EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Evangelio según San Mateo 13,18-23.
Escuchen, entonces, lo que significa la parábola del sembrador.
Cuando alguien oye la Palabra del Reino y no la comprende, viene el Maligno y
arrebata lo que había sido sembrado en su corazón: este es el que recibió la semilla
al borde del camino.
El que la recibe en terreno pedregoso es el hombre que, al escuchar la Palabra, la
acepta en seguida con alegría,
pero no la deja echar raíces, porque es inconstante: en cuanto sobreviene una
tribulación o una persecución a causa de la Palabra, inmediatamente sucumbe.
El que recibe la semilla entre espinas es el hombre que escucha la Palabra, pero las
preocupaciones del mundo y la seducción de las riquezas la ahogan, y no puede dar
fruto.
Y el que la recibe en tierra fértil es el hombre que escucha la Palabra y la
comprende. Este produce fruto, ya sea cien, ya sesenta, ya treinta por uno".
Comentario del Evangelio por:
San Cesareo de Arles (470-543), monje, obispo
Sermón al pueblo, nº 7, 1
Recibir la Palabra en tierra buena
Que Cristo os ayude, hermanos muy amados, a acoger siempre la lectura de la
palabra de Dios con un corazón ávido y sediento. Así vuestra fiel obediencia os
llenará de gozo espiritual. Mas, si vosotros queréis saborear la dulzura de las santas
Escrituras y aprovecharos como es debido de los preceptos divinos, debéis
sustraeros durante algunas horas a vuestras preocupaciones materiales. Volved a
leer las palabras de Dios en vuestras casas, dedicaos enteramente a su
misericordia. Así lograréis que se realice en vosotros eso que está escrito del
hombre dichoso: «Meditará día y noche la ley del Señor» (Sl 1, 2) y también:
«Dichosos los que escrutan sus mandatos, los que le buscan con sincero corazón»
(Sl 118, 2).
Los buenos comerciantes no buscan sacar beneficios de una sola mercancía sino de
muchas. Los agricultores buscan un mayor rendimiento sembrando diversas clases
de semillas. Vosotros, que buscáis beneficios espirituales, no os contentéis
escuchando sólo en la iglesia los textos sagrados. Leed esos textos en vuestras
casas; cuando los días son cortos, aprovechad las largas veladas. Y así podréis
acumular un fermento espiritual en los graneros de vuestro corazón y dejar bien
colocado el tesoro de vuestras almas, las perlas preciosas de las Escrituras.
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”