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Día litúrgico: Domingo XXIII (C) del tiempo ordinario
Texto del Evangelio ( Lc 14,25-33): En aquel tiempo, mucha gente caminaba
con Jesús, y volviéndose les dijo: «Si alguno viene donde mí y no odia a su padre, a
su madre, a su mujer, a sus hijos, a sus hermanos, a sus hermanas y hasta su
propia vida, no puede ser discípulo mío. El que no lleve su cruz y venga en pos de
mí, no puede ser discípulo mío (…)ᄏ.
Comentario: REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos del Papa
Francisco) (Città del Vaticano, Vaticano)
El cristiano es peregrino, camina con Jesús
Hoy, como la vida no está muy quieta hay que caminarla. Para permanecer en el
amor de Jesús, salimos a caminar las calles de nuestra ciudad, con la certeza alegre
de que Él está a nuestro lado. La alegría del amor del Señor nos hace caminar
juntos como peregrinos, sintiéndonos pueblo fiel de Dios; vinculados con los demás.
No podemos hacer memoria de Jesús quedándonos instalados en nuestro propio yo.
El cristiano es peregrino, caminante. Jesús nos dijo que Él es el Camino y para
permanecer en un Camino hay que caminarlo. No “se permanece” estando quieto.
Pero tampoco yendo a mil, chocando y atropellando: Jesús no nos quiere ni quietos
ni atropelladores; nos quiere pacíficamente laboriosos en el camino. Él nos marca el
ritmo.
—Así caminaba María: ella, apenas recibido el anuncio del Ángel, se levantó y se
puso en camino para ir a servir a su prima. Ella acompañó a su Hijo en el camino
de la Cruz y acompaña a la Iglesia hacia la casa del Padre.
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