Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Tiempo Ordinario, Año Impar,
Semana No. 16, Sábado
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Ésta es la sangre de la alianza que hace el Señor con
vosotros * Ofrece a Dios un sacrificio de alabanza. * Dejadlos crecer juntos hasta la
siega
Textos para este día:
Éxodo 24,3-8:
En aquellos días, Moisés bajó y contó al pueblo todo lo que había dicho el Señor y
todos sus mandatos; y el pueblo contestó a una: "Haremos todo lo que dice el
Señor."
Moisés puso por escrito todas las palabras del Señor. Se levantó temprano y edificó
un altar en la falda del monte, y doce estelas, por las doce tribus de Israel. Y
mandó a algunos jóvenes israelitas ofrecer al Señor holocaustos y vacas como
sacrificio de comunión. Tomó la mitad de la sangre, y la puso en vasijas, y la otra
mitad la derramó sobre el altar. Después, tomó el documento de la alianza, y se lo
leyó en alta voz al pueblo, el cual respondió: "Haremos todo lo que manda el Señor
y lo obedeceremos." Tomó Moisés la sangre y roció al pueblo diciendo: "Ésta es la
sangre de la alianza que hace el Señor con vosotros, sobre todos estos mandatos."
Salmo 49:
El Dios de los dioses, el Señor, habla: / convoca la tierra de oriente a occidente. /
Desde Sión, la hermosa, Dios resplandece. R.
"Congregadme a mis fieles, / que sellaron mi pacto con un sacrificio." / Proclame el
cielo su justicia; /Dios en persona va a juzgar. R.
"Ofrece a Dios un sacrificio de alabanza, / cumple tus votos al Altísimo / e invócame
el día del peligro: / yo te libraré, y tú me darás gloria." R.
Mateo 13,24-30:
En aquel tiempo, Jesús propuso otra parábola a la gente: "El reino de los cielos se
parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero, mientras la
gente dormía, su enemigo fue y sembró cizaña en medio del trigo y se marchó.
Cuando empezaba a verdear y se formaba la espiga apareció también la cizaña.
Entonces fueron los criados a decirle al amo: "Señor, ¿no sembraste buena semilla
en tu campo? ¿De dónde sale la cizaña?" Él les dijo: "Un enemigo lo ha hecho." Los
criados le preguntaron: "¿Quieres que vayamos a arrancarla?" Pero él les
respondió: "No, que, al arrancar la cizaña, podríais arrancar también el trigo.
Dejadlos crecer juntos hasta la siega y, cuando llegue la siega, diré a los
segadores: Arrancad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo
almacenadlo en mi granero.
Homilía
Temas de las lecturas: Ésta es la sangre de la alianza que hace el Señor con
vosotros * Ofrece a Dios un sacrificio de alabanza. * Dejadlos crecer juntos hasta la
siega
1. La Sangre de la Alianza
1.1 En la Santa Misa hay siempre el momento en que se levanta el cáliz y el
sacerdote pronuncia las palabras de la consagración. En ellas consagra el vino como
"Sangre de la Alianza Nueva y Eterna."
1.2 La alianza en la Sangre de Cristo es nueva y es eterna porque hubo antes otra
que quedó de alguna manera atrás, pasada y temporal como era. Pero la relación
entre la alianza "vieja" y la "nueva" no es como las colecciones de ropa para verano
de cada año, ni como los modelos cada vez más sofisticados de reporductores de
MP3.
1.3 La alianza "antigua," de la que nos habla la primera lectura de hoy, anunciaba
ya, prometía ya, entreabría y preparaba la alianza nueva. Por eso se dice que la
antigua era como una "figura" de la nueva. Por su parte, la nueva es lo anunciado y
esperado; es la plenitud y desenlace. Pero sin la antigua la nueva sería el desenlace
de una historia que no conocemos. La antigua daba como el alfabeto y la nueva
hace las palabras: de algún modo se necesitan mutuamente, aunque sólo en la
secuencia que Dios en su providencia nos ha dado.
2. Una Escena Impresionante
2.1 El fuego, que a todos impresiona, es hoy el lenguaje de Cristo para describir "el
fin del tiempo". Aquello que podía confundirse con trigo no mantendrá para siempre
su espejismo. Ninguna mentira durará para siempre.
2.2 Sembrados en el mundo: tal es la condición de los cristianos. Patria tenemos en
el cielo, pero nuestro campo, allí donde hemos de mostrar qué somos y de quién
somos, es este mundo. De él recibimos finalmente agua y nutrientes, que igual
sirven para que seamos cizaña o trigo. Hasta cierto punto depende de nosotros qué
vamos a ser, porque el mismo sol alumbra a buenos y malos, y la misma agua
alivia la sed de los malvados y los santos.
2.3 No hemos entonces de desesperarnos viendo que el mal prospera ni tampoco
ilusionarnos demasiado cuando parece que ya el bien va a vencer. Se nos pide una
doble paciencia, para ver sin exasperación triunfos del mal y dejar pasar sin
demasiado aplauso los éxitos del bien. No sé yo cuál de las dos paciencias es más
difícil: evitar el pesimismo y no caer en el triunfalismo. Lejos de ambos extremos,
el cristiano, es sereno ante la prueba y humilde en la victoria.