XVIII Semana del Tiempo Ordinario (Año Impar)
Jueves
Como a san Pedro, que reconoce a Jesús guiado por el Espíritu Santo,
dentro de nosotros podemos seguir la guía del amor de Dios
«Cuando llegó Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus
discípulos: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?
Ellos respondieron: Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros
que Jeremías o alguno de los profetas. El les dijo: Y vosotros, ¿quién
decís que soy yo? Respondiendo Simón Pedro dijo. Tú eres el Cristo,
el Hijo de Dios vivo. Jesús le respondió: Bienaventurado eres, Simón
hijo de Juan, porque no te ha revelado eso ni la carne ni la sangre,
sino mi Padre que está en los Cielos. Y yo te digo que tú eres Pedro,
y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no
prevalecerán contra ella. Te daré las llaves del Reino de los Cielos; y
todo lo que atares sobre la tierra quedara atado en los Cielos, y todo
lo que desatares sobre la tierra, quedará desatado en los Cielos.
Entonces ordenó a los discípulos que no dijeran a nadie que él era el
Cristo. Desde entonces comenzó Jesús a manifestar a sus discípulos
que él debía ir a Jerusalén y padecer mucho departe de los
ancianos, de los príncipes de los sacerdotes y de los escribas, y ser
muerto y resucitar al tercer día. Pedro, tomándolo aparte, se puso a
reprenderle diciendo: Lejos de ti, Señor; de ningún modo te ocurrirá
eso. Pero él, volviéndose, dijo a Pedro.- ¡Apártate de mi, Satanás!
Eres escándalo para mí, pues no sientes las cosas de Dios sino las
de los hombres.» (Mateo 16, 13-23)
1. El gran misterio de la Fe de Pedro ante Jesús queda recogido en
estos pasajes. Pedro reconoce a Cristo como el "Mesías, Hijo de Dios". Jesús
subraya que es un pensamiento que viene de Dios. Jesús, nos preguntas
quién eres para mí, para cada uno, y “Te importa mi respuesta personal:
¿quién eres Tú para mí? ¿Me doy cuenta de que eres «el Cristo, el Hijo de
Dios vivo?»
”¿Te pido ayuda, sabiendo que la fe no me la ha revelado ᆱni la carne
ni la sangre,» no es producto de la razón ni del sentimiento, sino que
proviene de Dios?
”Para vivir cristianamente necesito tener fe.
”Por eso es bueno que te la pida cada día: Jesús, aumenta mi fe; que
te vea siempre como quien eres: el Hijo de Dios.
”No eres Elías, ni Juan el Bautista, ni ᆱalguno de los profetas.ᄏ
”No eres un gran filósofo, que dejó unas enseñanzas maravillosas de
amor a los demás” (Pablo Cardona). Eres el Mesías, como ha dicho el
Apóstol: “ Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo” .
Gracias, Pedro, por tu declaración, me gusta oír de Jesús: -
“Dichoso tú, Simón; porque eso ni la carne ni la sangre te lo han
revelado...” Hermosa fórmula gráfica y fuerte para evocar la debilidad
natural del hombre dejado a sus solas fuerzas. Sí, la Fe viene de fuera. El
hombre entero de carne y hueso es incapaz de acceder a lo que es dominio
misterioso de Dios.
-“ Mi Padre es quien te lo ha revelado...” Pedro recibió una
"revelación" divina. "Mi Padre"... Dejemos resonar unos momentos esta
palabra en la boca de Jesús. Esos dos términos, tan simples nos dejan
entrever el abismo infinito de su persona.
-“ Ahora te digo Yo: "Tu eres Piedra y sobre esta roca..." "Kefa"
es un término arameo que significa "Roca". Fue traducido en griego por
"Petros", luego en latín por "Petrus" y en castellano por "Pedro". Ese
nombre de "Roca" como nombre propio no lo usaba nadie en aquella época,
ni en el mundo judío, ni en el mundo greco-romano. ¡Fue una idea de Jesús!
Para un semita el "nombre" tiene una extraordinaria importancia, es como
un talismán, un símbolo, una definición de la persona. Si vemos una "gran
roca" que aflora a ras del suelo... podemos pensar: sería un buen
fundamento para edificar sobre ella... ¡Jesús dijo que tenía intención de
"edificar"!
-“ Edificaré mi Iglesia ”. Jesús, quieres "edificar" una "comunidad"...
"tu" comunidad, hombres y mujeres que tienen algo "en común" y que "se
reúnen" para festejar -lo que tienen en común- y para vivirlo. El último
Concilio definió la Iglesia como "el Pueblo de Dios". Pedro recibe un papel
de responsabilidad en ese Pueblo.
-“ A partir de este momento empezó Jesús a manifestar a sus
discípulos que tendría que padecer mucho, ser ejecutado, y
resucitar... Pedro lo tomó aparte y empezó a increparlo... Pero Jesús
se volvió y dijo a Pedro: "Apártate Satanás, tú eres un obstáculo
para mí, porque tu idea no es la de Dios, sino la de los hombres"”.
