HOMILIA LA SANTÍSIMA TRINIDAD- CICLO B
A) Jesús fue revelando el misterio trinitario progresivamente tanto con sus
palabras como con sus obras.
No lo reveló totalmente, de una vez, desde el principio, porque “ no lo hubieran
podido soportar ”, y además hubiera sido condenado a muerte por blasfemo.
Toda la vida de Jesús quiso ser una revelación del Padre y de su conciencia de Hijo
único. Después de la última Cena prometió a los apóstoles el Espíritu Santo.
B) TODA LA VIDA DE JESUS QUISO SER UNA REVELACIÓN DEL PADRE Y DE SU
CONCIENCIA DE HIJO
Después de la última cena prometió el Espíritu Santo a sus apóstoles. Esta promesa
del Espíritu Santo la reiteró el día de la Ascensión.
En el misterio pascual ( que es la muerte glorificadora de Cristo) este misterio se
reveló claramente el misterio de la Santísima Trinidad y del misterio pascual hay que
partir para conocer la Trinidad.
No obstante fue en Pentecostés donde más claramente fue revelado el Espíritu Santo
como persona según se explicó el día de Pentecostés.
La doctrina de la Iglesia sobre la Trinidad la expresa el Prefacio de este día diciendo.
Al proclamar nuestra fe en la verdadera y eterna divinidad adoramos tres personas
distintas de única naturaleza e iguales en su dignidad.
C) LA DOCTRINA DE LA IGLESIA SOBRE LA TRINIDAD ES LA SIGUIENTE
Dios es Trinidad de personas cuya vida es una eterna corriente circulación de amor,
entendido como una donación total de sí.
1) Que tiene su origen en el Padre que en su infinito amor eterno se da
totalmente y permanentemente.
2) Nace así eternamente un Hijo único que recibe del Padre toda la vida divina
de infinito amor y en ese infinito amor devuelve al Padre todo el ser que
recibe y así permanece en el seno del Padre (Jn 1,18).
El Hijo nace y vive en ese Amor infinito que es el seno del Padre.
3) Ese infinito Amor, es el Espíritu Santo.
Es el seno del Padre donde todo se realiza (Jn 1,18) .
Este misterio se nos ha revelado no para satisfacer nuestra curiosidad de
saber como es Dios sino para que conozcamos el designio del Padre de
hacernos participar en la vida de las tres divinas personas en su Hijo ,
hecho hombre por nosotros para llevar a efecto ese designio.
Hemos sido creados para participar de la vida eterna de la Trinidad
El hombre ha sido creado por Dios por amor y para el amor, para que
realizando su vida en el amor pueda, unido a Cristo por su Espíritu participar
de la vida eterna trinitaria de amor.
D) Para que esto fuera posible, Cristo por su muerte glorificadora fue constituido en
nuestra salvación, fuente y centro de nuestra vida cristiana .
La salvación consiste en participar en la vida de las tres divinas personas, en
comunión de amor con ellas .
Esto solamente lo podemos conseguir uniéndonos a Cristo en su acto de
donación de sí mismo en su muerte glorificante , por el que fue constituido
en nuestra salvación .
Esto se nos concede por la fe y el Bautismo de la fe y en su plenitud por la
Eucaristía
E) ESTO SE REALIZA EN EL FONDO DEL ALMA, EN LO MÁS ÍNTIMO DE NUESTRO SER .
El Espíritu Santo que es la intimidad de Dios es derramado en nuestro corazón. Esto
es, en lo más íntimo de nuestro ser y nos llama atrayéndonos hacia el amor de
Cristo, al recibir la revelación del misterio pascual. Si nosotros respondemos sí y con
unió amorosa a Cristo, el Padre nos ama y pone en nosotros el amor que en su Hijo
tiene, al Espíritu Santo y los tres vienen a nosotros y hacen en nosotros su morada
estableciendo relaciones de amor con las tres divinas personas.
El Espíritu Santo crea en el fondo de nuestro ser un ámbito de amor a los tres que es
el cielo de mi lama en la tierra.
A medida que va creciendo el amor, las relaciones con las tres divinas personas
son más íntimas y más profundas .
El amor de Dios en nosotros es la inclinación del alma, la fuerza y virtud para ir a
Dios que se nos por la gracia del Espíritu de la atracción hacia el amor de Cristo.
Dios nos va dejando percibir y disfrutar de la fuerza de su presencia en la medida en
que nos vamos dejando captar y asumir por él, con un amor a Dios con todo
nuestro ser y hecho efectivo en el amor al prójimo porque como dice san Juan :
NO SE PUEDE DECIR QUE AMA A DIOS A QUIEN NO VE, SI NO AMA AL
PRÓJIMO AL QUE VE
F) EL ESTADO DE PURIFICACIÓN
No solo hay que amar a Dios sobre todas las cosas sino también con todo nuestro
ser. Para que la fuerza de su Espíritu penetre en todo nuestro ser es necesario el
desasimiento de todo apego egoísta de apetitos y la purificación de las
impurezas de las facultades del alma .
La memoria por la Esperanza, el entendimiento por la Fe y la voluntad por la caridad.
Por ello son necesarias siete purificaciones , cuatro de los sentidos y tres de las
potencias del alma, (memoria, entendimiento y voluntad).
A estas siete purificaciones corresponden siete grados de amor, cuando se han
realizado los siete, el hombre ama a Dios con todo su ser, pero todavía se dan otros
tres grados en el amor.
Unión incipiente
El alma entra en un nuevo estado pues queda con ansias en amores inflamada.
