Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Tiempo Ordinario, Año Impar,
Semana No. 22, Miércoles
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: El mensaje de la verdad ha llegado a vosotros y al mundo
entero * Confío en tu misericordia, Señor, por siempre jamás. * También a los
otros pueblos tengo que anunciarles el Reino de Dios, para eso me han enviado
para eso he sido enviado
Textos para este día:
Colosenses 1,1-8:
Pablo, apóstol de Cristo Jesús por designio de Dios, y el hermano Timoteo, a los
santos que viven en Colosas, hermanos fieles a Cristo. Os deseamos la gracia y la
paz de Dios, nuestro Padre.
En nuestras oraciones damos siempre gracias por vosotros a Dios, Padre de nuestro
Señor Jesucristo, desde que nos enteramos de vuestra fe en Cristo Jesús y del
amor que tenéis a todos los santos. Os anima a esto la esperanza de lo que Dios os
tiene reservado en los cielos, que ya conocisteis cuando llegó hasta vosotros por
primera vez el Evangelio, la palabra, el mensaje de la verdad. Éste se sigue
propagando y dando fruto en el mundo entero, como ha ocurrido entre vosotros
desde el día en que lo escuchasteis y comprendisteis de verdad la gracia de Dios.
Fue Epafras quien os lo enseñó, nuestro querido compañero de servicio, fiel
ministro de Cristo para con vosotros, el cual nos ha informado de vuestro amor en
el Espíritu.
Salmo 51:
Pero yo, como verde olivo, / en la casa de Dios, / confío en la misericordia de Dios /
por siempre jamás. R.
Te daré siempre gracias / porque has actuado; / proclamaré delante de tus fieles: /
"Tu nombre es bueno." R.
Lucas 4,38-44:
En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, entró en casa de Simón. La suegra
de Simón estaba con fiebre muy alta y le pidieron que hiciera algo por ella. Él, de
pie a su lado, increpó a la fiebre, y se le pasó; ella, levantándose en seguida, se
puso a servirles.
Al ponerse el sol, los que tenían enfermos con el mal que fuera se los llevaban; y
él, poniendo las manos sobre cada uno, los iba curando. De muchos de ellos salían
también demonios, que gritaban: "Tú eres el Hijo de Dios." Los increpaba y no les
dejaba hablar, porque sabían que él era el Mesías. Al hacerse de día, salió a un
lugar solitario. La gente lo andaba buscando; dieron con él e intentaban retenerlo
para que no se les fuese. Pero él les dijo: "También a los otros pueblos tengo que
anunciarles el reino de Dios, para eso me han enviado." Y predicaba en las
sinagogas de Judea.
Homilía
Temas de las lecturas: El mensaje de la verdad ha llegado a vosotros y al mundo
entero * Confío en tu misericordia, Señor, por siempre jamás. * También a los
otros pueblos tengo que anunciarles el Reino de Dios, para eso me han enviado
para eso he sido enviado
1. Palabra de salvación
1.1 La Carta a los Colosenses, que empezamos a escuchar el día de hoy, es una
gran contemplación del misterio de Cristo ante el mundo y la historia humana.
Pablo, llegado a la madurez de su vida, y acrisolado por la persecución y la cárcel,
nos regala desde su cautiverio una densa meditación sobre el lugar de Jesucristo en
el origen, centro y meta del universo mismo, y de toda creatura visible o invisible.
1.2 Esta carta, por lo tanto, supone una especie de "salto cualitativo" en el modo de
hablar sobre Jesús. Después de la Carta a los Colosenses habremos de decir con
renovada convicción que El es el Salvador de mi vida y de tu vida, pero también
que es el Redentor de la Historia, vista en su conjunto, y el Señor del Universo con
todas sus potestades.
1.3 Y por ello Pablo inicia de modo solemne su escrito, proclamando ante todo la
fuerza arrolladora de un mensaje que no pude dejar de transformar todo lo que
toca. Sorprenden estas palabras en boca de un preso que tenía todas las razones
del mundo para sentirse fracasado, deprimido y anulado.
1.4 Al fin y al cabo, ¿no fue el Evangelio lo que condujo a Pablo a la oscuridad y frío
del calabozo? ¿Cómo es, entonces, que saca fuerzas para decir que ese Evangelio
triunfa en todas partes, cuando precisamente parece estar fracasando en él?
1.5 La razón es que Pablo no se limita a lo inmediato: su mirada trasciende los
muros de la cárcel que lo encierra. Su mirada trasciende su presente de tinieblas y
le permite ya habitar la mañana gloriosa en que todo el Universo presencie la
victoria del "Señor de señores".
2. Predicador incansable
2.1 El evangelio de hoy nos presenta el perfil encantador de Cristo en su misión de
anunciar sin descanso la Buena Nueva. San Lucas nos había mostrado a Cristo,
cuando la escena de la pérdida en el templo, como aquel muchacho que vive
ocupado "en las cosas de su Padre". Hoy esas palabras de Jesús adolescente se
vuelven palpables para nosotros, cuando nuestra humanidad, enferma y oscurecida
por el pecado y la ignorancia, siente la caricia del "Dios-con-nosotros". ¡Bendito
Cristo, que nos deja así sentir su amor y su palabra!
2.2 Acerquémonos, amigos, y miremos de cerca estos días y noches de Nuestro
Salvador. Veamos sus ojos, cargados de compasión al encuentro con el dolor
humano. Contemplemos sus manos, robustas y puras, dispuestas a sujetar al
hombre que desfallece bajo el peso de su enfermedad o su pecado. Oigamos con
amorosa reverencia su Palabra, que como diluvio de amores, sabe limpiar toda
maldad y sanar las dolencias internas de nuestros corazones frágiles.
2.3 ¡Cuánta dulzura trae esta imagen de Jesús, cuánto nos anima y consuela verle
así, tan ocupado en nuestros dolores y tan generoso en su amor y en su tiempo!
Reposemos en esta dulce contemplación y dejemos que nuestra alma se
acostumbre al paso saludable del hijo del Dios vivo, venido a nuestro valle.