XXII Semana del Tiempo Ordinario (Año Impar)
Jueves
Nos saca Dios del dominio de las tinieblas para llevarnos al reino de su Hijo
querido. Vemos cómo llama a los Apóstoles que, dejándolo todo, lo
siguieron
“En aquel tiempo, la gente se agolpaba alrededor de Jesús para oír
la palabra de Dios, estando él a orillas del lago de Genesaret. Vio
dos barcas que estaban junto a la orilla; los pescadores habían
desembarcado y estaban lavando las redes. Subió a una de las
barcas, la de Simón, y le pidió que la apartara un poco de tierra.
Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente. Cuando acabó de
hablar, dijo a Simón: -«Rema mar adentro, y echad las redes para
pescar.» Simón contestó: -«Maestro, nos hemos pasado la noche
bregando y no hemos cogido nada; pero, por tu palabra, echaré las
redes.» Y, puestos a la obra, hicieron una redada de peces tan
grande que reventaba la red. Hicieron señas a lo socios de la otra
barca, para que vinieran a echarles una mano. Se acercaron ellos y
llenaron las dos barcas, que casi se hundían. Al ver esto, Simón
Pedro se arrojó a los pies de Jesús diciendo: -«Apártate de mi,
Señor, que soy un pecador.» Y es que el asombro se había
apoderado de él y de los que estaban con él, al ver la redada de
peces que habían cogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan,
hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Jesús dijo a
Simón: -«No temas; desde ahora serás pescador de hombres.» Ellos
sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron” (Lucas
5,1-11).
1 . Lucas nos narra la llamada vocacional de Pedro y de los otros
primeros discípulos, de una forma ligeramente distinta a los otros
Evangelios (Mt 4,18-25; Mc 1,16-20; Jn 1,35-51) que cuentan la llamada en
los inicios de la vida pública, pero Mateo y Marcos lo hacen como el primer
acto del ministerio de Jesús y subrayan la identificación de los discípulos
con el maestro; Lucas lo hace preceder de un breve ministerio de Jesús en
Cafarnaún y un cierto trato de Jesús con los apóstoles, especialmente con
Pedro (Biblia de Navarra).
Señor, hasta ahora aparecías en tu labor solo. Ahora buscas
colaboradores. Ya ayer el evangelio nos habla de cómo curas de la fiebre a
la suegra de Pedro.
-“ Jesús se encontraba a la orilla del lago de Genezaret. La
gente se agolpaba a su alrededor para oír la palabra de Dios ”. Escena
viva, concreta. Trato de imaginarla. ¿Tengo yo esa misma avidez?
-“ Vio dos barcas junto a la orilla: Los pescadores habían
desembarcado y estaban lavando las redes. Jesús subió a una de las
barcas, la de Simón, y le pidió que la retirara un poco de tierra ”.
Quizá cuando Jesús mete el pie dentro, la barca bambolea un poco; pero
Simón sabe restablecer el equilibrio como marino experto.
Hoy nos cuentas cómo, para poder apartarte un poco de la gente que
se agolpaba en torno, le pides a Pedro que te preste su barca. Qué
satisfacción sentiría Pedro: le pides su barca.
-“ Luego se sent￳ y desde la barca ense￱aba a la gente.”
¡Cuánto me hubiera gustado encontrarme en esa playa entre los oyentes!
Cuando se va a Tierra Santa, uno de los sitios más impresionantes es este
lago, donde tú, Jesús, viviste estas escenas tan bonitas…
-“ Cuando acabó de hablar dijo a Simón: "Sácala mar
adentro"... En aguas profundas. Simón contestó: "Maestro, nos
hemos pasado la noche bregando y no hemos pescado nada; pero ya
que Tú lo dices, echaré las redes ”. Y Simón sube la vela, o toma sus
remos... y se boga, lago adentro con Jesús a bordo. A menudo, así, Jesús
nos pide de hacer cosas sorprendentes. Salir de nuevo a pescar ¡cuando
nada se ha logrado en toda una noche de esfuerzo! La fe es algo semejante.
Es confiar en Jesús más que fiarse de los propios razonamientos.
-“ Obtuvieron tal redada de peces que reventaba la red.
Hicieron señas a sus compañeros de la otra barca para que vinieran
a echarles una mano... Llenaron las dos barcas que casi se hundían ”.
Contemplo esas barcas demasiado llenas que amenazan zozobrar. En los
días de aridez espiritual es bueno acordarse de los buenos momentos...
como Pedro debió recordarlos más tarde... en medio de los fracasos de su
vida apostólica.
-“ Al ver esto Simón Pedro se echó a los pies de Jesús,
diciendo: "Apártate de mí, Señor, que soy un hombre pecador."” En
el lenguaje bíblico ese miedo o espanto es señal de que Dios se ha acercado
a nosotros. No se trata de caer en un miedo enfermizo y malsano -Dios es
infinitamente bueno- pero ¿no nos sería muy conveniente volver a descubrir
la santidad y el poder de Dios? -Dios es infinitamente grande-. Y ¿cómo no
nos descubriríamos entonces, como Pedro, indignos de permanecer en su
presencia? Señor, soy un pecador, una pecadora, no soy digno de
recibirte...
