XXII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo C.
Padre Dr. Juan Pablo Esquivel
+ Jesús, conocedor del corazón del hombre, y de su reacción en muchas
situaciones humanas, hoy aparece observando …y enseñando .
Concretamente, algo que normalmente ocurre en una fiesta: hay una
cabecera hay invitados importantes, y personas con las que queremos conversar…
Partiendo de esta situación (tan común y humana), el Señor propone 2
parábolas, que se refieren a una fiesta.
1) Elección de los lugares en una fiesta (que insinúa la fiesta del Cielo, que
es para todos)… T odos invitados, todos llamados a participar de esta alegría
eterna; pero hay dos actitudes posibles (muy diferentes una de la otra):
La de los que se consideran “mejores” que los demás, y pretenden los primeros
puestos… Es una actitud que no nos corresponde a nosotros . Jesús en el
Evangelio reprocha este defecto a los fariseos hipócritas, que despreciaban a los
demás creyéndose mejores.
La otra manera de obrar es la que Jesús pide: disponerse a ocupar
espontáneamente el último lugar… Es decir, ser servidores de los demás, sin
reclamar privilegios.
Todo esto no tiene nada que ver con los puestos en el Templo ( al que hay que
apurarse a llegar, para poder agarrar los últimos lugares , y así poder salir
disparando :) ...; es una parábola, una comparaci￳n… Apliquémosla para so￱ar
c￳mo debería ser p. ej. en la vida política…
+ La lógica del Reino es diferente de la humana: ante Dios, quien
pretenda ser más, quedará humillado; y quien reconozca su pequeñez, será
honrado por el mismísimo Dios. Por lo tanto, una actitud básica del cristiano: la
HUMILDAD (que no es infravalorarse, sino caminar en la verdad).
2) (IIª parábola) ¿A quien hay que invitar a una fiesta que uno
organice? (según la parábola:¿no tenemos que invitar familiares, amigos y vecinos,
no los invitamos?) ¡ojo! Es una parábola . A lo que Jesús apunta es a que no
hagamos las cosas por puro interés : “le hago un favor a quien sé que puede
devolvérmelo”… Pero a eso lo hace cualquiera (también un no cristiano). Si
hacemos el bien esperando retribuciones humanas, o esperando lo que el otro nos
va a dar a cambio, nos volveremos egoístas, mezquinos e interesados. Por el
contrario, si hacemos el bien y compartimos con todos , Dios nos retribuirá (y
mucho más de lo que nos puedan dar nuestros amigos de este mundo) Quien obra
por amor, no espera ni exige nada a cambio… ¡Esto es cristiano! (y no el hacer las
cosas s￳lo por “recompensa”, para que nos agradezcan y elogien, para que nuestro
nombre “figure”, etc., etc.)
Por eso Jesús privilegia el bien hecho a quienes no tienen manera de
devolverlo (pobres, lisiados, paralíticos, ciegos… Es decir, los pobres de aquella
época) Y esta es otra actitud básica del cristiano: el desinterés , que unido a la
actitud de la anterior parábola (humildad), tiene como común denominador la
pobreza de espíritu:
disposición a ocupar los últimos lugares .
no pretender ser mejores que nadie , sino mejor que uno mismo
no juzgar ni menospreciar a nadie
no buscar recompensas ni riquezas humanas
considerarse servidor de los demás , sin distinciones entre pobres y ricos, y
sin obrar por amor a las recompensas…
Evidentemente, hay que revisar muchas de nuestras actitudes cotidianas…
Tenemos que aprender a compartir bienes, ayuda, colaboración, compañía, y muy
especialmente la Buena Noticia: la mayor “pobreza”, absolutamente hablando, es
la de quien no tiene a Dios.
El cristiano “pobre de espíritu” es el que está plenamente convencido de que
todo lo ha recibido de Dios y que al final de cuentas no es dueño de sus cosas,
sino administrador de las mismas… Lo cual implica disponibilidad para compartir sin
exigir nada a cambio.
Compartir incluso con quienes es difícil compartir…También el Evangelio con
quienes no están bien dispuestos para con Dios, y quizás no nos respondan bien,
nos consideran “mojigatos”, “pasados de moda” o “faltos de sentido común”… Es
decir, compartir lo más valioso (el Evangelio) con los que están “pobres de Dios”.
+ “Todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será
enaltecido”… María se humill￳ y fue ensalzada… Vivamos de tal modo que
también a nosotros nos diga el Señor en el último día: “Amigo, sube más
arriba…”
Amén