EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Evangelio según San Mateo 15,21-28.
Jesús partió de allí y se retiró al país de Tiro y de Sidón.
Entonces una mujer cananea, que procedía de esa región, comenzó a gritar:
"¡Señor, Hijo de David, ten piedad de mí! Mi hija está terriblemente atormentada
por un demonio".
Pero él no le respondió nada. Sus discípulos se acercaron y le pidieron: "Señor,
atiéndela, porque nos persigue con sus gritos".
Jesús respondió: "Yo he sido enviado solamente a las ovejas perdidas del pueblo de
Israel".
Pero la mujer fue a postrarse ante él y le dijo: "¡Señor, socórreme!".
Jesús le dijo: "No está bien tomar el pan de los hijos, para tirárselo a los
cachorros".
Ella respondió: "¡Y sin embargo, Señor, los cachorros comen las migas que caen de
la mesa de sus dueños!".
Entonces Jesús le dijo: "Mujer, ¡qué grande es tu fe! ¡Que se cumpla tu deseo!". Y
en ese momento su hija quedó curada.
Comentario del Evangelio por :
Jean Tauler (c.1300-1361), dominico de Estrasburgo
Sermón 9
“Mujer ¡qué grande es tu fe! (Mt 15,28)
“Ten piedad de mí, Se￱or, Hijo de David!” (Mt 15,22) Es un grito, una llamada de
una fuerza inmensa... Es un gemido que viene como de un abismo sin fondo.
Supera en mucho la naturaleza, es el Espíritu Santo mismo que profiere en
nosotros este gemido (Rm 8,26)... Pero Jesús dice: “Dios me ha enviado s￳o a las
ovejas perdidas del pueblo de Israel.” (Mt 15,24) y “No está bien tomar e pan de
los hijos para echárselo a los perrillos.” (Mt 15,26)... No podía poner a prueba a la
mujer con más fuerza, ni ahuyentarla con más vehemencia.
Ahora bien ¿qué hizo la mujer rechazada de esta manera? Se dejó decir y se
humilló ella misma hasta lo más hondo. Llegó hasta el extremo de la humildad, del
abismo. Con todo, mantuvo la confianza y dijo: “Esto es cierto, Se￱or, pero
también los perrillos comen las migajas que caen de la mesa de sus amos.” (Mt
15,27)
¡Oh, si vosotros también supierais penetrar realmente hasta el fondo de la verdad,
no por comentarios muy sabios ni por palabras muy altisonantes, ni con los
sentidos, sino yendo al fondo de vosotros mismos! Ni Dios, ni otra criatura alguna
podría anihilaros si permanecéis en la verdad, en la confianza humilde. Podríais
padecer afrentas, menosprecios y burlas, resistiríais en la perseverancia, os
humillaríais más todavía, animados por una confianza ilimitada, y aumentaría más y
más vuestro celo. Todo depende de esta actitud y el que llega aquí ha vencido. Sólo
estos caminos llevan de verdad, sin obstáculo alguno, hasta Dios. Pero, permanecer
así en esta gran humildad, con perseverancia, con una seguridad entera y
verdadera, como esta mujer pobre, no es de muchos.
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”