EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Evangelio según San Mateo 12,46-50.
Todavía estaba hablando a la multitud, cuando su madre y sus hermanos, que
estaban afuera, trataban de hablar con él.
Alguien le dijo: "Tu madre y tus hermanos están ahí afuera y quieren hablarte".
Jesús le respondió: "¿Quién es mí madre y quiénes son mis hermanos?".
Y señalando con la mano a sus discípulos, agregó: "Estos son mi madre y mis
hermanos.
Porque todo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ese es mi
hermano, mi hermana y mi madre".
Comentario del Evangelio por :
Jean-Jacques Olier (1608-1657), fundador de los Sulpicianos
Carta nº 30
“El que hace la voluntad de mi Padre…, este es mi hermano, mi hermana y
mi madre”
Yo veía esta admirable obra maestra salida de las manos de Dios, la Santa
Virgen, llena del Espíritu Santo desde su nacimiento…, y las operaciones que el
Espíritu Santo hacía en ella y cómo se le comunicaba en plenitud. Y consideraba a
esta santa alma de María dando a Dios Padre, desde su nacimiento, todo lo que le
es debido. Me parecía verla ofreciéndose a Dios y ofreciendo, con ella, a toda la
Iglesia, como sabiendo que un día sería su Madre; de manera que, en esta
voluntad, estábamos comprendidos todos nosotros, santificados y consagrados a
Dios por la ofrenda que María había hecho de sí misma consagrando a Dios todo lo
que era y lo que sería para siempre. Según lo que veía, me pareció que nosotros
debíamos ratificar esta ofrenda, dedicarnos a Dios tal como ella se había dedicado,
y consagrarnos a él con la misma fidelidad que ella lo había hecho, por ella y por
nosotros. ¡Qué gozo en el corazón de Dios, me decía a mi mismo, por una ofrenda
tan santa como la de la Virgen María! ¡Qué dulce presente el de un corazón tan
amoroso y tan ancho que, él solo contiene más amor y presenta más obsequios que
los que le hacen los ángeles todos juntos! Porque María presenta a Dios su alma
que contiene a Jesús y a toda la Iglesia…
Oh Santa Virgen, verdadera mansión de Dios, en la que está comprendida toda
la Iglesia, no se puede expresar la gloria y la grandeza de vuestra alma. Es tan
amable a los ojos de Dios que quienquiera que os conozca…esperará misericordia.
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”