-“ Jesús dijo a Simón: "No temas, desde ahora serás pescador
de hombres."” ¡No temas! Es uno de los refranes de Dios. Es natural que
el hombre tiemble ante Dios; y he aquí que Dios mismo se empeña en
tranquilizarnos. ¡Gracias, Señor! "Serás pescador de hombres"... Vocación
divina. Dios cambia un destino (J. Aldazábal; Noel Quesson).
Duc in altum! Esta palabra resuena también hoy para nosotros y nos
invita a recordar con gratitud el pasado, a vivir con pasión el presente y a
abrirnos con confianza al futuro: ‘Jesucristo es el mismo, ayer, hoy y
siempre’” (Juan Pablo II).
-“ Dejándolo todo lo siguieron”. "Todo". Dejándolo todo. ¿Cuál es
mi disponibilidad? Como Pedro no exige ningún signo, recibe el signo que se
amolda a su vida, a su inteligencia y a su vocación. Dios procede con él
como con María. Así procede Dios con su pueblo. La salvación exige fe, pero
Dios apoya la fe con sus signos. (...) Simón ve en Jesús una manifestación
(epifanía) de Dios. Ha visto y vivido el milagro, el poder divino que actúa en
Jesús. La manifestación de Dios suscita en él la conciencia de su condición
de pecador, de su indignidad, el temor del Dios completamente Otro, del
Dios santo. Vemos en Isaías ese miedo… La admiración por Jesús atrae a
Simón hacia él, la conciencia de su pecado le aleja de él. En la palabra
"Señor" expresa la grandeza de aquel al que ha reconocido en su milagro
(Comentarios Herder).
Jesús, nos has prometido que nunca nos dejarás solos, estás siempre
a nuestro lado. « Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no
hemos pescado nada; pero, en tu palabra, echaré las redes » (Lc 5,5).
Esta respuesta de Pedro la podemos entender en relación con las palabras
de María en las bodas de Caná: « Haced lo que Él os diga » (Jn 2,5). Y es
en el cumplimiento confiado de la voluntad del Señor cuando nuestro
trabajo resulta provechoso.
Y todo, a pesar de nuestra limitación de pecadores: « Aléjate de mí,
Señor, que soy un hombre pecador » (Lc 5,8). San Ireneo de Lyón
descubre un aspecto pedagógico en el pecado: quien es consciente de su
naturaleza pecadora es capaz de reconocer su condición de criatura, y este
reconocimiento nos pone ante la evidencia de un Creador que nos supera.
Las aguas del mar eran lugar de muerte, pero ahora lo serán de salvación.
2. –“ Desde el día que oímos hablar de vuestra «vida en Cristo»
no dejamos de orar por vosotros”. “Aquí habla de la vida y de las obras,
y es que también lo hace en todas partes: siempre junta la fe a la conducta
(…) Efectivamente, quien conoce a Dios y es considerado digno de ser
siervo de Dios, más aún, incluso hijo, mira tú cuánta virtud no necesitará”
(San Juan Crisóstomo).
-“ Pedimos a Dios que lleguéis al pleno conocimiento de su
voluntad con toda sabiduría e inteligencia espiritual”. Había mucho
esoterismo-gnóstico y les previene ante esas especulaciones místico-
intelectuales. –“ Así vuestra conducta será digna del Señor y capaz de
agradarle en todo, fructificando en toda obra buena y creciendo en
el conocimiento de Dios ”. Una fe con obras.
-“ Seréis confortados con toda fortaleza por el poder de su
gloria, que os dará constancia y paciencia. Daréis gracias al Padre
con alegría ”... He ahí cuatro frutos del verdadero conocimiento de Dios: la
perseverancia, la paciencia, la alegría, la acción de gracias. Todo ello signos
de que ¡Dios está allí!
-“ Al Padre que os ha hecho aptos para participar en la luz en la
herencia del pueblo santo . Él nos libró del poder de las tinieblas y
nos trasladó al reino de su Hijo muy amado, en quien tenemos la
redención y el perdón de los pecados ”. El hombre es «un ser capaz de
Diosᄏ… y dirá san León Magno: «Reconoce, oh cristiano, tu dignidad. Has
llegado a ser participante de la naturaleza divina, no vuelvas a tu bajeza
primera viviendo de un modo indigno de tu condición. Recuerda que has
sido arrancado de las tinieblas y transplantado a la luz y al reino de Dios».
3. En este salmo, el apóstol san Pablo reconoció con profunda alegría
una profecía de la obra de Dios en el misterio de Cristo: en el Evangelio " se
ha revelado la justicia de Dios " (cf. Rm 1,17), " se ha manifestado " (cf.
Rm 3,21). La interpretación que hace san Pablo confiere al salmo una
mayor plenitud de sentido. Se amplía así lo que el salmo proclama: que
Dios salva a su pueblo y que todas las naciones, al contemplarlo, se
admiran. Orígenes interpreta: "Cántico nuevo es el Hijo de Dios que fue
crucificado, algo hasta entonces inaudito. Una realidad nueva debe tener un
cántico nuevo. " Cantad al Señor un cántico nuevo ". En realidad, el que
sufrió la pasión es un hombre; pero vosotros cantad al Señor. Sufrió la
pasión como hombre, pero salvó como Dios (…) ¿qué hizo de nuevo para
merecer un cántico nuevo? ¿Queréis saber lo que hizo de nuevo? Dios murió
como hombre, para que los hombres tuvieran la vida; el Hijo de Dios fue
crucificado, para elevarnos hasta el cielo"”.
Llucià Pou Sabaté