EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Evangelio según San Mateo 12,1-8.
En aquel tiempo, Jesús atravesaba unos sembrados y era un día sábado. Como sus
discípulos sintieron hambre, comenzaron a arrancar y a comer las espigas.
Al ver esto, los fariseos le dijeron: "Mira que tus discípulos hacen lo que no está
permitido en sábado".
Pero él les respondió: "¿No han leído lo que hizo David, cuando él y sus
compañeros tuvieron hambre,
cómo entró en la Casa de Dios y comieron los panes de la ofrenda, que no les
estaba permitido comer ni a él ni a sus compañeros, sino solamente a los
sacerdotes?
¿Y no han leído también en la Ley, que los sacerdotes, en el Templo, violan el
descanso del sábado, sin incurrir en falta?
Ahora bien, yo les digo que aquí hay alguien más grande que el Templo.
Si hubieran comprendido lo que significa: Yo quiero misericordia y no sacrificios, no
condenarían a los inocentes.
Porque el Hijo del hombre es dueño del sábado".
Comentario del Evangelio por:
Atribuido a San Macario de Egipto (?-390), monje
Homilía 35
“El Hijo del hombre es señor del sábado”
En la ley, dada por Moisés… que no era más que una sombra, Dios ordenaba a
todos el reposo y no efectuar ningún trabajo en sábado. Pero este sábado no era
más que una imagen y una sombra (He 8,5) del auténtico sábado que concede el
Señor al alma. En efecto, el alma que ha sido hallada digna del auténtico sábado
deja de entregarse a sus preocupaciones vergonzosas y feas y descansa. Celebra el
verdadero sábado y goza del auténtico reposo, liberada de todas las obras de las
tinieblas... Saborea el reposo eterno y el gozo del Señor.
Antiguamente estaba prescrito que incluso los animales, privados de razón tenían
que reposar el día del sábado. El buey no tenía que llevar el yugo ni el asno
cargarse con peso, porque incluso los animales debían de reposar de sus trabajos
pesados. Viviendo entre nosotros, el Señor nos trajo el reposo del alma que estaba
oprimida bajo el peso del pecado y que realizaba obras de injusticia por causa del
pecado, sometida a amos crueles. El Señor la descargó del peso insoportable de las
ideas vanas y viles, la libera del yugo amargo de las obras de injusticia y le concede
el reposo.
En efecto, el Señor llama al hombre al descanso diciéndole: "venid todos los que
estáis cansados y agobiados que yo os aliviaré” (Mt 11,28). Y todas las almas que
confían en él y se le acercan… celebran un sábado verdadero, delicioso y santo, una
fiesta del Espíritu, con un gozo y una alegría indecibles. Le devuelven a Dios un
culto puro que le gusta, procediendo de un corazón puro. Este es el verdadero y
santo.
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”