EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Evangelio según San Mateo 17,22-27.
Mientras estaban reunidos en Galilea, Jesús les dijo: "El Hijo del hombre va a ser
entregado en manos de los hombres:
lo matarán y al tercer día resucitará". Y ellos quedaron muy apenados.
Al llegar a Cafarnaún, los cobradores del impuesto del Templo se acercaron a Pedro
y le preguntaron: "¿El Maestro de ustedes no paga el impuesto?".
"Sí, lo paga", respondió. Cuando Pedro llegó a la casa, Jesús se adelantó a
preguntarle: "¿Qué te parece, Simón? ¿De quiénes perciben los impuestos y las
tasas los reyes de la tierra, de sus hijos o de los extraños?".
Y como Pedro respondió: "De los extraños", Jesús le dijo: "Eso quiere decir que los
hijos están exentos.
Sin embargo, para no escandalizar a esta gente, ve al lago, echa el anzuelo, toma
el primer pez que salga y ábrele la boca. Encontrarás en ella una moneda de plata:
tómala, y paga por mí y por ti".
Comentario del Evangelio por :
San Ambrosio (c 340-397), obispo de Milán y doctor de la Iglesia
Comentario del Salmo 48,14-15; CSEL 64, 368-370
Por su pasión, Cristo pagó nuestra deuda
¿Quién será tan poderoso hasta el punto de ofrecer por sí mismo una expiación que
podría añadir algo a la que ofreció Cristo por nosotros, cuando reconcilió el mundo
con Dios por su sangre? ¿Hay una víctima mayor, más generoso sacrificio, mejor
abogado que Jesús que intercede por los pecadores y que ha dado la vida por
nuestra redención?
Así, pues, ya no hay que ofrecer ninguna expiación o rescate por nosotros, ya que
el rescate de todos es la sangre de Cristo, Nuestro Señor, la única que nos
reconcilió con el Padre. Jesús consumió su obra hasta el final ya que tomó sobre si
nuestros sufrimientos y dice: “Venid a mí, todos los que estáis cansados y
agobiados, y yo os aliviaré.” (Mt 11,28) ... El hombre no puede dar nada como
rescate para su salvación porque ha sido purificado una vez por todas del pecado,
gracias a la sangre de Cristo. Pero el hombre no está eximido de los esfuerzos para
observar los preceptos de la vida y de la observancia de los mandamientos del
Señor. Mientras vivimos estaremos sujetos a los padecimientos, perseveraremos en
ellos para vivir eternamente, liberados ya de la muerte definitiva gracias a la
redención del Señor.
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”