El alma completamente purificada y desprendida de todo egoísmo, ya no ve a
las criaturas egoísticamente sin relación a Dios, sino que sus ojos están
completamente limpios para ver
a) no solo a las criaturas en Dios , esto es, como dones de Dios .
b) Sino también a Dios en las criaturas, esto es, para ver los atributos de
Dios reflejados en ellas, la bondad (del Padre), la sabiduría del Verbo
(el único Hijo) y el poder del Espíritu del Padre.
Porque todas han sido creadas por un acto de bondad del infinito amor del
Padre, en el Verbo (sabiduría del Padre) en el poder del Espíritu .
Con esta contemplación acrecienta su amor a la Trinidad.
Unión total plena de las voluntades en el desposorio místico .
El alma plenamente purificada puede ver, con los ojos de la fe, con más
profundidad e intensidad el amor del Padre y el poder de su Espíritu santificador
en los misterios de la Encarnación, muerte y Resurrección de Cristo y a su luz
los acontecimientos de la Historia .
Y al ver el alma todo recogido por Dios en Cristo y por Cristo, en el poder del
Espíritu, es unida su voluntad por Dios a la voluntad divina y se da en el alma la
opción fundamental de poner a Dios en el centro de su vida rigiéndola en todo y
decide no hacer nada que sea opuesto a la voluntad divina y cumplir su voluntad
siempre cueste lo que cueste.
Esto la lleva a un grado de amor tal que la hace apta para el siguiente grado.
El matrimonio espiritual: Transmutación por el amor
Es la comunicación íntima de las personas por afección espiritual y el gozo
apacible de una comunión.
El alma dice: ”Descubre tu presencia” “Puesto que Dios está siempre en el
alma…. No dice el alma que se haga presente a ella, sino que esta presencia
encubierta que ´él hace en ella…. Se la descubra y manifieste”
Entonces se experimenta la comunicación que Dios da al alma de las tres divinas
personas en igualdad de amor.
Viene bien notar la diferencia entre “bien quererse y comunicarse”
El tercer periodo místico es la transformación de amor , hasta llegar a la
transmutación de amor que consiste en la inflamación de amor.
La cumbre de la experiencia de inmersión en la vida trinitaria del hombre se
revela en el matrimonio espiritual donde se da la igualdad del amor y la
entrega.
Allí está el alma tan cerca de Dios que está transformada en llama de
amor en que se le comunica el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Junta es la comunicación del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo que son
luz y fuego de amor en el alma.
En el Matrimonio espiritual ve el alma con un sentimiento seguro de
presencia de la Trinidad, que Dios es suyo y que ella lo posee por la gracia
que Dios le hizo de dársele a si mismo.
Es consciente que ama a Dios por él mismo porque amen por el Espíritu
Santo como el Padre y el Hijo se aman (JN 17,26) como dijo Cristo “La
dilección con que me amaste esté en ellos” y yo con ellos (Jn 17, 82).
Engrandece aquí el alma a los tres, encareciendo tres grandes bienes que
en ella hacen.
El primero es la impresión de amor que el alma atribuye al Espíritu Santo .
El segundo es el gusto de vida eterna (pues a vida eterna sabe) y éste le
atribuye al Hijo.
El tercero es haberla transformado en sí y éste lo atribuye al Padre .
Aquí nombra a los tres por causa de las propiedades de los efectos, pero
los tres obran en uno y así todo lo atribuye a todos.
G) APLICACIÓN A NUESTRA VIDA
De todo lo dicho se deduce que :
1) Hay que buscar el encuentro con la Santísima Trinidad en el fondo de sí mismo
donde ella mora.
2) Hay que intensificar esa presencia, progresando en los siete grados de amor,
correspondientes a las siete purificaciones y después seguir progresando hasta la
unión total de voluntades.
3) Hemos de tomar conciencia que por la filiación adoptiva el Dios trinitario está en lo
más profundo de mí ser, en el cielo de mi alma, en esa celda que Él se construye en
mi corazón. (Sor Isabel de la Stma. Trinidad).
Toda la vida cristiana es Trinitaria. La espiritualidad es el desarrollo progresivo
de una intensa e íntima comunión con cada una de las personas de la Santísima
Trinidad en cuya vida íntima participa por una experiencia de inhabitación
recíproca .
Debemos vivir en un permanente dialogo de comunión con la Trinidad Santa en
nosotros actuante.
Esta presencia es un cielo en la Tierra.
H) LA FIESTA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD DEBE SER UNA FIESTA DE
ADORACIÓN
A) La adoración es el acto supremo de la virtud de la Religión y sin embargo la mayoría
de los cristianos no la ejercita, porque no sabe en que consiste; creen que adorar es
prostrase de rodillas; pero esto es una ADORACIÓN EXTERNA. Mas la adoración
interna que es el acto supremo de la virtud de la religión consiste en:
1) La oración del acatamiento sagrado del misterio de dios que es el misterio del
Padre
E n cuanto es origen de toda la Trinidad y de toda realidad
2) La alabanza del mismo
3) La acción de gracias por la influencia benéfica de la Trinidad en nuestra vida
4) Total sumisión y abandono totalmente confiado y filial al Padre
B) Sin la purificación y renuncia total confiada y filial al Padre no puede el hombre adorar
a Dios con todo su ser ni abandonarse totalmente a él.
C) Por tanto la adoración de acatamiento debe ser expresión de una vida vivida en
continua alabanza y acción de gracias y reflejo de la gloria de la Trinidad santa por el
amor de Dios hecho efectivo en el amor al prójimo porque “la gloria de Dios es el
hombre viviente” San Ireneo
Digamos con Sor Isabel de la Santísima Trinidad
“¡OH Jesús! mi bien” , une el sacrificio de mi vida al tuyo para que sea
“ALABANZA DE GLORIA de la Trinidad Santa en mí actuante”.
Padre Manuel Benito Fernández