Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Tiempo Ordinario, Año Impar,
Semana No. 17, Martes
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: El Señor hablaba con Moisés cara a cara * El Señor es
compasivo y misericordioso. * Lo mismo que se arranca la cizaña y se quema, así
será al fin del tiempo
Textos para este día:
Éxodo 33,7-11;34,5b-9.28:
En aquellos días, Moisés levantó la tienda de Dios y la plantó fuera, a distancia del
campamento, y la llamó "tienda del encuentro". El que tenía que visitar al Señor
salía fuera del campamento y se dirigía a la tienda del encuentro. Cuando Moisés
salía en dirección a la tienda, todo el pueblo se levantaba y esperaba a la entrada
de sus tiendas, mirando a Moisés hasta que éste entraba en la tienda; en cuanto él
entraba, la columna de nube bajaba y se quedaba a la entrada de la tienda,
mientras él hablaba con el Señor, y el Señor hablaba con Moisés. Cuando el pueblo
veía la columna de nube a la puerta de la tienda, se levantaba y se prosternaba,
cada uno a la entrada de su tienda. El Señor hablaba con Moisés cara a cara, como
habla un hombre con un amigo. Después él volvía al campamento, mientras Josué,
hijo de Nun, su joven ayudante, no se apartaba de la tienda.
Y Moisés pronunció el nombre del Señor. El Señor pasó ante él, proclamando:
"Señor, Señor, Dios compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia y
lealtad. Misericordioso hasta la milésima generación, que perdona culpa, delito y
pecado, pero no deja impune y castiga la culpa de los padres en los hijos y nietos,
hasta la tercera y cuarta generación." Moisés al momento, se inclinó y se echó por
tierra. Y le dijo: "Si he obtenido tu favor, que mi Señor vaya con nosotros, aunque
ése es un pueblo de cerviz dura; perdona nuestras culpas y pecados y tómanos
como heredad tuya." Moisés estuvo allí con el Señor cuarenta días con sus cuarenta
noches: no comió pan ni bebió agua; y escribió en las tablas las cláusulas del pacto,
los diez mandamientos.
Salmo 102:
El Señor hace justicia / y defiende a todos los oprimidos; / enseñó sus caminos a
Moisés / y sus hazañas a los hijos de Israel. R.
El Señor es compasivo y misericordioso, / lento a la ira y rico en clemencia; / no
está siempre acusando / ni guarda rencor perpetuo. R.
No nos trata como merecen nuestros pecados / ni nos paga según nuestras culpas.
/ Como se levanta el cielo sobre la tierra, / se levanta su bondad sobre sus fieles.
R.
Como dista el oriente del ocaso, / así aleja de nosotros nuestros delitos. / Como un
padre siente ternura por sus hijos, / siente el Señor ternura por sus fieles. R.
Mateo 13,36-43:
En aquel tiempo, Jesús dejó a la gente y se fue a casa. Los discípulos se le
acercaron a decirle: "Acláranos la parábola de la cizaña en el campo." Él les
contestó: "El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el
mundo; la buena semilla son los ciudadanos del reino; la cizaña son los partidarios
del Maligno; el enemigo que la siembra es el diablo; la cosecha es el fin del tiempo,
y los segadores los ángeles. Lo mismo que se arranca la cizaña y se quema, así
será al fin del tiempo: el Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y arrancarán de su
reino a todos los corruptores y malvados y los arrojarán al horno encendido; allí
será el llanto y el rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el
reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga."
Homilía
Temas de las lecturas: El Señor hablaba con Moisés cara a cara * El Señor es
compasivo y misericordioso. * Lo mismo que se arranca la cizaña y se quema, así
será al fin del tiempo
1. "Como un hombre con su amigo..."
1.1 La primera lectura de hoy introduce un tema bellísimo, y hasta cierto punto
inesperado, del libro del Éxodo: Moisés, el contemplativo.
1.2 Quizá nos hemos acostumbrado a pensar en Moisés ante todo como un hombre
de acción, por su fe resuelta que puso en marcha la inmensa epopeya que da
nombre al segundo libro de la Biblia.
1.3 Pero ese vigor formidable no nace de una pura filantropía, ni mucho menos del
deseo de marcar con su huella las dunas del desierto del Sinaí. Su fuerza reside en
el volumen de amor que le desborda el alma. Y su amor tiene su fuente propia en la
oración. Dios y Moisés hablaban "como un hombre con su amigo".
1.4 La unión de amistad es una preciosa imagen de lo que es la genuina oración.
¿Nos hemos dado cuenta de cuánto tiempo "perdemos" con nuestros verdaderos
amigos? Y no es que lo "perdamos", es que el tiempo deja de existir, simplemente
no importa, cuando el corazón se expande gozoso y libre ante otro corazón que
sabe recibirlo. ¡Oh, feliz quien puede orar así!
2. Una escena impresionante
2.1 El fuego, que a todos impresiona, es hoy el lenguaje de Cristo para describir "el
fin del tiempo". Aquello que podía confundirse con trigo no mantendrá para siempre
su espejismo. Ninguna mentira durará para siempre.
2.2 Sembrados en el mundo: tal es la condición de los cristianos. Patria tenemos en
el cielo, pero nuestro campo, allí donde hemos de mostrar qué somos y de quién
somos, es este mundo. De él recibimos finalmente agua y nutrientes, que igual
sirven para que seamos cizaña o trigo. Hasta cierto punto depende de nosotros qué
vamos a ser, porque el mismo sol alumbra a buenos y malos, y la misma agua
alivia la sed de los malvados y los santos.
2.3 No hemos entonces de desesperarnos viendo que el mal prospera ni tampoco
ilusionarnos demasiado cuando parece que ya el bien va a vencer. Se nos pide una
doble paciencia, para ver sin exasperación triunfos del mal y dejar pasar sin
demasiado aplauso los éxitos del bien. No sé yo cuál de las dos paciencias es más
difícil: evitar el pesimismo y no caer en el triunfalismo. Lejos de ambos extremos,
el cristiano, es sereno ante la prueba y humilde en la victoria.