Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Ciclo C, Tiempo Ordinario,
Domingo de la Semana No. 22
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Hazte pequeño y alcanzarás el favor de Dios * Preparaste,
oh Dios, casa para los pobres. * Os habéis acercado al monte Sión, ciudad del Dios
vivo * El que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido
Textos para este día:
Eclesiástico 3, 17-18. 20. 28-29:
Hijo mío, en tus asuntos procede con humildad y te querrán más que al hombre
generoso.
Hazte pequeño en las grandezas humanas, y alcanzarás el favor de Dios; porque es
grande la misericordia de Dios, y revela sus secretos a los humildes.
No corras a curar la herida del cínico, pues no tiene cura, es brote de mala planta.
El sabio aprecia las sentencias de los sabios, el oído atento a la sabiduría se
alegrará .
Salmo 67:
Los justos se alegran, gozan en la presencia de Dios, rebosando de alegría. Cantad
a Dios, tocad en su honor; su nombre es el Señor. R.
Padre de huérfanos, protector de viudas, Dios vive en su santa morada. Dios
prepara casa a los desvalidos, libera a los cautivos y los enriquece. R.
Derramaste en tu heredad, oh Dios, una lluvia copiosa, aliviaste la tierra
extenuada; y tu rebaño habitó en la tierra que tu bondad, oh Dios, preparó para los
pobres. R
Hebreos 12, 18-19. 22-24a:
Hermanos: Vosotros no os habéis acercado a un monte tangible, a un fuego
encendido, a densos nubarrones, a la tormenta, al sonido de la trompeta; ni habéis
oído aquella voz que el pueblo, al oírla, pidió que no les siguiera hablando.
Vosotros os habéis acercado al monte de Sión, ciudad del Dios vivo, Jerusalén del
cielo, a millares de ángeles en fiesta, a la asamblea de los primogénitos inscritos en
el cielo, a Dios, juez de todos, a las almas de los justos que han llegado a su
destino y al Mediador de la nueva alianza, Jesús.
Lucas 14, 1. 7-14:
Un sábado, entró Jesús en casa de uno de los principales fariseos para comer, y
ellos le estaban espiando.
Notando que los convidados escogían los primeros puestos, les propuso esta
parábola: "Cuando te conviden a una boda, no te sientes en el puesto principal, no
sea que hayan convidado a otro de más categoría que tú; y vendrá el que os
convidó a ti y al otro y te dirá: "Cédele el puesto a éste."
Entonces, avergonzado, irás a ocupar el último puesto.
Al revés, cuando te conviden, vete a sentarte en el último puesto, para que, cuando
venga el que te convidó, te diga: "Amigo, sube más arriba."
Entonces quedarás muy bien ante todos los comensales.
Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido."
Y dijo al que lo había invitado: "Cuando des una comida o una cena, no invites a
tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos; porque
corresponderán invitándote, y quedarás pagado.
Cuando des un banquete, invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos; dichoso tú,
porque no pueden pagarte; te pagarán cuando resuciten los justos."
Homilía
Temas de las lecturas: Hazte pequeño y alcanzarás el favor de Dios * Preparaste,
oh Dios, casa para los pobres. * Os habéis acercado al monte Sión, ciudad del Dios
vivo * El que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido
1. La Humildad y los Males de la Soberbia
1.1 El énfasis en las lecturas de este domingo está claramente en la virtud de la
humildad. La Biblia nos ayuda a valorar la humildad de dos maneras: mostrando los
daños que trae su opuesto, que es el orgullo, y enseñándonos los bienes que llegan
a los corazones genuinamente humildes.
1.2 Sobre los males del orgullo aprendemos sobre todo una cosa en la primera
lectura: el soberbio se arraiga en el mal. Y esto es verdad, porque la soberbia eleva
tanto el propio criterio que la persona nunca o sólo difícilmente aceptará lo que le
contradice. Este modo de obrar enceguece y priva de ayuda al soberbio, de modo
que, cuanto más fuerte se cree, más débil es en realidad.
1.3 El evangelio de hoy presenta lo ridículo de la soberbia de un modo muy
práctico: el que busca primeros puestos para destacarse ante los demás tarde o
temprano resulta empequeñecido frente a ellos. Puesto que la soberbia se alimenta
de sus logros y nos se sacia nunca mientras que nuestros recursos y fuerzas sí se
acaban con la edad y los golpes de la vida, es obvio que en algún momento u otro
la realidad nos dejará en ridículo. Por ello mismo es buen ejercicio acostumbrarse a
la compañía de la gente sencilla pues tanto la humildad como la soberbia se
transmiten a menudo por simple contacto.
2. Los Bienes de la Humildad
2.1 Las promesas que hace la soberbia son todas de grandeza. De mucho oír esas
promesas uno llega a creérselas y entonces resulta difícil creer que la humildad
traiga sus propios bienes, que por lo demás son inmensos, como lo demuestran con
ejemplos las mismas lecturas de hoy.
2.2 La primera lectura por ejemplo, exalta el aprecio y afecto que suele rodear a la
gente sencilla de corazón. Mientras que el soberbio va gestando enemigos en todas
partes, la humildad tiende puentes sin problema y engendra cariño, gratitud y
cercanía. Si alguien tiene poder será temido tal vez, pero si tiene poder y humildad,
será amado y obedecido con gusto y placer.
2.3 Además, así como el soberbio es sordo, porque sólo se oye a sí mismo, el
humilde goza de la capacidad de escuchar. Su inteligencia se enriquece fácilmente
con las opiniones sabias de otros y así crece pronto y bien. No hay misterio
entonces en la promesa que la Biblia hace en varias lugares, que el humilde será
exaltado, porque la humildad abre las puertas de la sabiduría y nos rodea de
verdaderos amigos