EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
sábado 07 Septiembre 2013
Sábado de la vigésima segunda semana del tiempo ordinario
Carta de San Pablo a los Colosenses 1,21-23.
Antes, a causa de sus pensamientos y sus malas obras, ustedes eran extraños y
enemigos de Dios.
Pero ahora, él los ha reconciliado en el cuerpo carnal de su Hijo, entregándolo a la
muerte, a fin de que ustedes pudieran presentarse delante de él como una ofrenda
santa, inmaculada e irreprochable.
Para esto es necesario que ustedes permanezcan firmes y bien fundados en la fe,
sin apartarse de la esperanza transmitida por la Buena Noticia que han oído y que
fue predicada a todas las criaturas que están bajo el cielo y de la cual yo mismo,
Pablo, fui constituido ministro.
Salmo 54(53),3-4.6.8.
Oh Dios, por tu Nombre sálvame;
por tu poder hazme justicia.
Oh Dios, escucha mi plegaria,
escucha las palabras de mi boca,
Pero a mí Dios me ayuda,
entre los que me apoyan está el Señor.
Te ofreceré de buena gana un sacrificio
y alabaré tu nombre, porque es bueno,
Evangelio según San Lucas 6,1-5.
Un sábado, en que Jesús atravesaba unos sembrados, sus discípulos arrancaban
espigas y, frotándolas entre las manos, las comían.
Algunos fariseos les dijeron: "¿Por qué ustedes hacen lo que no está permitido en
sábado?".
Jesús les respondió: "¿Ni siquiera han leído lo que hizo David cuando él y sus
compañeros tuvieron hambre,
cómo entró en la Casa de Dios y, tomando los panes de la ofrenda, que sólo pueden
comer los sacerdotes, comió él y dio de comer a sus compañeros?".
Después les dijo: "El hijo del hombre es dueño del sábado".
Comentario del Evangelio por :
Concilio Vaticano II
Sacrosanctum Concilium, Constitución sobre la Liturgia, 102, 106 -
Copyright © Libreria Editrice Vaticana
"El hijo del hombre es dueño del sábado"
La santa madre Iglesia considera deber suyo celebrar con un sagrado recuerdo en
días determinados a través del año la obra salvífica de su divino Esposo. Cada
semana, en el día que llamó «del Señor», conmemora su Resurrección, que una vez
al año celebra también, junto con su santa Pasión, en la máxima solemnidad de la
Pascua…
Conmemorando así los misterios de la Redención, abre las riquezas del poder
santificador y de los méritos de su Señor, de tal manera que, en cierto modo, se
hacen presentes en todo tiempo para que puedan los fieles ponerse en contacto con
ellos y llenarse de la gracia de la salvación…
La Iglesia, por una tradición apostólica, que trae su origen del mismo día de la
Resurrección de Cristo, celebra el misterio pascual cada ocho días, en el día que es
llamado con razón "día del Señor" o domingo. En este día los fieles deben reunirse
a fin de que, escuchando la palabra de Dios y participando en la Eucaristía,
recuerden la Pasión, la Resurrección y la gloria del Señor Jesús y den gracias a
Dios, que los «hizo renacer a la viva esperanza por la Resurrección de Jesucristo de
entre los muertos» (1 Pe, 1,3). Por esto el domingo es la fiesta primordial, que
debe presentarse e inculcarse a la piedad de los fieles, de modo que sea también
día de alegría y de liberación del trabajo.
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”