HOMILIA DEL III DOMINGO ORDINARIO.- CICLO B
CONVERTIOS Y CREED EN EL EVANGELIO
I.- INTRODUCCIÓN
Jesús no comenzó su predicación hasta que el Bautista fue encarcelado, y escogió para
ello la Galilea superior, que estaba fuera de la jurisdicción de Herodes y se llamaba
Galilea de los gentiles ( paganos ) porque estos habitaban allí en su gran mayoría ya que
Salomón regaló a Hirán rey de Tiro 20 ciudades (3Reg 9, 11) que fueron habitadas por
inmigrantes extranjeros que eran paganos.
Jesús se dirige primero a las ovejas descarriadas de Israel (Mat 10, 6; 15, 24) pero en
contacto con los paganos porque Jesús quería manifestarse al mismo tiempo a los que
habitaban en tierra y sombra de muerte.
La expresión Reino de Dios no significa una realidad política o geográfica.
La palabra hebrea de donde se ha traducido Reino significa el ejercicio de la Soberanía o
Reinado. Hay que traducir Reinado del amor de Dios.
Para entender esta expresión hay que situarla en el conjunto de la Historia de la Salvación
cuya síntesis es la siguiente:
1.- Dios es Trinidad de personas el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo cuya vida es una
eterna circulación de amor, cuyo origen es el Padre que va del Padre al Hijo y del Hijo
al Padre.
2.- Con esa vida Dios es plenamente feliz y no necesita de nada ni de nadie
absolutamente para nada.
3.- No necesita crear. Ni puede obrar por algo distinto de si mismo porque esto sería
rebajarse.
4.- Por tanto Dios creó libremente y no para adquirir algo pues no necesita de nada, ni
para recrearse en algo distinto de sí mismo, sino para comunicarse él mismo.
5.- Dios Padre tuvo el designio, en su infinito amor que es el Espíritu Santo, de hacer
partícipes a otros seres, ángeles y hombres, de su vida trinitaria de amor, poniendo en
ellos el mismo amor que en su Hijo tiene, y así haciéndolos hijos en su Hijo.
Dios pues nos creó por amor y para el amor (Ef 1,4) para que realizando nuestra vida en
el amor, unidos al Hijo por su Espíritu podamos participar de su vida trinitaria de amor.
Para ello el Verbo se haría hombre. Es decir, asumiría la naturaleza humana en unión
personal.
El Reinado del Amor de Dios se manifestó ya en la creación y en toda la Historia.
Después del pecado Dios no abandonó a los hombres, envió sus mensajeros a todos los
pueblos mediante los sabios e iluminados de sus religiones.
Pero la revelación plena vendría con la encarnación del Verbo, para esto era necesaria la
elección de un pueblo del que nació la Madre del Redentor y preparase la venida del
Mesías Salvador.
Escogió al pueblo de Israel al que se reveló de un modo especial a través de sus
Patriarcas y Profetas que anunciaron la venida del Mesías Salvador.
Cuando llegó la plenitud de los tiempos apareció Cristo predicando la llegada del Reinado
del amor de Dios.
II.- JESÚS COMENZÓ PROCLAMANDO EL “EVANGELIO DE DIOS”
II.1 El término evangelio procede del lenguaje de los emperadores romanos
La proclama que el Emperador ordenaba hacer se llamaba evangelio, palabra
griega que significa buena noticia ”.
Cuando los evangelistas toman esta palabra significa la buena noticia de
salvación de todos los hombres por Dios ”.
II.2 Es el evangelio de Dios
No son los emperadores los que pueden salvar el mundo, sino Dios.
II.3 El contenido esencial del evangelio es :
a) El tiempo se ha cumplido
Es el tiempo de la salvación prometida por los profetas , la palabra empleada
por Jesús (Kairós) significa el momento adecuado , el término establecido.
Ha comenzado el tiempo de gracia y de la salvación , es el comienzo del
tiempo último , definitivo , (escatológico) que está bajo el amor y la luz de
Dios .
b) El Reino de Dios se ha acercado
El Reino de Dios debe traducirse como “ El Reinado de Dios ” o el jercicio de la
soberanía de Dios. Dios reina siempre de distintos modos; en la creación, en
la Historia , en la dirección del Pueblo de la Alianza (Israel).
Pero aquí se trata de la plena soberanía de Dios sobre todos los pueblos
como lo anunciaron los profetas .
Más Jesús va más allá que ellos , porque de ahora en adelante Dios va a
asegurar a los hombres la salvación de un modo nuevo especialísimo con su
Reinado de amor por Cristo y en Cristo, porque Dios Padre en las obras fuera
de la Trinidad, no actúa sino en su Hijo y por su Hijo, en el Espíritu Santo.
c) Convertíos y creed al evangelio
1) La conversión se refiere a la conversión del pecado.
El pecado consiste:
1) En el apartamiento de Dios y
2) En la entrega indebida a las criaturas.
La conversión es lo contrario en ambos puntos
a) El retorno a Dios por la fe en su amor y
b) El apartamiento de todo lo contrario a los mandamientos de Dios.
La conversión se realiza mediante la fe en el amor de Dios .
2) Creer al evangelio es creer en la llegada del Reinado del amor de Dios .
