EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Evangelio según San Mateo 10,34-42.11,1.
Sermón 59, 4º para la Exaltación de la santa cruz
No piensen que he venido a traer la paz sobre la tierra. No vine a traer la paz, sino
la espada.
Porque he venido a enfrentar al hijo con su padre, a la hija con su madre y a la
nuera con su suegra;
y así, el hombre tendrá como enemigos a los de su propia casa.
El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; y el que
ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí.
El que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí.
El que encuentre su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la encontrará.
El que los recibe a ustedes, me recibe a mí; y el que me recibe, recibe a aquel que
me envió.
El que recibe a un profeta por ser profeta, tendrá la recompensa de un profeta; y el
que recibe a un justo por ser justo, tendrá la recompensa de un justo.
Les aseguro que cualquiera que dé de beber, aunque sólo sea un vaso de agua
fresca, a uno de estos pequeños por ser mi discípulo, no quedará sin recompensa".
Cuando Jesús terminó de dar estas instrucciones a sus doce discípulos, partió de
allí, para enseñar y predicar en las ciudades de la región .
Comentario del Evangelio por:
Juan Taulero (c. 1300-1361), dominico en Estrasburgo
Sermón 59, 4º para la Exaltación de la santa cruz
“Quien quiera guardar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mi
causa, la salvará”
Reflexionemos sobre esta palabra de nuestro Señor: que quiere "atraer todas las
cosas hacia si" (Jn 12,32 tipos de Vulg). El que quiere atraer todas las cosas, las
reúne primero y luego las atrae. Así hace nuestro Señor: recuerda primero al
hombre sus divagaciones exteriores y sus dispersiones, haciéndole recoger sus
sentidos, sus facultades, palabras, obras, y en el interior sus pensamientos, su
intención, su imaginación, sus deseos, sus inclinaciones, su inteligencia, su
voluntad y su amor. Cuando todo está bien recordado, Dios atrae al hombre,
porque primero hay que separarte de todo bien exterior o interior al cual te ataste
poniendo en eso tu satisfacción plena. Este despego es una cruz penosa, tanto más
penosa cuanto más firme y más fuerte era el afecto... ¿Por qué permitió Dios que el
día y noche de hoy se parecieran al día y a la noche que preceden? ¿Por qué lo que
te ayudaba a la devoción hoy no te será de ningún socorro mañana? ¿Por qué
tienes una muchedumbre de imágenes y de pensamientos que no acaban en nada?
Querido hijo, acepta de Dios esta cruz y sopórtala: se te transformará en una cruz
muy amable, si pudieras entregarle estas pruebas a Dios, aceptarlas, con un
abandono verdadero, y agradecimiento por todo a Dios: "proclama mi alma la
grandeza del Señor" (cf Lc 1,46). Que Dios coja o dé, el Hijo del hombre debe ser
elevado sobre la cruz... Querido hijo, deja todo esto y aplícate más bien a un
abandono verdadero, y piensa en aceptar mucho más la cruz de la tentación que
buscar la flor de la dulzura espiritual... Nuestro Señor dijo: "el que quiera venirse
conmigo, tome su cruz y me siga" (Lc 9,23).
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”