Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Ciclo C, Tiempo Ordinario,
Domingo de la Semana No. 19
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Con una misma acción castigabas a los enemigos y nos
honrabas, llamándonos a ti * Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como
heredad. * Esperaba la ciudad cuyo arquitecto y constructor iba a ser Dios * Estad
preparados
Textos para este día:
Sabiduría 18, 6-9:
La noche de la liberación se les anunció de antemano a nuestros padres, para que
tuvieran ánimo, al conocer con certeza la promesa de que se fiaban.
Tu pueblo esperaba ya la salvación de los inocentes y la perdición de los culpables,
pues con una misma acción castigabas a los enemigos y nos honrabas, llamándonos
a ti.
Los hijos piadosos de un pueblo justo ofrecían sacrificios a escondidas y, de común
acuerdo, se imponían esta ley sagrada: que todos los santos serían solidarios en los
peligros y en los bienes; y empezaron a entonar los himnos tradicionales.
Salmo 32:
Aclamad, justos, al Señor, que merece la alabanza de los buenos. Dichosa la nación
cuyo Dios es el Señor, el pueblo que él se escogió como heredad. R.
Los ojos del Señor están puestos en sus fieles, en los que esperan en su
misericordia,
para librar sus vidas de la muerte y reanimarlos en tiempo de hambre. R.
Nosotros aguardamos al Señor: él es nuestro auxilio y escudo; que tu misericordia,
Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti. R.
Hebreos 11, 1-2. 8-19:
Hermanos: La fe es seguridad de lo que se espera, y prueba de lo que no se ve.
Por su fe, son recordados los antiguos.
Por fe, obedeció Abrahán a la llamada y salió hacia la tierra que iba a recibir en
heredad. Salió sin saber adónde iba.
Por fe, vivió como extranjero en la tierra prometida, habitando en tiendas -y lo
mismo Isaac y Jacob, herederos de la misma promesa-, mientras esperaba la
ciudad de sólidos cimientos cuyo arquitecto y constructor iba a ser Dios.
Por fe, también Sara, cuando ya le había pasado la edad, obtuvo fuerza para fundar
un linaje, porque juzgó digno de fe al que se lo prometía.
Y así, de uno solo y, en este aspecto, ya extinguido, nacieron hijos numerosos-
como las estrellas del cielo y como la arena incontable de las playas.
Con fe murieron todos éstos, sin haber recibido lo prometido; pero viéndolo y
saludándolo de lejos, confesando que eran huéspedes y peregrinos en la tierra.
Es claro que los que así hablan están buscando una patria; pues, si añoraban la
patria de donde habían salido, estaban a tiempo para volver.
Pero ellos ansiaban una patria mejor, la del cielo.
Por eso Dios no tiene reparo en llamarse su Dios: porque les tenía preparada una
ciudad.
Por fe, Abrahán, puesto a prueba, ofreció a Isaac; y era su hijo único lo que ofrecía,
el destinatario de la promesa, del cual le había dicho Dios: "Isaac continuará tu
descendencia."
Pero Abrahán pensó que Dios tiene poder hasta para hacer resucitar muertos.
Y así, recobró a Isaac como figura del futuro.
Lucas 12, 32-48:
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "No temas, pequeño rebaño, porque
vuestro Padre ha tenido a bien daros el reino.
Vended vuestros bienes y dad limosna; haceos talegas que no se echen a perder, y
un tesoro inagotable en el cielo, adonde no se acercan los ladrones ni roe la polilla.
Porque donde está vuestro tesoro allí estará también vuestro corazón.
Tened ceñida la cintura y encendidas las lámparas. Vosotros estad como los que
aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame.
Dichosos los criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela; os aseguro
que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y los irá sirviendo.
Y, si llega entrada la noche o de madrugada y los encuentra así, dichosos ellos.
Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, no le
dejaría abrir un boquete.
Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el
Hijo del hombre."
Pedro le preguntó: "Señor, ¿has dicho esa parábola por nosotros o por todos?"
El Señor le respondió: "¿Quién es el administrador fiel y solícito a quien el amo ha
puesto al frente de su servidumbre para que les reparta la ración a sus horas?
Dichoso el criado a quien su amo, al llegar, lo encuentre portándose así. Os aseguro
que lo pondrá al frente de todos sus bienes.
