Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Tiempo Ordinario, Año Impar,
Semana No. 17, Sábado
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: El año jubilar cada uno recobrará su propiedad * Oh Dios,
que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben. * Herodes mandó
decapitar a Juan, y sus discípulos fueron a contárselo a Jesús
Textos para este día:
Levítico 25,1.8-17:
El Señor habló a Moisés en el monte Sinaí: "Haz el cómputo de siete semanas de
años, siete por siete, o sea cuarenta y nueve años. A toque de trompeta darás un
bando por todo el país, el día diez del séptimo mes. El día de la expiación haréis
resonar la trompeta por todo vuestro país. Santificaréis el año cincuenta y
promulgaréis manumisión en el país para todos sus moradores. Celebraréis jubileo;
cada uno recobrará su propiedad, y retornará a su familia. El año cincuenta es para
vosotros jubilar; no sembraréis ni segaréis el grano de ricio ni cortaréis las uvas de
cepas bordes. Porque es jubileo; lo considerarás sagrado. Comeréis de la cosecha
de vuestros campos. En este año jubilar cada uno recobrará su propiedad. Cuando
realices operaciones de compra y venta con alguien de tu pueblo, no lo perjudiques.
Lo que compres a uno de tu pueblo se tasará según el número de años
transcurridos después del jubileo. Él a su vez te lo cobrará según el número de
cosechas anuales: cuantos más años falten, más alto será el precio; cuantos
menos, menor será el precio. Porque él te cobra según el número de cosechas.
Nadie perjudicará a uno de su pueblo. Teme a tu Dios. Yo soy el Señor, vuestro
Dios."
Salmo 66:
El Señor tenga piedad y nos bendiga, / ilumine su rostro sobre nosotros; / conozca
la tierra tus caminos, / todos los pueblos tu salvación. R.
Que canten de alegría las naciones, / porque riges el mundo con justicia, / riges los
pueblos con rectitud / y gobiernas las naciones de la tierra. R.
La tierra ha dado su fruto, / nos bendice el Señor, nuestro Dios. / Que Dios nos
bendiga; que le teman / hasta los confines del orbe. R.
Mateo 14,1-12:
En aquel tiempo, oyó el virrey Herodes lo que se contaba de Jesús y dijo a sus
ayudantes: "Ése es Juan Bautista, que ha resucitado de entre los muertos, y por
eso los poderes actúan en él." Es que Herodes había mandado prender a Juan y lo
había metido en la cárcel encadenado, por motivo de Herodías, mujer de su
hermano Filipo; porque Juan le decía que no le estaba permitido vivir con ella.
Quería mandarlo matar, pero tuvo miedo de la gente, que lo tenía por profeta. El
día del cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó delante de todos, y le
gustó tanto a Herodes que juró darle lo que pidiera. Ella, instigada por su madre, le
dijo: "Dame ahora mismo en una bandeja la cabeza de Juan Bautista." El rey lo
sintió; pero, por el juramento y los invitados, ordenó que se la dieran; y mandó
decapitar a Juan en la cárcel. Trajeron la cabeza en una bandeja, se la entregaron a
la joven, y ella se la llevó a su madre. Sus discípulos recogieron el cadáver, lo
enterraron, y fueron a contárselo a Jesús.
Homilía
Temas de las lecturas: El año jubilar cada uno recobrará su propiedad * Oh Dios,
que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben. * Herodes mandó
decapitar a Juan, y sus discípulos fueron a contárselo a Jesús
1. Año de júbilo
1.1 ¿Conocen ustedes un modelo de organización social que cuide más de la
equidad o que ame más a los pobres que eso maravilloso que leemos en la primera
lectura de hoy?
1.2 ¿Hay una utopía más grande o más bella, que declarar el destino universal de la
tierra, de modo que nadie considere tan suyo lo propio como para llegar a la
opresión o la crueldad con su hermano?
1.3 ¿No les parece que Marx o Saint-Simon, Proudhon o Lenin, se quedaron cortos
en sus sueños, delante del espectáculo de solidaridad y propiedad compartida que
nos ofrece el libro Levítico en esta ocasión?
1.4 ¿Alguien ha buscado con más ardor el bien de todos, sin lastimar a nadie, o se
ha preocupado así por cuidar de todos, sin olvidar a nadie? Bendita sea la Palabra
de Dios. Bendita la enseñanza que viene de los cielos.
2. Frutos de un corazón dividido
2.1 Herodes oía con agrado a Juan, pero no le obedecía. Su corazón, pues, estaba
dividido. Herodes oía a Juan y su conciencia despertaba en lucidez; oía a Herodías,
su amante, y se embriagaba en pasión. Forcejeaba entre la lucidez y la pasión, se
dividía entre lo que podía disfrutar ya en las delicias de su amorío turbio, y lo que le
daría paz para mañana y siempre, en la dulzura de una conciencia limpia. Estaba
dividido.
2.2 Y de su división nació muerte. De su división salió la división entre el cuerpo y
la cabeza de Juan. Incapaz de obedecer a su amigo, lo mató. Incapaz de
escucharlo, le silenció. Incapaz de seguirlo, lo detuvo primero en la cárcel y lo
encerró después en las paredes de la muerte.
2.3 También a nosotros nos acecha el mal del corazón dividido. Tenemos el corazón
dividido cuando empezamos a escoger qué nos gusta o qué nos conviene de la
enseñanza de la Iglesia. Estamos divididos cuando aplaudimos al Papa y no le
hacemos caso. Nos tienta la división cuando hacemos una moral para uso propio o
cuando defendemos ciertos principios en ciertos ambientes mientras callamos,
cómplices, ante otras personas.
2.4 ¡Juan, Juan! ¡Por mérito de tu martirio, por fuerza de tu plegaria, líbranos de un
corazón dividido!