Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Tiempo Ordinario, Año Impar,
Semana No. 23, Viernes
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Yo antes era un blasfemo, pero Dios tuvo compasión de
mí * Tú, Señor, eres el lote de mi heredad. * ¿Acaso puede un ciego guiar a otro
ciego?
Textos para este día:
1 Timoteo 1,1-2.12-14:
Pablo, apóstol de Cristo Jesús por disposición de Dios, nuestro salvador, y de
Jesucristo, nuestra esperanza, a Timoteo, verdadero hijo en la fe. Te deseo la
gracia, la misericordia y la paz de Dios Padre y de Cristo Jesús, Señor nuestro. Doy
gracias a Cristo Jesús, nuestro Señor, que me hizo capaz, se fió de mí y me confió
este ministerio. Eso que yo antes era un blasfemo, un perseguidor y un insolente.
Pero Dios tuvo compasión de mí, porque yo no era creyente y no sabía lo que hacía.
El Señor derrochó su gracia en mí, dándome la fe y el amor en Cristo Jesús.
Salmo 15:
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti; / yo digo al Señor: "Tú eres mi bien." /
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa; / mi suerte está en tu mano. R.
Bendeciré al Señor, que me aconseja, / hasta de noche me instruye internamente. /
Tengo siempre presente al Señor, / con él a mi derecha no vacilaré. R.
Me enseñarás el sendero de la vida, / me saciarás de gozo en tu presencia, / de
alegría perpetua a tu derecha. R.
Lucas 6,39-42:
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos una parábola: "¿Acaso puede un ciego
guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? Un discípulo no es más que su
maestro, si bien, cuando termine su aprendizaje, será como su maestro. ¿Por qué
te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas
en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: "Hermano, déjame que te saque la
mota del ojo", sin fijarte en la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! Sácate primero
la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la mota del ojo de tu hermano."
Homilía
Temas de las lecturas: Yo antes era un blasfemo, pero Dios tuvo compasión de
mí * Tú, Señor, eres el lote de mi heredad. * ¿Acaso puede un ciego guiar a otro
ciego?
1. Uno que se supo indigno
1.1 En la primera lectura de hoy hay una expresión sorprendente, especialmente si
la tomamos en su texto original griego. Pablo habla de un Dios "pistón me
hegésato", literalmente: "me tuvo por fiel" o "por digno de confianza".
1.2 Es sorprendente que pueda hablar así quien fue elegido por Dios en el tiempo
en que estaba obrando en abierta y violenta oposición al mensaje de Dios. Hay un
contraste total entre lo que Pablo hacía y lo que Dios veía en él. Y lo sorprendente,
y maravilloso, es que lo que finalmente se impone no es lo que Pablo hacía sino lo
que Dios veía.
1.3 De aquí aprendemos varias cosas: ante todo, que Dios ve cosas que nosotros
no vemos. Luego, que es la visión de Dios la que se impone. ¡Bendita la mirada del
Altísimo! ¡Bendita su voluntad!
2. Otros que se consideraban muy dignos
2.1 Si la primera lectura nos ha hablado de uno que se supo completamente
indigno, y pudo reconocer la misericordia divina, el evangelio de este día nos deja
ver, como en contraste, a esos que se consideraban dignos y justos, al punto de
creer que podían guiar a otros.
2.2 Ciertamente son fuertes las palabras de Cristo: un ciego no puede guiar a otro
ciego. Debieron de restallar con fuerza estas palabras de Cristo en los oídos de
aquellos que se consideraban luz. Y para que no nos quede duda, el texto aclara
bien de qué ceguera se trata: es la ignorancia de la propia oscuridad. El pero ciego
no es el que no quiere ver, sino el que no quiere saber si está ciego.
2.3 De otro lado: con alguna frecuencia Nuestro Señor utiliza la palabra "hipócrita"
en sus denuncias a los fariseos. Es interesante el origen de esta palabra. El
"hypocrités" es, en su origen, el que está "representando un papel bajo una
máscara". Aquello, pues, que reclama Jesucristo es sencillamente: "deja de hacer
un papel".