Pedro no quiere reconocer el título de "Siervo a Jesús sufriente".
Tenemos que aceptar "toda" la revelación, todas las ideas y
pensamientos de Dios y no solamente las ideas que nos gustan. La cruz, el
anonadamiento provisorio, el fracaso aparente, el papel del humilde
Servidor de Dios y de los hombres, antes de entrar en su gloria (Noel
Quesson).
Quisiera aumentar mi fe, Señor; me consuela ver que también los
apóstoles flaquean: “la Fe, poca. El mismo Jesucristo lo dice. Han visto
resucitar muertos, curar toda clase de enfermedades, multiplicar el pan y
los peces, calmar tempestades, echar demonios. San Pedro, escogido como
cabeza, es el único que sabe responder prontamente.- «Tú eres el Cristo, el
Hijo de Dios vivo». Pero es una fe que él interpreta a su manera, por eso se
permite encararse con Jesucristo para que no se entregue en redención por
los hombres» (Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa 2).
2. Vemos hoy las aguas de Meribá (que quiere decir «contestación»):
hoy también se critica, se contesta, se polemiza... Estamos en la era de la
sospecha generalizada... ningún valor, ningún principio, ninguna institución
escapa de ella. Una cierta rebeldía puede ser buena, pero hay que
moderarla…
- Todo el pueblo se estableció en Cadés. No había agua...
Entonces se amotinaron contra Moisés y Aarón: "¡Ojalá hubiésemos
perecido! ¿Por qué habéis conducido la asamblea del Señor a este
desierto para que muramos en él nosotros y nuestros ganados? ¿Por
qué nos habéis subido de Egipto para traernos a este lugar
siniestro? ¡Un lugar donde no hay sembrado, ni higueras, ni viñas,
ni granados, ni siquiera agua para beber!» Dios oirá una vez más esta
oración, incluso si toma el aire de una contestación del Responsable que ha
dado Dios a su pueblo. En la Iglesia vamos viendo tantas cosas para
mejorar: que deje su poder temporal, en ciertos sitios o momentos de la
historia su confabulación con los ricos y los poderosos, su enseñanza
moralizada, su suficiencia. Y se critica al Papa y a los obispos. Es una
llamada a la conversión auténtica. Ayuda, Señor, a tu Iglesia a escuchar las
llamadas, a discernirlas, a retener la parte de verdad que contienen. Ayuda,
Señor, a los cristianos a ser menos injustos con su Iglesia y haz de cada
uno de ellos un artífice activo de su renovación.
-“ Dejando la asamblea, Moisés y Aaron se fueron a la entrada
de la Tienda de la reunión y cayeron rostro en tierra”. Es su reflejo
constante: la oración, la imploración por el pueblo que les ha sido confiado.
Me imagino a esos dos responsables prosternados rostro en tierra.
- El Señor dijo a Moisés: «Harás brotar para ellos agua de la
peña y darás de beber a la comunidad y a sus ganados.» El tema del
«agua viva» será constantemente tratado en la Biblia para evocar la
presencia de Dios a su pueblo; -las piedras se cambian en fuente (Is 4, 18)
-del Templo fluían ríos (Ez 46). Y el mismo Jesús se presentará como agua
viva (Juan 1, 33; 7, 37). El bautismo está en la misma línea: respuesta de
Dios a la sed humana.
-“ Moisés alzó la mano y golpeó dos veces la peña con su vara”.
El Señor dijo: « Por no haber confiado en Mí, no seréis vosotros los
que guiaréis a esta asamblea hasta el país que les doy”. No sabemos
si esta es una explicación que se dio de la muerte de Moisés ocurrida antes
de haber podido ver el fin de su peregrinar a la tierra prometida. Sigue
siendo el profeta el gran amigo de Dios, quien tiene el privilegio de estar en
el monte de la Transfiguración.
-“ Estas son las «Aguas de Meribá», donde protestaron los
hijos de Israel contra el Señor y con las que El manifestó su
santidad”. No cerremos HOY nuestro corazón, escuchemos la voz del
Señor. Toda verdadera contestación se termina finalmente, por una llamada
a la conversión. Si hay que "cambiar" algo, hay que empezar por cambiarse
a sí mismo (Noel Quesson).
3. “ Ten confianza en Yahveh y obra el bien, vive en la tierra y
crece en paz, ten tus delicias en Yahveh, y te dará lo que pida tu
corazón”. El Señor nos pide que nos abandonemos en él, y viviremos en
paz, y tendremos lo que necesitemos: “ Pon tu suerte en Yahveh, confía
en él, que él obrará; hará brillar como la luz tu justicia, y tu derecho
igual que el mediodía”. La fe va creciendo: “ la boca del justo sabiduría
susurra, su lengua habla rectitud; la ley de su Dios está en su
corazón, sus pasos no vacilan” .
Llucià Pou Sabaté