EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Evangelio según San Mateo 13,54-58.
Y, al llegar a su pueblo, se puso a enseñar a la gente en la sinagoga, de tal manera
que todos estaban maravillados. "¿De dónde le viene, decían, esta sabiduría y ese
poder de hacer milagros?
¿No es este el hijo del carpintero? ¿Su madre no es la que llaman María? ¿Y no son
hermanos suyos Santiago, José, Simón y Judas?
¿Y acaso no viven entre nosotros todas sus hermanas? ¿De dónde le vendrá todo
esto?".
Y Jesús era para ellos un motivo de tropiezo. Entonces les dijo: "Un profeta es
despreciado solamente en su pueblo y en su familia".
Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la falta de fe de esa gente.
Comentario del Evangelio por :
Benedicto XVI, papa de 2005 a 2013
Encíclica « Spe Salvi », 47
«Porque les faltaba fe»
Algunos teólogos recientes piensan que el fuego que quema y al mismo tiempo
salva es el mismo Cristo, el Juez y Salvador. El encuentro con él es el acto decisivo
del juicio. Ante su mirada se desvanece toda falsedad. Es el encuentro con él que,
quemándonos, nos transforma y nos libera para hacer que lleguemos a ser
verdaderamente nosotros mismos. Las cosas construidas durante la vida pueden
revelarse entonces como paja seca, vanagloria vacía y derruirse. Pero en el
sufrimiento que produce este encuentro en el que lo impuro y malsano de nuestro
ser se nos presenta del todo evidente, se encuentra la salvación. La mirada de
Cristo, los latidos de su corazón nos curan gracias a una transformación,
ciertamente dolorosa, como «a través de fuego». Sin embargo es un sufrimiento
dichoso en el que, el santo poder de su amor nos penetra como una llama
permitiéndonos, al fin, ser totalmente nosotros mismos, y por ello, totalmente de
Dios.
Así se vuelve del todo evidente la compenetración entre la justicia y la gracia:
nuestra manera de vivir no es irrelevante, pero nuestra suciedad no nos embrutece
eternamente si, por lo menos, permanecemos orientados hacia Cristo, hacia la
verdad, hacia el amor. A fin de cuentas, esta suciedad ha sido ya quemada en la
Pasión de Cristo. En el momento del juicio experimentamos y acogemos este
dominio de su amor sobre todo mal en el mundo y en nosotros. El sufrimiento del
amor se convierte en nuestra salvación y nuestro gozo.
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”