Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Tiempo Ordinario, Año Impar,
Semana No. 22, Sábado
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Dios os ha reconciliado para haceros santos, sin mancha *
Dios es mi auxilio. * ¿Por qué hacen lo que está prohibido hacer en sábado ?
Textos para este día:
Colosenses 1,21-23:
Hermanos: Antes estabais también vosotros alejados de Dios y erais enemigos
suyos por la mentalidad que engendraban vuestras malas acciones; ahora, en
cambio, gracias a la muerte que Cristo sufrió en su cuerpo de carne, Dios os ha
reconciliado para haceros santos, sin mancha y sin reproche en su presencia. La
condición es que permanezcáis cimentados y estables en la fe, e inamovibles en la
esperanza del Evangelio que escuchasteis. En el mismo que se proclama en la
creación entera bajo el cielo, y yo, Pablo, fui nombrado su ministro.
Salmo 53:
Oh Dios, sálvame por tu nombre, / sal por mí con tu poder. / Oh Dios, escucha mi
súplica, / atiende a mis palabras. R.
Pero Dios es mi auxilio, / el Señor sostiene mi vida. / Te ofreceré un sacrificio
voluntario, / dando gracias a tu nombre, que es bueno. R
Lucas 6,1-5:
Un sábado, Jesús atravesaba un sembrado; sus discípulos arrancaban espigas y,
frotándolas con las manos, se comían el grano. Unos fariseos les preguntaron:
"¿Por qué hacéis en sábado lo que no está permitido?" Jesús les replicó: "¿No
habéis leído lo que hizo David, cuando él y sus hombres sintieron hambre? Entró en
la casa de Dios, tomó los panes presentados, que sólo pueden comer los
sacerdotes, comió él y les dio a sus compañeros." Y añadió: "El Hijo del hombre es
señor del sábado."
Homilía
Temas de las lecturas: Dios os ha reconciliado para haceros santos, sin mancha *
Dios es mi auxilio. * ¿Por qué hacen lo que está prohibido hacer en sábado?
1. Reconciliados por la muerte de Cristo
1.1 Hay frases que uno se acostumbra a oír y puede darse el caso de que pasen
años sin que uno las esté entendiendo en realidad. Vamos a ver: ¿Qué quiere decir
que hemos sido reconciliados con Dios? Evidentemente, que estamos "a paz y
salvo" con él; que nuestras deudas y deficiencias han quedado perdonadas,
podríamos decir.
1.2 Pues bien, aun suponiendo que esa explicación fuera suficiente, cabe una
pregunta que espontáneamente nace de la primera lectura de hoy: ¿Y por qué esa
reconciliación brota de la muerte de Cristo? O agudicemos más la cuestión: ¿No
sería pensable, más bien, que haber dado muerte al Hijo de Dios nos aleja de ese
mismo Dios, a cuyo Hijo hemos causado tan espantosa muerte?
1.3 La muerte de Cristo, como toda muerte, es, en sí misma, algo malo. Dios, que
es el Dios de la vida, no nos creó para la muerte, ni llamó a esta tierra para
aniquilarlo. Lo que hace grande la muerte es que supone dar la vida. La muerte, en
cuanto, entrega de la vida, es una señal eminente de amor y un signo indeleble de
obediencia. Lo que admiramos, pues, y lo que agradecemos en la muerte del Hijo
de Dios es entonces eso: amor y obediencia. Y más lo admiramos y celebramos
cuando llegamos a entender que el pecado, raíz de todos nuestros males, no es
otra cosa que desamor y desobediencia. La muerte de Cristo, pues, mató lo que nos
mataba.
2. ¿Qué se puede hacer el día de reposo?
2.1 El evangelio de hoy nos invita a plantearnos una pregunta aparentemente
obvia: ¿Para qué descansamos? ¿Por qué cesa nuestra actividad?
2.2 Ya en otras ocasiones hemos visto que Cristo no critica las prácticas en cuanto
tales. Él mismo se abstuvo de comer carne de cerdo, fue circuncidado, y, en fin, de
hecho enseñó a observar los preceptos de la Ley Mosaica, hasta los más pequeños.
Guardémonos de ver a Cristo como un aleve trasgresor de la Ley, o como un cínico
que ironiza sobre los mandamientos antiguos. No son las prácticas legales lo que él
fustiga sino esa obediencia desprovista de sentido, que hace que finalmente el ser
humano no sepa ni por qué obedece ni por qué se priva de lo que se priva. Es esta
ignorancia del "para qué" lo que reprocha una y otra vez nuestro Señor.
2.3 De otra parte, ¡vaya descanso el de estos criticones de Jesús! ¡De todo
descansan, menos de observar y juzgar a los demás! Dan reposo a sus manos pero
no a su lengua mordaz; dejan quietos sus pies pero no su pensamiento retorcido;
se abstienen de trabajar en sus negocios pero siguen urdiendo la trama de sus
envidias y celos, de sus mentiras y orgullos.
2.4 La expresión con que Jesús cierra el pasaje tiene su misterio. ¿Qué quiere decir
que él es "Señor del Sábado"? He conocido varias interpretaciones. Hay quien dice
que es un modo de indicar que cualquier persona vale más que cualquier precepto
legal sobre los días o las horas. Hay quien dice que Cristo no necesariamente se
miraba a sí mismo como el "Hijo del Hombre", y que, por tanto, al decir la frase que
nos ocupa estaba indicando simplemente que al final de los tiempos poco
importarán cosas como este tipo de observancias, puesto que frente al Gran Día, el
día del "Hijo del Hombre", según la imagen del profeta Daniel, palidecen los demás
días. Hay quien dice que, cuando Cristo dice que él "también" es Señor del sábado,
después de citar el ejemplo de David, estaba aludiendo sencillamente a que, así
como David fue ahí "señor" de un precepto, bien cabía suponer que el "Hijo de
David", esto es, Cristo, pudiera ser señor de otro precepto. Hay, en fin, quien dice
que al declararse "Señor" estaba diciendo que sólo a él concierne decidir qué es y
qué no es lícito en el día de reposo.
2.5 ¿Con qué nos quedamos sobre esto del "Señor del Sábado"? Tal vez no hay que
escoger entre las anteriores interpretaciones, excluyendo unas y aceptando otras.
Probablemente, el Señor no tenía una mentalidad tan excluyente en sus motivos,
simplemente expandía su corazón y su pensamiento inmenso, y nos dejaba saber
con palabras densas que las cosas iban mucho más allá de nuestras pequeñas y a
veces mezquinas expectativas.
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