Ambas son un don de Dios que hemos de pedir en la oración
II.4 Este Reino “comienza” a manifestarse como una luz delante de los hombres por su
palabra, por sus obras y por su persona.
a) Por la palabra
La palabra de Dios se compara a una semilla depositada en el campo (Mc
4,14) “quienes la reciben con fidelidad y se unen a la pequeña grey de cristo
(Luc 12, 32) recibieron el Reino”; la semilla va germinando poco a poco por su
vigor interno, y va creciendo hasta el tiempo de la siega
b) Por las Obras
Las curaciones milagrosas y la expulsión de los demonios prueban que el
Reinado del amor de Dios ya vino , pues son signos del amor de Dios con las
personas necesitadas. Lo realiza Cristo por el Espíritu Santo que es el amor
de Dios y su poder omnipotente
c) Por la persona de Cristo
Pero sobre todo el Reino se manifiesta en la persona del mismo Cristo que
vino a servir y a dar su vida por la Redención de muchos (Mc 10,45). Comenzó
ya con su nacimiento y en su vida de entrega en obediencia filial al Padre que
culminó en su muerte con la entrega total de sí mismo, en cuerpo y alma, en
su Espíritu de amor.
En la muerte glorificadora de Cristo y su Resurrección se nos reveló de
manera definitiva el amor del Padre a los hombres y nosotros hemos conocido
el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él. Cristo fue constituido en
Señor y Espíritu vivificante y en nuestra salvación pues sólo se obtiene ésta
uniéndonos a Cristo resucitado.
En Pentecostés fue enviado su Espíritu sobre la primitiva Iglesia y al
descender sobre todos y cada uno de los allí presentes la constituyó en el
Cuerpo místico de Cristo, lugar donde recibimos la vida de Cristo por los
sacramentos. Por la fe que es una adhesión amorosa a Cristo y el sacramento
de la fe que es el Bautismo, el Padre nos envía el amor que en su Hijo tiene
que es el Espíritu Santo.
En la Confirmación se nos entrega el Espíritu para que hagamos todas las
cosas bajo la dirección del Espíritu mediante una iluminación progresiva.
Pero es en la Eucaristía, banquete sacrificial, esto es, memorial del sacrificio
de Cristo y comunión en su cuerpo, donde (recibida en las debidas
condiciones), se nos va acrecentando nuestro grado de amor a Dios con los
consiguientes efectos recordados en la comunión espiritual.
Así es como se va realizando el Reinado del amor de Dios en nosotros y a
través de nosotros en la Iglesia (y en el mundo) que es el Reino de Cristo en la
tierra que entregará al Padre en su gloriosa venida para que así Dios se todo
en todas las cosas.
Este evangelio narra el llamamiento de cuatro discípulos al seguimiento definitivo
que, en la vida de Jesús requería este compromiso:
III.1 Ir detrás de Él y entrar en comunión de vida con El, para conocer a Jesús en su
ser uno con el Padre y así poder ser testigos de su misterio.
III.2 Al mismo tiempo están ahí para ser los enviados de Jesús – Apóstoles –
a) A predicar
b) Con poder de expulsar demonios (Mc 3,14)
c) Curar enfermedades
IV.- APLIQUEMOS EL EVANGELIO A NUESTRA VIDA
Esta vocación de los cuatro al seguimiento tiene un sentido teológico, y un carácter
ejemplar.
Jesús nos invita hoy no solo a la conversión continua intensificando la fe y el amor, sino
también al seguimiento más de cerca en la forma que es propia después de la
Resurrección, que consiste además de transmitir el mensaje dando razón de la
esperanza, en ser testigo, dar testimonio de que Jesús es el Señor y de la transformación
que la Gracia de Dios en Cristo y por Cristo produce en la vida del hombre.
Para ello se necesita ser valiente (Don de fortaleza) y saber transmitirlo (Don de
sabiduría).
Ambos dones son un carisma del Espíritu de Dios, (carisma que significa don gratuito).
Estos dones son el don gratuito de “ ser apóstol ”.
La conversión consiste en la gracia santificante. El seguimiento de Cristo es un
carisma y por ello el Espíritu santo injerta a cada cristiano en el Cristo Total, según una
vocación carismática propia .
En épocas de crisis, como la nuestra, el Espíritu Santo suscita multitud de apóstoles
valientes y sabios es decir con sabiduría divina.
Este carisma exige una realización del Reinado del amor de Dios en la vida del elegido un
ofrecimiento del mismo a Cristo para seguirle como él quiera , diciendo:
III.- JESÚS LLAMO A CUATRO DISCÍPULOS Y LE SIGUIERON
MUESTRAME QUE QUIERES DE MI SEÑOR, QUE “AQUÍ ESTOY” DISPUESTO A
HACER TU VOLUNTAD ”.
En esta época de crisis de ideas y de valores fundamentales Cristo nos pide colaboración ,
Él nos necesita más que nunca , ¿ Se la vamos a negar ?
Hoy deben sentir la llamada a ser apóstol y la alegría de sentirse llamado .
VI.- ORACIÓN AL PADRE PARA PEDIRLE AYUDA EN NUESTRO TESTIMONIO
Gracias Padre porque nos has enviado a tu Hijo como nuestra salvación. Concédenos el
don de creer más firmemente, que solo él puede salvarnos.
Señor Jesús, en estos momentos en que van aumentando de manera alarmante la
injusticia y los vicios que conducen a la perdición ¿a quién acudiremos sino es a tí que
tienes palabras de vida eterna?
Te seguiré siempre fielmente hasta el fin de mi vida y colaboraré contigo en la salvación
de los hombres, transmitiendo tu mensaje y siendo testigo de las maravillas que Dios
hace con los hombres.
Concédeme el carisma del seguimiento y llámame para poder exclamar:
“AQUÍ ESTOY, SEÑOR, PARA HACER TU VOLUNTAD”
Padre Manuel Benito Fernández