Pero si el empleado piensa: "Mi amo tarda en llegar", y empieza a pegarles a los
mozos y a las muchachas, a comer y beber y emborracharse, llegará el amo de ese
criado el día y a la hora que menos lo espera y lo despedirá, condenándolo a la
pena de los que no son fieles.
El criado que sabe lo que su amo quiere y no está dispuesto a ponerlo por obra
recibirá muchos azotes; el que no lo sabe, pero hace algo digno de castigo, recibirá
pocos.
Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá; al que mucho se le confió, más se le
exigirá."
Homilía
Temas de las lecturas: Con una misma acción castigabas a los enemigos y nos
honrabas, llamándonos a ti * Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como
heredad. * Esperaba la ciudad cuyo arquitecto y constructor iba a ser Dios * Estad
preparados
1. La Noche es Tiempo de Salvación
1.1 La primera lectura de hoy y el evangelio tienen en común la hora: ambas se
refieren a la noche. Y en ambas casos la noche es ambivalente, por decirlo así. En
la lectura de la sabiduría, porque se habla de la noche de la Pascua de los hebreos
en Egipto, que fue victoria y gozo para el pueblo de Dios, pero luto y derrota para
la nación opresora. En el texto de Lucas, en cambio, la ambivalencia de la noche
viene de lo que puede suceder en esas horas: el que duerme puede ser robado y
desposeído, pero el que está atento y obediente no se quedará sin su buena
recompensa.
1.2 Un himno de completas cuando yo era fraile estudiante en el Convento de
Santo Domingo en Bogotá tenía el estribillo que hemos puesto de título aquí: "la
noche es tiempo de salvación." A lo largo de las estrofas se recordaban distintos
acontecimientos bíblicos maravillosos que han sucedido todos de noche, incluyendo
por supuesto la liberación de Egipto, pero llevando el acento finalmente a la gran
noche, la noche de la Pascua nuestra, cuando Cristo venció a la muerte.
1.3 Esa lista nutrida de hechos salvadores acaecidos en la noche es como la base
para otra lista más abundante de imágenes y comparaciones que los autores
espirituales han utilizado tomando siempre como base a la noche. Es sobre todo
San Juan de la Cruz quien nos ilustra en esta materia con sus profundas
enseñanzas sobre las "noches" del alma y del espíritu. La idea fundamental es que
la fe no es todavía la luz completa, que sólo contemplaremos más allá del umbral
de la muerte. Y sin embargo, la fe sí es nuestra guía y para aprender a vivir de fe
hay que superar más de una "noche."
2. Vigilancia y Diligencia
2.1 El tema de la noche va unido muy naturalmente con el de la "vigilia," de donde
obviamente viene el "vigilar." En su sentido original, este "tener cuidado"
significaba simplemente estar en "vigilia," es decir, permanecer despierto aunque
todos duerman. Es una buena imagen de lo que es un cristiano: alguien que está
despierto. "Dormir" equivale a dejarse llevar, por ejemplo, por los valores y
solicitaciones del mundo; "estar despierto" significa entonces ver y hacer ver los
engaños propios de las tinieblas. Lo mismo que en su dimensión corporal, esto de
"estar despiertos" cuesta trabajo, porque lo más fácil es dejarse arrastrar por la
corriente.
2.2 Vigilamos cuando sabemos que un mal puede venirnos pero también cuando
aguardamos con amor a alguien. Las dos cosas son necesarias y son recomendados
por Cristo, Nuestro Señor. Tenemos que vigilar para que ningún ladrón nos robe
pero también vigilamos porque sabemos que nuestro Amo y Señor viene. Su
retorno nos invita a utilizar el tiempo con sobriedad y con esperanza.
2.3 La sobriedad es la actitud de quien sabe que hay un "después." Quien va a
conducir el automóvil después de una fiesta se esfuerza y controla porque sabe que
su sobriedad es requerida para guiar sin riesgos en la noche. La esperanza mira
también al futuro, no sólo por evitar sus males sino por gozar de sus bienes.
Sobrios y llenos de esperanza, una esperanza activa: así nos quiere Dios, así quiere
que vivamos en esta tierra como preludio de su Cielo.