Solemnidad de la Asunción de la B. V. María
misa del día
Lecturas bíblicas :
Apoc. 11, 19; 12, 1-6.10
1 Corintios 15, 20-27
Lc. 1, 39-56
El “gran signo”
El texto del Apocalipsis (primera lectura de la liturgia: Apoc. 11, 19; 12, 1-6.10) vuelve sobre el
tema del arca de la alianza (que ya habíamos encontrado en las lecturas de la misa de la Vigilia) y
la presenta en el interior del templo de Dios en el cielo .
Se habla de un gran signo , la mujer embarazada revestida de sol . El Papa Francisco 1 nos dijo hoy,
en la homilía de la solemnidad, que esta mujer es símbolo de la Iglesia . Como María, la Madre de
Dios, es a su vez signo de la Iglesia, a la que precedió (Vaticano II, Lumen Gentium, 63), con justicia
se ha dicho también que la Mujer del Apocalipsis es María.
María, a la vez Madre e hija de la Iglesia, es el gran signo levantado en alto, la asunta, reina llena
de gloria, que cual estandarte guía la marcha de la Iglesia, Pueblo de Dios que camina hacia el
cielo. Ella, María “brilla ante el Pueblo de Dios en marcha, como señal de esperanza cierta y de
consuelo” (Vaticano II, Lumen Gentium, 68, citado por el Papa Francisco).
Comentaba el Papa Francisco esta mañana que ese signo, esa mujer, se muestra a la vez gloriosa y
sufriente (con dolores de parto), y en ese sentido representa a la Iglesia que marcha en la historia
hacia la eternidad salteando obstáculos, batallando contra el maligno . Y agrega el Papa que María
no está tan elevada que haya sido separada y no se ocupe del sufrimiento de la Iglesia , sino que
Ella, María, no nos deja solos sino que camina con nosotros, con la Iglesia, nos sostiene, nos
acompaña siempre y es garantía de la victoria de Cristo y del Reino de Dios sobre el dragón y sobre
todo mal.
En la segunda lectura retomamos la carta paulina a los corintios (1 Corintios 15, 20-27). Si María
fue asumida en cuerpo y alma al cielo es porque Ella fue hecha partícipe, la primera, de la
resurrección de Jesús. La asunción de la Inmaculada Virgen María “se inscribe completamente en
la Resurrección de Cristo” , afirma el Papa Francisco.
Ella es la primera de los redimidos , la primera que participa de la victoria de Cristo sobre la muerte,
el pecado, todo mal. Ella es la primera que participa, también en su cuerpo glorificado, del
sometimiento de todas las cosas a la soberanía del reino de Dios en Cristo .
El Papa Francisco usó esta mañana una expresión muy linda, dijo que “la humanidad de la Madre
ha sido ‘ atraída ’ por el Hijo en su paso a través de la muerte ” hacia la Resurrección, la gloria. La
que primero fue atraída y siguió a su Hijo con el corazón , primero como creyente y discípula,
1 Francisco, Castelgandolfo, homilía 15 de agosto de 2013.
1
primeramente guardando en su corazón la Palabra de Dios, fue finalmente como arrastrada,
atraída hacia Cristo con toda su condición humana, alma y cuerpo . Estuvo unida a su Hijo en la
Pasión, unida también a él en la Resurrección.
María es un signo de esperanza a la vez que guía de ruta, como un “GPS” que guía al Pueblo de
Dios, la Iglesia, que camina como discípula y marcha en la historia llevando a la práctica lo que por
la fe ha creído y anunciando, la Iglesia discípula y a la vez misionera, para usar una expresión que
le gusta al Papa Francisco.
El Santo Padre nos dice que el canto del Magnificat que hoy proclamamos como Evangelio del día,
es “el canto de esperanza del Pueblo de Dios que camina en la historia” y que se hace
“especialmente intenso allí donde el Cuerpo de Cristo (la Iglesia) sufre hoy la Pasión”.
María, pues, junto al Pueblo de Dios, “camina, sufre y canta con el Pueblo de Dios el Magnificat de
la esperanza”. Y termina el Santo Padre diciendo que este canto del Magnificat es a la vez un
“cántico de paciencia y victoria, de lucha y alegría, historia y eternidad”.
Podríamos decir también que el Magnificat es un canto de servicio alegre y dispuesto a nuestros
hermanos . María, en efecto, nos relata san Lucas, partió y fue sin demora (después de la
Anunciación) a la casa de Isabel. El Magnificat fue la respuesta de María al saludo de Isabel, quien
pronunció una bienaventuranza de María cuando dijo de ella: “ Feliz de ti por haber creído”.
En la marcha del Pueblo de Dios, la fe de la Iglesia es camino hacia la eternidad, un camino de
servicio y de amor, iluminado por la primera creyente, aquella que fue llamada “feliz por haber
creído”.
Pbro. Hernán Quijano Guesalaga
15 de agosto de 2013
iglesia parroquial Sagrado Corazón de Jesús
Paraná, Argentina
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