vencer con el poder de su sabiduría y de su amor a todas las
artimañas del enemigo. Lleno de amor por el Dios que lo rescató de tantas
maneras, Moisés se atreverá un día a anunciar lo impensable: que la palabra y la
voluntad del faraón no son soberanas sobre los hijos de Dios.
2. Los que se Resistieron
2.1 Uno tiende a pensar que una buena tanda de milagros será suficiente para
convertir a cualquiera. El evangelio de hoy muestra que no es así.
2.2 Las ciudades que nombra Jesucristo en este breve texto, Corozaín, Betsaida y
Cafarnaúm, tienen probablemente el mayor índice de milagros por kilómetro
cuadrado del mundo entero. Y sin embargo, ya hemos oído el reproche del Señor:
no se convirtieron. La primera conclusión es que la conversión no sucede a fuerza
de cosas extraordinarias.
2.3 Los milagros no son "pruebas," en el sentido de una demostración de
geometría, que te obliga a aceptar lo que se te está diciendo. Los milagros son
señales, y en cuanto tales, pueden ser aceptados o no.
2.4 De donde sacamos otra enseñanza: si los milagros son señales, es evidente que
no son las únicas. El mundo entero está lleno de señales, sólo que las consideramos
poco interesantes o significativas por la única razón de que nos hemos
acostumbrado a ellas. Un atardecer, la paz de un arroyo, el parpadear de las
estrellas o la inmensidad del océano son señales y también a su modo están
proclamando a su Hacedor. Lo importante, en últimas, no es el tamaño de la señal
sino la docilidad de la mirada que las lee, reconoce y agradece.