EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Evangelio según San Lucas 10,38-42.
Mientras iban caminando, Jesús entró en un pueblo, y una mujer que se llamaba
Marta lo recibió en su casa.
Tenía una hermana llamada María, que sentada a los pies del Señor, escuchaba su
Palabra.
Marta, que estaba muy ocupada con los quehaceres de la casa, dijo a Jesús:
"Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola con todo el trabajo? Dile que
me ayude".
Pero el Señor le respondió: "Marta, Marta, te inquietas y te agitas por muchas
cosas,
y sin embargo, pocas cosas, o más bien, una sola es necesaria. María eligió la
mejor parte, que no le será quitada".
Comentario del Evangelio por:
San Ambrosio (c 340-397), obispo de Milán y doctor de la Iglesia
Comentario al evangelio de Lucas, 7, 85-86; SC 52
Marta y María acogiendo la Sabiduría de Dios (1Co 1,24)
La virtud no tiene más que una cara. El ejemplo de Marta y María nos demuestra en
las obras de una la dedicación activa y en la otra la atención piadosa del corazón a
la palabra de Dios. Si esta atención está unida a una fe profunda, es preferible a las
obras mismas: “María ha escogido la mejor parte y no se le quitará”. Esforcémonos,
pues, nosotros también, en poseer lo que nadie nos podrá quitar jamás, prestando
atención; porque si no, el mismo grano de la palabra divina puede ser arrebatado si
cae al borde del camino. (cf Lc 8,5.12) Sé, pues, como María, animado por el deseo
de la sabiduría; es una obra mayor y más perfecta. Que las preocupaciones del
servicio no te priven de aprender a conocer la palabra celestial. No critiques, ni
juzgues como holgazanes a los que vieras aplicarse a la sabiduría, porque Salomón,
el pacífico, la invocó para que hiciera morada en su casa. (Cf Sb 9,10) Con todo, no
se trata de reprochar a Marta sus buenos servicios, pero María tiene la preferencia,
por haber elegido la mejor parte. Jesús posee muchas riquezas y las distribuye con
largueza. La mujer más sabia ha escogido lo que había juzgado como más
importante. En cuanto a los apóstoles, no prefirieron dejar la palabra de Dios para
dedicarse al servicio (Hch. 6,2) Las dos actitudes son obra de la sabiduría, porque
Esteban, él también, estaba lleno de sabiduría y fue escogido como servidor, como
diácono (Hch. 6,5.8)... Porque el cuerpo de la Iglesia es uno; y los miembros siendo
diversos, tienen necesidad los unos de los otros. “El ojo no puede decir a la mano:
No te necesito; ni la cabeza puede decir a los pies: No os necesito...” (1Cor
12,21)... Si algunos miembros son más importantes, los otros son, sin embargo,
necesarios. La sabiduría reside en la cabeza, la actividad en las manos.
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”